La Monferrina, la joya oculta de La Macarena | El Nuevo Siglo
Foto El Nuevo Siglo.
Sábado, 6 de Octubre de 2018
Fabián Giraldo A.

EL SUEÑO del comensal entusiasta es siempre el de encontrarse con tesoros gastronómicos en rutas inesperadas y ese es el caso que nos ocupa en esta jornada, un increíble restaurante que sin bombo, luces, ni grandes despliegues publicitarios, ofrece una comida coherente con sabores que arrancan sonrisas en espacios que lejos de ser un comedor interminable, lleno de meseros y protocolos aburridores, está llenos de encantos, ideal para disfrutar con la familia, con la pareja o con amigos. Un restaurante para todos.

La Monferrina, en la Macarena, es de esos restaurantes que uno celebra encontrar, restaurante que es el fiel reflejo de su chef: vibrante, elocuente, coherente y sobre todo, entregado a la felicidad del comensal. Establecimientos que logran sin mucho esfuerzo enamorar al comensal, a base de comida bien hecha, sin rimbombancia, comida como debe ser.

 

Muy italiano sin ser de allá

Una pequeña casa en la Macarena es hogar de la más auténtica cocina italiana que puede probarse en Bogotá y es que, aunque fuimos criado con espaguetis y demás emulaciones de la gastronomía italiana, resulta difícil encontrar en la capital un sitio donde se pueda percibir la frescura, tradición y complejidad única de esta cocina. La Monferrina, afortunadamente para los que amamos estos sabores, lo logra.

Detrás de esta propuesta coherente y sabrosa está el nombre de Sebastián Bedoya, un cocinero bogotano, formado en el Instituto Argentino de Gastronomía que descubrió en la pasta una pasión de la que hizo su estilo de vida. Por eso hace poco más de 10 años abrió las puertas de “La Monfe” donde ofrece lo que según él es una mezcla de cocina argentina e italiana, pero donde pone su aporte a la cocina colombiana trabajando con producto nacional, con pescado traído directamente del Pacífico y con vegetales y demás comprados en la plaza. Porque hacer cocina colombiana no es solo trabajar recetas del saber tradicional, es también trabajar y explorar nuestros productos y Sebastián lo logra más que bien.

Pero, ¿qué es lo especial del restaurante? No se descubre el agua mojada diciendo que, en una buena cantidad de ocasiones, en la cocina, menos es más y que es para morir de dicha cuando uno se encuentra un sitio como La Monferrina que, respetando el espíritu de los alimentos, construye platillos que son poesía con tres o cuatro ingredientes.

Lo que nos pude probar en La Monferrina de la mano de Sebastián Bedoya, da cuenta de un tipo (y un equipo) entregado a la cocina, inteligente en la construcción de un menú coherente, emotivo en la preparación de cada platillo que de esa pequeña cocina sale (donde los cocineros también tienen mucho de malabaristas. Parte del encanto), sencillo en la presentación de sus preparaciones y elocuente en cada sabor que de esos platos sale.

De todo el menú, que incluyó una ensalada capresse, unos vegetales encurtidos, una pizza frita, un ossobuco y unos linguini a La Monferrina, hay dos platos que sencillamente hacen fiesta en el paladar, que se graban en la memoria y que son para repetir una y mil veces: los vegetales fritos y la pasta carbonara.

Los vegetales, increíbles de cabo a rabo, perfectamente apanados y cocidos, llenos de sabor y frescura, mientras que la carbonara (de lejos, la mejor que he probado en Bogotá), armó un carnaval en mis papilas gustativas. ¿El truco de todo? La carencia de artificios, la honestidad y el respeto por el producto, el interés por la evolución y la mejora de Bedoya y su equipo y el amor que se respira en cada rincón de este restaurante.

Está tan comprometido el restaurante con la autenticidad que un plato como la Carbonara, comúnmente servido en muchos resturantes con el artificio de la salsa de sobre y la tocineta frita, aquí es elaborada como lo hacían las nonas italianas: solo a base de queso pecorino, huevo y guanciale – una cachina elaborada a base de carrillo de cerdo -, salsa cremosa y delirante que sirven sobre pasta que, como toda la del local es elaborada a mano por el mismo Sebastián.

La Monfe está en la Cra. 4A # 26B - 29, en La Macarena y abre todos los días. Para reservas pueden escribir a restaurante.monferrina@gmail.com.

Vayan, disfruten y espero sus comentarios.