La tarea del diseñador gráfico debe ser reflexiva y no condicionada al dinero, ya que es una profesión que se perfila más como gestora de procesos y construcciones culturales. Esta fue una de las conclusiones a que llegaron los asistentes al 21 Salón de Diseño Gráfico organizado por la UN en el edificio Francisco de Paula Santander.
Los expertos en arquitectura y arte discutieron el papel actual de los creadores gráficos y sobre las formas con las que se comprende al mundo actual.
“El sentido del diseñador hoy en día es muchísimo más grande que el de un creador o un intérprete de la voluntad de un cliente. Se piensa que su papel es como el de un maquillador del comercio, pero en realidad no se limita al mercado, sino al campo cultural”, destacó Enrique Longinotti, arquitecto y diseñador de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
El papel que cumplían los artistas o los filósofos durante el siglo XIX, quienes eran los principales gestores culturales, en la actualidad se le atribuye a los diseñadores, por tanto su responsabilidad y conocimiento teórico cobra gran importancia a la hora de crear nuevos productos.
“Es importante que el diseño esté incluido desde el principio de los procesos de creación”, agregó Longinotti.
Por su parte, la invitada Leonor Arfuch, doctora en Letras y crítica de la comunicación y el diseño de la UBA, quien ofreció una conferencia con estudiantes y profesores, complementó:
“A través de medios muy sutiles y sofisticados como la imagen, este profesional es un comunicador social que tiene responsabilidades éticas como sujeto, políticas como ciudadano y estéticas como diseñador y artista. A veces las ideas de los grandes creativos son terribles para la sociedad pero perfectas para un cliente, por ello es importante lograr una mediación a partir de la reflexión”.
El 21 Salón de Diseño Grafico es una muestra del trabajo desarrollado por los estudiantes de este departamento de la UN, enfocado en destacar el proceso previo a la obtención de los productos gráficos, editoriales y audiovisuales.