He hecho mucho, pero espero que no todo: Kepa Amuchastegui | El Nuevo Siglo
Kepa Amuchastegui fue fundador del Teatro La Mama, participó en grandes producciones tanto de teatro como de televisión y en la actualidad es un youtuber de poesía.
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Domingo, 7 de Marzo de 2021
Redacción Cultura

Aunque tiene más de cinco décadas de historia entre las tablas y la pantalla chica, Kepa Amuchastegui, uno de los pioneros de la televisión, quien además es de los más grandes teatreros que tiene el país, se mantiene vigente en escena soñando aún con seguir en los próximos años detrás y delante de las cámaras pero también ocupando la silla de director.

Así lo confirmó en entrevista con EL NUEVO SIGLO quien próximamente será homenajeado por la Corporación Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, FICCI, con el Premio Víctor Nieto a Toda una vida por su gran aporte a la industria audiovisual colombiana en la edición 37 de los Premios India Catalina, que se celebrarán el 26 de este mes.

EL NUEVO SIGLO: Este año recibirá el Premio Víctor Nieto A Toda una vida en la ceremonia de los India Catalina, ¿qué representa este galardón en su carrera?

KEPA AMUCHASTEGUI: Es un gran honor. Ya tengo dos India Catalina que me gané como director de algunas de las series que dirigí en una época. Pero esta vez debo confesar que me deja un sabor de boca agridulce porque darme el premio de Toda Una Vida suena un poquito a despedida o como a un adiós y no considero que he terminado todavía con nada. Sigo queriendo mantenerme vigente en el teatro, la televisión, como director, actor y escritor. Me parece un motivo de orgullo inmenso que me quieran dar este reconocimiento en este momento y ojalá que esto me abra muchas más puertas, aunque todavía no se me han cerrado porque estoy trabajando en el medio, pero ojalá me abra muchísimo más las puertas en un futuro no tan lejano.

ENS: El teatro ha sido una etapa importante en gran parte de su trayectoria, ¿cómo lo sedujo este mundo de las artes escénicas?

KA: El teatro es como un veneno que se le mete a uno y, personalmente, se me metió desde que estaba en el colegio. Yo les pedía permiso a mis profesores de francés o español para leer o recitar pedazos de escenas de teatro o poemas, entonces yo me paraba al frente y la clase me aplaudía, era un éxito. Desde entonces se me metió el veneno de tal manera que cuando entré a la Universidad de Los Andes a estudiar arquitectura, donde al poco tiempo se inauguraba el primer grupo de teatro de la universidad, yo acudí a las sesiones de casting para presentarme y bueno me eligieron para ser el protagonista de una obra, que para ese entonces tenía unos 20 años y me fue muy bien. A lo largo de mi vida tuve mucha suerte. Yo seguí en paralelo con la arquitectura y mis estudios en la actuación y la dirección del grupo de teatro de la universidad. Ahí fui creciendo, haciendo y experimentando. Fui saliendo de la completa y total ignorancia del comienzo a ir aprendiendo poco a poco a través de lecturas, hacer teatro y escribir.

ENS: ¿Cómo aparece en su visión crear el Teatro La Mama en los años 70?

KA: Esa primera obra que hice, que se llamaba Que viva el puente fue escrita por un autor norteamericano neoyorquino Paul Foster, que pertenecía a su vez al grupo de La Mama de Nueva York, un movimiento muy importante, llevado de la mano de una señora negra, Ellen Stewart, conocida como ‘La Mama’, quien acogía una serie de escritores y actores de Broadway para que montaran sus obras y demás.

Uno de esos autores era Foster y a raíz de este primer montaje que yo intervine, tanto Paul como Stewart vinieron a Bogotá a presenciar los últimos ensayos de la obra y parte de la temporada. Un poco más tarde, me gané un premio como Mejor actor en un festival de teatro (el beneficio era una beca para ir a estudiar en Francia), viajé y a mi regreso pasé por Nueva York, donde me encontré con La Mama y entre nuestras charlas le pregunté “¿y ahora qué hago? porque ya he hecho teatro en Colombia, ya me gané premios y ahora vuelvo a Colombia, pero ¿qué se te ocurre que puedo hacer?”. Ella me dijo que fundara el teatro La Mama de Bogotá y fue cuando regresé con un dinero que me dio, lo que era una fortuna en aquella época. Reuní a un grupo de gente con los que empezamos y alquilé un lugar en la 13 con 48, donde inauguramos en 1968 el Teatro la Mama de Bogotá, que fue uno de mis aportes a la cultura.

ENS: Dice que llegó tarde a la televisión, pero ¿qué era lo que no lo dejaba entrar a la pantalla chica desde un inicio?

KA: Lo que pasa es que en aquella época los teatreros éramos los enemigos de la televisión porque lo que hacíamos era arte, mientras lo que se hacía en televisión era algo completamente comercial. Les prohibíamos a los actores que trabajaban con nosotros que entraran a la televisión porque era para nosotros un medio ‘prostituta’. Me mantuve firme durante muchos años hasta que por fin en 1983 después de haber hecho ya más de 20 años de teatro, sucumbí a la tentación.

Fue justo después de una de las funciones de una obra que estábamos montando en el Teatro Nacional de la calle 71 junto con Fanny Mikey, Consuelo Luzardo y Luis Eduardo Arango. Fanny me dijo que había unas personas que querían hablarme y dije “Ay otra vez los de la televisión” porque para ese momento ya me habían llamado de muchas producciones y yo siempre les decía que no y los insultaba. Pero ese día estaba el argentino David Stivelberg y nada más y nada menos que Julio Jiménez, quienes me insistieron tanto que pregunté que cuánto me pagaban por ese trabajo, me dieron una cifra y les dije ahí mismo, sin pensarlo dos veces, ¿dónde firmo?

ENS: Lo hemos visto desde el año anterior haciendo contenidos para redes sociales, ¿cómo ha sido esta experiencia de ser 'youtuber'?

KA: Fue gracias a esta pandemia, aunque no hay nada que agradecerle a esta terrible situación en la que estamos metidos. Cuando estaba montando una obra para el Teatro Nacional llamada Vida con Coraima Torres, Indira Serrano y Camila Valenzuela, llegamos a pre estrenarla justo antes de que se iniciara la cuarentena y al día siguiente del preestreno, que lo vieron muy pocas personas, el teatro se cerró entonces quedó esa obra en veremos. En esos días, encerrado en mi casa, pensé qué hacer, y como tengo una cámara, un micrófono y un computador, pues dije utilicemos esos medios para tratar de meterme al terreno de los 'youtubers'. Entonces me inventé un canal de YouTube, en el que durante todo este tiempo (que ya llevo casi un año) he grabado poemas, canciones, textos que me gusta decir y en esta última etapa he estado grabando todos los capítulos de Cien años de soledad dividido en fragmentos cortos para que la gente no se someta a un video demasiado largo.  Está teniendo bastante éxito porque ya tengo más de 170 videos publicados en mi canal y más de 14 mil suscriptores en YouTube y otros tantos en Instagram. Aunque en esto no se gana casi dinero lo hago con mucho gusto, es un placer muy grande de todas maneras porque a la gente sí le gusta escucharme.  

ENS: Ya son más de seis décadas de trayectoria... ¿qué proyectos no ha cumplido hasta ahora?

KA: Ya he hecho mucho, pero espero que no todo y no creo haberlo hecho todo. Todavía tengo muchas ganas de seguir interpretando personajes y seguir escribiendo. Ojalá me dieran la oportunidad de dirigir porque además de que me encanta, ahora existen unos aparatos, cámaras, sonidos, luces y unas cosas que son una maravilla pero desafortunadamente no he tenido mucho la oportunidad de utilizar toda esa técnica en todo su esplendor, entonces me encantaría poder tener la oportunidad de volver a dirigir algo que no fuera sino una miniserie para ponerme a prueba frente a todos estos aparatos tan milagrosos y maravillosos que tenemos hoy.