Frutas y verduras divertidas para niños sanos | El Nuevo Siglo
Lunes, 21 de Noviembre de 2011

 

Estos alimentos son indispensables para el buen desarrollo físico y psicológico de una persona.
 
Las frutas y verduras son alimentos fundamentales en las comidas diarias de toda la familia. Es clave que desde la infancia se consuman regularmente para ayudar a la nutrición y bienestar del cuerpo. Está comprobado que los niños que consumen frutas y verduras crean hábitos de consumo que conducen a un mejor estado de salud y, por lo tanto, a un corazón más sano a lo largo de toda su vida.
Las legumbres aportan elementos indispensables para desarrollar y mantener un cuerpo sano en los niños, ya que contienen una gran cantidad de vitaminas, en particular A, B y C. La vitamina A tiene como función la formación de los pigmentos visuales en la retina, la formación y mantenimiento de las células que recubren la piel, los ojos, la boca y los órganos internos, así como evitar la formación de tumores cancerosos en los órganos del cuerpo, debido a su poderosa acción antioxidante. La vitamina B contribuye a mantener el buen funcionamiento de los nervios, la sangre y la piel y ayuda a mantener el apetito y la digestión. Y la vitamina C ayuda a la resistencia de ciertas enfermedades e infecciones.
Además las frutas y verduras aportan potasio y magnesio, y ayudan en la prevención de la hipertensión, el estreñimiento (por la fibra que nos aportan) y algunos tipos de cáncer (gracias al efecto antioxidante de las vitaminas).
“Una alimentación saludable se basa en el consumo regular y proporcionado de los siete grupos de alimentos. El éxito consiste en el equilibrio al consumirlos, teniendo en cuenta la cantidad y evitando los excesos o deficiencias. No existen alimentos buenos o malos, el problema es no tener en cuenta las necesidades nutricionales de cada individuo”, comenta Martha Leal Bocanegra, Pediatra Nutrióloga de la Fundación Cardioinfantil – Instituto de Cardiología.
“Si Colombia” le brinda a madres, padres y docentes consejos prácticos para lograr que los niños coman frutas y verduras en su vida diaria:
- Ofrecer un menú variado y lleno de posibilidades de frutas y verduras. 
- Comer diferentes colores de verduras y frutas todos los días.
- Permitir la elección de los alimentos a los menores. Está comprobado que la libertad de decisión incrementa el consumo de estos alimentos. Deje que lo acompañen a hacer mercado para que vean la procedencia de los alimentos y puedan conocer la variedad de posibilidades que existe.
- Hacer énfasis en expresiones positivas como “¡está riquísimo!” para incentivar el consumo de frutas y verduras.
 Amenizar el momento de comer con actividades divertidas: Invente canciones con los alimentos y cántelas mientras los consume. Prueben alimentos con los ojos cerrados para descubrir texturas, sabores y olores.
- Dar ejemplo. Los niños tienden a copiar lo que ven hacer a sus padres, por lo que es necesario asegurar que la dieta de los adultos también sea equilibrada y variada.
- No utilizar un alimento como un soborno. Por ejemplo, si se promete al niño papas fritas por comerse la ensalada se crea un mal hábito que no favorece el consumo por decisión propia.
- Buscar recetas con verduras y frutas que sean fáciles de preparar con ellos donde puedan ser cocineros activos del plato. Mientras cocinan mencione los beneficios de cada uno de los ingredientes de la receta en la salud del cuerpo.
- En el momento de la preparación, hable de historias y anécdotas familiares para fortalecer los vínculos afectivos.
- Involucrar a los niños en actividades relacionadas con la alimentación. - Enseñarles libros sobre el tema con gráficos adecuados, para explicarles lo buenos que son los alimentos para la salud.
- Si tiene jardín, plantar verduras con ellos.
- Hacer divertida la primera vez que prueben un alimento. Los juegos de probar alimentos pueden ser agradables y divertidos. Se debe procurar hacer preparaciones diferentes y variadas a la hora de servir los alimentos.
 
Las preparaciones
Los alimentos los podemos presentar de forma divertida, con ingredientes que aporten vistosidad y colorido y refuercen el atractivo. Llamar su atención hará que los platos les resulten más apetitosos.
Procurar tener un desayuno con frutas, algún tipo de cereal y una bebida láctea. Un vaso de jugo de fruta (sin o bajo de azúcar), tajadas de banano, papaya o fresas, etc., darán un enérgico y delicioso comienzo al día y le ofrecerán una cantidad alta de fibra, más vitaminas y minerales y nada de grasa.
Complemente la lonchera con una manzana, una naranja, una pera, un banano o una bolsa de frutos secos o frutas desecadas. Las frutas se pueden llevar con facilidad a todos los lugares y pueden darle una rápida carga de sabor y energía en cualquier momento.
Ponga las frutas y los vegetales a su alcance. Métalos en un tazón de frutas y póngalo sobre el mostrador en la cocina. Asegúrese de que estén visibles cuando se abre la nevera. Si los niños los ven es más probable que los coman.
Añada frutas y verduras cortadas o en puré a los platos de carne. Por ejemplo: carne asada con puré de manzana, pechuga de pollo con piña, pollo a la naranja, torta de espinacas, espaguetis con champiñones y setas, arroz con verduras... Utilice las verduras picadas muy finas o ralladas para mezclar con la carne picada o con los guisos de carne o pescado.