EL 15 de julio se celebra el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud, una iniciativa de la Asamblea General de las Naciones Unidas para concienciar sobre la importancia de invertir en el desarrollo de las habilidades de los jóvenes. Y es que, en definitiva, esta fecha toma aún más relevancia en un contexto como el actual, en donde el nivel educativo global se ha visto afectado.
Así quedó demostrado en el promedio de puntajes obtenidos durante las últimas pruebas Pisa, los cuales tuvieron una caída sin precedentes en comparación con los resultados previos de 2018. En cuanto a Colombia, el país inclusive se ubicó por debajo del promedio de naciones participantes, con un puntaje de 411 puntos en matemáticas, 413 puntos en lectura y 408 puntos en ciencias.
Mundo competitivo
Sin embargo, no se puede generar un impacto en lo académico si no se trabaja primero en la salud y el bienestar, más aún cuando los niños actualmente enfrentan luchas internas en las que constantemente están buscando ser aceptados, pertenecer y encajar.
A propósito del tema, Sandra Patricia Martínez, coordinadora de Bienestar y Apoyo para el Aprendizaje de The English School, dice: “los niños viven en un mundo competitivo donde el afán por ser el mejor hace que pierdan de vista pequeños, pero invaluables detalles que han estado por generaciones presentes en su historia”.
Habilidades “blandas”
Ella, como experta en estas competencias comparte habilidades fundamentales que los colegios deberían fomentar en los jóvenes para que logren enfrentar los retos de la actualidad de una manera más acertada:
- Expresión de las emociones: son formas de adaptación a ciertos estímulos, momentos, personas o situaciones. Es importante que los colegios de manera responsable y colaborativa, en conjunto con las familias, acompañen a los niños en la expresión de sus emociones, enseñándoles a ponerles un nombre, a localizarlas en una parte de su cuerpo y a entender que las emociones no son ni buenas ni malas, solamente son.
- Empatía: habilidad para ponerse en los zapatos del otro. Este camino no se recorre antes de conocerse a sí mismos; es por esto que los niños deben pasar por experiencias de aprendizaje encaminadas al autoconocimiento. Se hace uso de la palabra como medio para solucionar escenarios de la vida cotidiana y de la reflexión para meditar, para pensar antes de hablar y respirar antes de gritar.
- Toma de decisiones: proceso mediante el cual se realiza una elección entre diferentes opciones. Estas alternativas deben ser informadas y responsables, enfocadas para elegir entre varias opciones y asumiendo las consecuencias.
- Pensamiento crítico: desarrollar pensamiento crítico le proporciona a los jóvenes, capacidades para analizar y evaluar, facilitando así la identificación de problemas y la generación de soluciones creativas y viables.
- Resiliencia: adaptándose a las exigencias del mundo para caerse y volver a levantarse, para ver el error como ventana de oportunidad o para interactuar con diferentes culturas, aprendiendo que, en el día a día, no existen las diferencias que separan, que, por el contrario, existen las diferencias que enriquecen y forman mejores seres humanos.
“Los jóvenes son la mayor riqueza cultural que se puede tener. En ellos, como en la niñez, hay que invertir, hay que respetarlos y acompañarlos de cerca, pero de lejos, si eso tiene sentido. Debemos hacerles saber que creemos en ellos y que estamos para cuando nos necesiten”, concluyó Martínez.