La Candelaria: 55 años al frente del teatro experimental | El Nuevo Siglo
Patricia Ariza, una gestora cultural que ha dedicado gran parte de su vida a la dramaturgia y a promover el talento nacional, es la presidenta de la Corporación Colombiana de Teatro.
Foto Teatro La Candelaria
Domingo, 27 de Junio de 2021
Redacción Cultura

Un grupo de artistas e intelectuales independientes provenientes de la Universidad Nacional de Colombia y del naciente concepto experimental en las artes escénicas le dio vida hace 55 años al Teatro La Candelaria, que aunque su salud financiera tambalea por los rezagos de la pandemia, no ha dejado de crear y luchar por mejorar la industria colombiana.

El Teatro inició labores en un galpón de la calle 20 con carrera 13, en la capital colombiana, con el nombre de Casa de la Cultura.  Allí funcionó durante dos años hasta que, por razones económicas, tuvo que salir de este espacio. Posteriormente, gracias al apoyo del Concejo de Bogotá, consiguió una sede propia en el barrio La Candelaria.

Así inicia la historia de este escenario bogotano, dirigido por Patricia Ariza, quien también fue una de las artistas que dio origen a este proyecto en 1966. Además, es la fundadora de la Corporación Colombiana de Teatro y de varios grupos, entre ellos Rapsodia Teatro.

Su labor ha sido reconocida en diferentes eventos de la cultura colombiana e internacional como en el Festival Iberoamericano de Teatro, el Concurso de Dramaturgas Latinoamericanas o con el Premio Príncipe Klaus de Holanda.


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En sintonía con la celebración de las más de cinco décadas del Teatro, EL NUEVO SIGLO habló con Patricia Ariza sobre este aniversario, las glorias del escenario y los obstáculos que enfrenta hoy.  

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo reciben estos 55 años de recorrido del Teatro La Candelaria?

PATRICIA ARIZA: Significa mucho y no solo para nosotros, sino también para el país porque prácticamente La Candelaria es el primer grupo estable que se fundó y que permanece, porque se crearon algunos independientes pero por diferentes razones desaparecieron. Es el primero que adquirió una sede propia e independiente, por eso tiene mucho significado y también es coautor de la creatividad colectiva con Enrique Buenaventura y el Teatro Experimental de Cali, en los años 70, quien ha creado muchas obras que son patrimonio de la dramaturgia nacional.

ENS: ¿Cuál cree que han sido los triunfos del Teatro en más de cinco décadas?

PA: Permanecer a pesar de las dificultades que tenemos, porque no ha habido políticas públicas que hagan un reconocimiento a lo que representa La Candelaria. Y es que ya era tiempo para que La Candelaria saliera de sus apuros económicos y eso no ha sido posible. Entonces es muy difícil sobrevivir haciendo teatro en Colombia.

ENS: ¿A qué se ha enfrentado este escenario?, que prácticamente ha sido parte del desarrollo de las artes escénicas bogotanas...

PA: Nos enfrentamos a lo que todos los colombianos se enfrentan: a las dificultades frente a la violencia y la injusticia, nos duele lo que pasa en este país con los jóvenes y anhelamos la paz en Colombia. No nos enfrentamos a seguir porque ya sabemos que lo hemos hecho y seguiremos haciendo, pero no es bueno para un país que un grupo como La Candelaria tenga que siempre estar concursando a ver si se gana una convocatoria.

ENS: ¿Cómo se preparan para celebrar este aniversario?

PA: Nosotros lo celebramos creando. En la pandemia hemos estrenado cuatro obras, encerrados ensayando en las casas y todo. Entonces nuestra manera de festejar es manteniéndonos como grupo y creando.

ENS: ¿Cómo se ha adaptado La Candelaria a esta nueva normalidad?

PA: En realidad no nos hemos podido adaptar porque tener un año las salas independientes cerradas creo que nadie se adapta a eso porque es muy duro. Ahora ya hemos podido abrir con la mitad del aforo, lo que ha sido muy importante porque está viniendo mucho público, siempre se queda gente por fuera de La Candelaria. Estamos intentando mantenernos en esta situación.

ENS: ¿La virtualidad también fue un camino de éxito para este escenario?

PA: Nos fue muy bien. Nosotros hicimos parte del Festival de Teatro Alternativo, que tuvo 190 mil personas que se conectaron. Pero eso no es lo ideal porque el teatro es esencialmente presencial. En este momento hay una apertura, aunque eso no quiere decir que no hayamos grabado las obras de la mejor manera posible, hemos trabajado en la virtualidad, pero nuestro ideal no es ese, en realidad es seguir haciendo teatro presencial.

ENS: Tras más de un año de pandemia, ¿cómo está su salud financiera ahora?

PA: Es difícil. Estamos debiendo mucha plata de los impuestos. Estamos endeudados entonces lo poco que entra se va para amortiguar las deudas. Pero por encima de todo está nuestra vocación, nuestra pasión y ahí seguimos a pesar de todo.

ENS: Desde su experiencia, ¿qué tan teatreros son hoy en día los bogotanos?, en una época en la que las restricciones se van suavizando

PA: De parte del público excelente. Realmente no esperábamos que la gente asistiera tanto. En La Candelaria no solo nos presentamos nosotros, la semana antepasada se presentó Johan Velandia, que es un dramaturgo joven en este país y todas las obras y lo que hemos presentado ha estado lleno. Se presentó Guadalupe año sin cuenta también, las obras del repertorio de La Candelaria, Naira y La historia del soldado y el combatiente, y estuvo llenísimo. Entonces no nos quejamos del público. El público bogotano es el más asiduo del teatro.

ENS: ¿En qué se enfocará la programación para el segundo semestre?

PA: Vamos a estrenar tres unipersonales, que trabajamos durante el encierro y estamos emprendiendo una nueva obra y un taller de dramaturgia. También estamos trabajando con los otros grupos del movimiento para ver si cambia un poco la realidad del teatro colombiano.

ENS: ¿Cuál cree que será la clave para mejorar la realidad del teatro colombiano?

PA: Hemos luchado mucho para que se declare una emergencia para el teatro porque de todas las artes el más afectado ha sido el teatro con las salas cerradas un año, pero eso no ha sido posible, entonces casi todo se hace por convocatorias, que son muy importantes para detectar nuevos talentos y propuestas, pero no puede ser lo único porque las convocatorias se le dan a una persona o dos, pero ¿y el resto de los grupos?. Nosotros hemos ganado varias, sin embargo pensamos que no puede ser la única manera de que el Estado se relacione con el movimiento cultural. Mi invitación es a que el público siga viniendo al Teatro La Candelaria y a todas las salas de teatro de Colombia.