“¡Estás Pillao!”, el juego de los valores y la corrupción | El Nuevo Siglo
Cortesía
Viernes, 8 de Febrero de 2019
Laura Cuesta

Enseñarles a los niños datos sencillos sobre temas de cultura ciudadana, necesarios para combatir el problema que tanto le aqueja al país, la corrupción, es el objetivo de “Estás Pillao”, el juego didáctico que lanza la Procuraduría General de la Nación.

La pieza didáctica, que será presentada en diferentes colegios del país, tiene un tablero donde hay casillas con diferentes significados cada una, cuatro fichas de diferentes colores, un par de dados y 275 tarjetas que son el pilar del juego y están divididas en cuatro temas, identificadas por colores: los valores (azul), la justicia (rojo), el saber (verde) y  el cuidado (amarillo).

Cada una de ellas tiene un texto que se debe leer siempre por el jugador de turno a los demás participantes. Y en su revés tienen un acertijo, una pregunta o una enseñanza de algún tema dependiendo el tema de la tarjeta. Este conoce solamente cuando el jugador cae en la casilla de la lupa y debe ser leído por otro compañero, ya que en la tarjeta aparece la respuesta. Cuando el jugador responde acertadamente se queda con la tarjeta y la acumula en la parte del tablero donde está situado. Al final gana el jugador que más pilas de tarjetas tenga.

Pros y contras

La iniciativa es buena ya que permitirá que los estudiantes aprendan sobre temas importantes como los Artículos y normas de la Constitución, funciones de organismos del Estado, saber qué hacer y cómo actuar en una situación de la cotidianidad, entre muchos otros.

Esto servirá para su formación íntegra y adquirir bases importantes para cumplir la ley a cabalidad, cumpliendo así el objetivo de la Procuraduría: vencer la corrupción, pues sabiendo que es el tema central, el Ministerio Público se concentra en hacer pedagogía sobre algunos actos que no pueden ser pasados por alto.

Sin embargo, es necesario jugar más de una vez para que la información sea interiorizada. Además el juego necesita ser asistido por un adulto, ya que algunas de las preguntas y acertijos allí planteados no poseen un lenguaje que sea de pleno conocimiento por los niños. Adicional a ello, algunos tienen pequeños problemas de redacción que dificultan entender fácilmente la instrucción de la tarjeta.