LOS PEQUEÑOS gastos que se hacen a diario y que, parecen insignificantes, a fin de cuentas, podrían pesar mucho más de lo esperado. “Es solo una galleta”, “voy a comprar una empanadita”, “tenía sed, por eso compré un jugo”, “tenía antojo”, entre otras, son algunas de las frases que los colombianos dicen o piensan a diario, justo antes o después de haber hecho una compra que, muy seguramente pudo haberse evitado.
Estos son los famosos ‘gastos hormiga’, los que de a poco van haciendo, en suma, una gran cantidad. EL NUEVO SIGLO consultó a expertos en materia de economía y administración sobre el impacto que tienen estas ‘pequeñas e inofensivas’ compras que se hacen a diario en las finanzas de los ciudadanos.
Michael Smith Ortegón Salazar, administrador de empresas, magíster en economía social, investigador y docente universitario explicó a este Periódico que “los gastos hormiga son pequeñas compras diarias en productos que suelen ser innecesarios o no esenciales, estas compras pueden volverse habituales y acumularse, de tal manera que impactan significativamente el presupuesto personal mensual y anual. En algunos casos pueden pagarse a través de créditos, generando intereses y aumentando su impacto, aunque parezca que pasan desapercibidos. Esto reduce la capacidad de ahorro, desbalancean los presupuestos y afecta la salud financiera a largo plazo, al limitar la inversión en bienes duraderos y aumentar la dependencia de créditos”.
Además, señala que la “falta de conciencia sobre el impacto acumulativo de estos gastos resalta la necesidad de una mejor educación financiera para ayudar a los colombianos a controlar estos desembolsos y mejorar su situación económica. Es importante identificar concretamente este tipo de gastos y contrastarlos frente al presupuesto personal mensual y anual y evaluar bien las necesidades reales para evitar hacerlo un hábito”.
Por su parte, Santiago Rodríguez, docente de la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes indicó a este Medio que son esos “gastos pequeños que hacemos a diario y que no tenemos registrado en nuestros datos de gastos; entonces por ejemplo, la arepa que me estoy comiendo o el café, simplemente son gastos que yo hago de manera recurrente, entonces, un dulce, un postre que compro periódicamente, digamos casi todos los días, y yo no lo registro porque al considerarlos pequeños, creo que no son importantes o relevantes dentro de mis finanzas personales”.
Rodríguez asegura que “el problema que tiene, es que en la medida en que esos gastos hormiga vayan sumando un porcentaje o un valor relevante dentro de los gastos del mes de la persona y no los tengan en cuenta, entonces, pues no va a entender qué está pasando, es decir, tiene unos ingresos, tiene unos gastos, en principio le sobra más plata, pero cuando mira la realidad no le está sobrando porque no los está considerando dentro de sus gastos”.
¿Cómo se controlan los gastos hormiga?, el experto señala que se deben “comenzar a registrarlos y, de alguna manera, reducir ese tipo de gastos o modificarlos para que no representen un porcentaje grande de nuestros gastos. Claramente, sumarlos, registrarlos en algún papel, en una hoja de notas del celular, donde yo pueda sumarlos y ver qué porcentaje representan. En la medida que ya sepa cuánto es, puedo comenzar a reducirlos, de pronto con un gasto diferente o no hacerlo de manera diaria, sino de manera esporádica”.
“Los gastos de hormiga son muy importantes y afectan el bolsillo de los colombianos porque, en general, no estamos teniendo en cuenta estos valores porque consideramos que no son relevantes en nuestras finanzas personales, pero efectivamente sí son muy importantes”, puntualizó Rodríguez.
A su turno, Jonathan López, docente de Administración de Empresas de la Universidad Central, expresó a este Diario que “hay que reconocer que, justamente, aludiendo al concepto de gastos hormiga, si no tenemos control sobre dichos gastos, esto se puede transformar en un hormiguero, en el sentido amplio de al final convertirse en un verdadero problema.
Es muy importante que las familias y las personas, para la adecuada gestión de sus finanzas personales, logren identificar o llevar de una manera juiciosa el control de sus gastos de tal manera que logre identificar dentro del total de los gastos, cuáles son esos gastos hormiga que están generando un gasto importante en el flujo de caja, porque inclusive, otras decisiones que pueden llegar a ser prioritarias, pueden estar viéndose eliminadas, justamente, porque se están destinando ingresos importantes a los gastos hormiga. Entonces, parece insignificante el concepto del gasto hormiga, pero, por supuesto, tener un adecuado control del mismo es significativo para tener unas finanzas personales y unas finanzas familiares muy sanas”.
Por otro lado, Edgar Jiménez, experto en finanzas de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, manifestó a este Periódico, que “indudablemente los gastos hormiga afectan el bolsillo de todas las personas. Estos que son pequeños consumos de dinero y pequeños entre comillas, a final de mes o a final del año esto representa una cantidad significativa, en el mes puede representar tal vez incluso 50.000 o 100.000 pesos, tal vez, al año puede representar mucho más de un millón de pesos”.
“Pensemos que si tuviéramos una deuda y al final de año nos aparece que debemos un millón de pesos ‒porque mes a mes no pagamos 80.000 pesos que tocaba pagar, tal vez de una administración de las casas donde vivimos o algo así‒, pues definitivamente lo vemos significativo”.
De acuerdo con Jiménez, estos gastos “le pegan de manera importante al bolsillo de los ciudadanos más aún, cuando no hace parte del presupuesto. Y no hace parte del presupuesto porque pensamos que son simplemente gastos pequeños ‒algunas monedas que sacamos del bolsillo y con eso pagamos‒ y no lo es. Y resulta que, si empezamos a hacer la sumatoria de todos esos pequeños gastos, tal vez de un café, de algo mediano o pequeño, al final del mes es significativo”.
Asimismo, sostiene que “esto afecta a nuestras finanzas personales, hace que esos gastos vayan carcomiendo un poco, y vayan consumiendo el dinero que debía ser destinado para otros gastos que realmente son relevantes, que son importantes para el día a día, tal vez como el pago de los arriendos o el pago de los servicios públicos y, en ese orden de ideas, lo que se tiene que hacer es incorporarlo al presupuesto para poder saber hasta dónde podemos así consumir, tal vez tener tinto o un dulce o algo por el estilo”.
Definitivamente, puntualiza Jiménez que “cuando empezamos a tener escasez de caja, de plata, de liquidez, cuando no alcanzamos a pagar un bien, un servicio, o cuando no alcanzamos a pagar una deuda, resulta que esa plata nos la consumimos en “gastos hormiga”, es decir, que es significativa y puedo incluso hasta quedar en mora con mi banco, o pagarles menos, ya que, definitivamente, me consumí eso en gastos hormiga, pensando que con unas pocas monedas no pasa nada y realmente, unas pocas monedas tienen un impacto muy grande en el agregado cuando lo comparo con mis gastos mensuales”.