'El Pollo Vallenato', el juglar que se perpetúa en el tiempo | El Nuevo Siglo
Comenzó su carrera musical en Fundación, Magdalena, desde donde se proyectó por diversos lugares de la geografía costeña. Su legado sigue vigente.
Cortesía Festival de la Leyenda Vallenata
Sábado, 4 de Marzo de 2023
Redacción Cultura

No había rincón alguno en la región Caribe colombiana donde Luis Enrique Martínez, 'El Pollo Vallenato', como le apodaban sus amigos, no fuese invitado, puesto que era un acordeonista que tenía aires alegres y sus notas musicales lo hacían brillar en el escenario. Cada vez que llegaba a un municipio, a una parranda, a un festival o a una fiesta, el artista se hacía notar, pese a que se encontraba con grandes rivales de esa época, como Emiliano Zuleta Baquero, Alejandro Durán, Abel Antonio Villa, Calixto Ochoa, Andrés Landero, “Colacho” Mendoza, “Juancho” Polo Valencia, Julio de la Ossa y César Castro, entre otros.

El acordeonero dejó una inmensa historia musical que se sigue manteniendo intacta a pesar de los años. Hijo de Santander Martínez y Natividad Argote, nació en El Hatico de Fonseca, antes Magdalena, hoy La Guajira, en 1923, hace 100 años. Comenzó su carrera en Fundación, Magdalena, desde donde se proyectó por diversos lugares de la geografía costeña y desde entonces su legado sigue vigente.

Por el centenario de su natalicio, la versión número 56 del Festival de la Leyenda Vallenata le rendirá un homenaje a este juglar musical para recordar su huella en el folclor colombiano.

La Guajira recuerda que el 'El Pollo Vallenato' se coronó como Rey Vallenato en el año 1973, derrotando a Julio de la Ossa y a Andrés Landero.

'El Pollo Vallenato'

Su apelativo surgió al ser invitado a una parranda en El Guamo, Bolívar, donde un grupo de amigos divulgó que llegaría 'El Pollo Vallenato'. Ese gesto lo llevó a componer el son “Soy el vallenato”.

“También se desempeñaba como aserrador de los buenos, pero su pasión era la música”, contó en cierta oportunidad su hermano José María “Chema” Martínez.

Su talento para componer, cantar y grabar canciones lo catapultó al olimpo del folclor vallenato. Entre sus obras sobresalen temas como “El pollo vallenato”, “La tijera”, “Jardín de Fundación”, “La cumbia cienaguera”, “El hombre divertido”, “Mi despedida”, “No me hagas sufrir”, “La vaciladora”, “La cita”, “La dejó el tren”, “El gallo jabao”, “El secreto de los choferes”, “La tengo dominá”, “Qué dolor”, “La ciencia oculta”, “Saludo cordial”, “Amor irresistible”, “La cordobesa”, “Morenita”, “El rico pobre”, “Sin consolación” y más de 120 canciones que hacen parte de su repertorio musical y que han sido replicadas por generaciones.



Su partida

El vallenatero murió en Santa Marta el 25 de marzo de 1995 y antes de partir escribió una extensa nota titulada “No me guarden luto. El día que se muera Enrique no quiero que se entristezcan, me hacen nueve días de fiesta para no morir tan triste”.

Y precisamente el día del sepelio, Consuelo Araujonoguera, 'La Cacica', expresó sobre su tumba: “En medio de tantos valores de la música vallenata, muertos y vivos, Luis Enrique Martínez encarnó, mejor que ningún otro, las virtudes y condiciones de un juglar completo: fue compositor, y si de eso nada más se tratara, sus cantos de estilo costumbrista fueron armónicamente musicalizados y por derecho propio se ubicaron en la lista de los clásicos del vallenato”.

Recordado por ser un músico de tiempo completo, ya que más allá de ser compositor, cantante, acordeonista, fue uno de los primeros juglares en lograr grabar los cuatro aires musicales del vallenato: la puya, el merengue, el paseo, el son, y “La cumbia cienaguera”, de su autoría, con el apoyo de Antonio Fuentes, dueño de una casa disquera, quien le facilitó un acordeón de tres hileras de botones que había comprado en Nueva York.

Este gran exponente del género fue el precursor de varias escuelas musicales. Tenía la capacidad de entonar cualquier pista o canción vallenata y por ello creó su propio estilo musical, en toda la región del Caribe se hizo sentir con sus jocosas, alegres y bullangueras notas. Incluso, muchos aprendieron a tocar el acordeón inspirados y ejecutando su estilo, entre ellos Alfredo Gutiérrez, Nicolás “Colacho” Mendoza, Emiliano Zuleta Díaz, Israel Romero Ospino, “Juancho” Rois Zúñiga, Orángel “El Pangue” Maestre, Gonzalo Arturo “El Cocha” Molina, Franco Argüelles...

Una oración al cielo

Una misa fue oficiada el pasado mes en su nombre, en la que estuvieron los reyes del Festival de la Leyenda Vallenata Almes Granados y Hugo Carlos Granados, los reyes vallenatos Wílber Mendoza, Raúl “Chiche” Martínez, Saúl Lallemand y José Ricardo Villafañe; el rey aficionado Edgardo Bolaño y la reina mayor del acordeón, María Sara Vega, quienes interpretaron en el cementerio central de El Hatico canciones del memorable juglar

También se realizó el conversatorio “Cantando y contando la vida y obra musical de Luis Enrique Martínez”, en el que participaron expertos de la historia de 'El Pollo Vallenato', como Abel Medina Sierra, Tomás Darío Gutiérrez Hinojosa, Rodrigo Daza Cárdenas, Álvaro Ibarra Campo, Enmanuel Pichón y Fredy González.

 

RECUADRO:

De aserradero a músico

Este gran maestro del vallenato, además de ser un excelente acordeonista, era un experto aserrador de madera. Después tomó la decisión de dejar de aserrar y se dedicó en cuerpo y alma a componer, tocar, cantar y grabar más de cien canciones que lo llevaron a la cúspide de los mejores poetas del folclor vallenato. Entre sus canciones podemos mencionar: “El hombre divertido”, “Maricela”, ‘”El pollo vallenato”, “La tijera”, “Jardín de Fundación”, “La cumbia cienaguera”, “Mi chinita”, “Mi despedida”, “No me hagas sufrir”, “La vaciladora”, “La cita”, “La dejó el tren”, “El corralero”, “El gallo jabao”, “El secreto de los choferes”, “La tengo dominá”, “El parrandero”, “Soy el vallenato”, “Qué dolor”, “La ciencia oculta”, “Saludo cordial”, “No me guardes luto”, “Amor irresistible”, “El rico pobre”, “La cordobesa”, “Morenita”, “Zunilda”, “Flores copeyanas” y "Los recuerdos de Ocha”, y muchas más.