Heredando la maestría de Enrique Grau | El Nuevo Siglo
Martes, 4 de Diciembre de 2012

Uno de los mayores legados que puede tener la cultura colombiana es el Museo y Centro Cultural Casa Grau, creado por el artista y uno de los máximos representantes del arte contemporáneo nacional, Enrique Grau.

La Fundación, que se ha levantado con esfuerzo desde el año 2007 cuando fue puesta en las manos de su actual directora, Mónika Hartmann, ha conocido el sabor agridulce de mantener lo que es hoy patrimonio cultural de la Nación. Por un lado están los amantes del arte que apoyan la herencia que le dejó el  maestro Grau al país, y por el otro, se encuentra la mirada indiferente y la falta de apoyo para promover el talento joven y el conocimiento por la vida y obra de Enrique Grau Araujo.

A pesar de haber recibido ayuda económica por parte del Ministerio de Cultura de quien fuera la jefe de cartera en ese momento, Elvira Cuervo, Mónika inició una carrera en contra del tiempo, primero para no dejar perder las obras de arte del maestro y segundo para que toda Colombia conociera lo que él dejo en una casa ubicada en la Carrera 7 con calle 94 al norte de Bogotá y donde actualmente trabaja la Fundación Enrique Grau Araujo.

Ya han sido cinco años en los que las creaciones del maestro se han dado a conocer a un público joven, pues gracias a las múltiples actividades que se desarrollan en la Fundación se ha logrado incentivar ese conocimiento por el arte contemporáneo y por otras expresiones culturales que hacen parte de su agenda.

Para este fin de año la Fundación Enrique Grau tiene programado realizar un concierto de navidad con la mezzosoprano bogotana Karen Bohórquez, una clase de fotografía magistral con uno de los fotógrafos más importantes de Estados Unidos y finalmente varios artistas realizarán un proceso de intervención a la María Mulata y Rita, las dos esculturas de Enrique Grau.

El otro año la Fundación pretende iniciar con el pie derecho gracias al homenaje que se le realizará al maestro, pues la mano de Grau también tendrá un proceso de intervención por parte de 12 artistas, que se encargarán de ponerle un abanico. Así mismo, se llevarán a cabo dos exposiciones, una a cargo del español Chema DaPena y la otra por Boris Krunik, virtuoso del arte quien visitará por primera vez Latinoamérica.

Sin embargo, y a pesar de que la Fundación realiza tantos esfuerzos para conseguir recursos y lograr mantener en buen estado la obra de Grau, como todas las entidades sin ánimo de lucro necesita apoyo de la empresa privada y de las entidades que quieran mantener vivo el legado del maestro.

 

Recorrido mágico

Entrar a la Fundación Enrique Grau Araujo se convierte en una experiencia maravillosa, es quedar con la boca abierta desde el primer momento en que se pisa el hall principal, en donde se encuentra una María Mulata vigilante de la herencia del maestro.

La siguiente parada es el estudio de Grau. Allí la luz natural, que entra desde el techo, les da la bienvenida a los amantes del arte y del trabajo de este colombiano que permanecerá por siempre. Mientras se pasa a la sala, unas vitrinas con figuras precolombinas de colección revelan el amor que le tenía el maestro a estas tierras, él también guardaba algunos objetos que le regaló su abuela con quien sentía gran afinidad, pues los dos compartían ese amor por el mundo artístico.

Gracias a su incansable trabajo por mantener viva la obra del maestro, la Fundación recibió por parte del Estado un reconocimiento especial y expreso de las obras artísticas, declarándolas como bienes de interés cultural de carácter nacional. Igualmente, destacó su vida y obra como invaluable aporte al patrimonio cultural de Colombia.