Entre tropiezos, incredulidad y en una época en la que estaban en furor los antihéroes en Hollywood, se estrenó, hace exactamente medio siglo, “El padrino”, una de las películas más emblemáticas del cine norteamericano.
El 14 de mayo de 1972, en el Loew’s State Theatre de Nueva York, se estrenó esta película basada en la exitosa obra literaria de Mario Puzo, la cual alcanzó a vender millones de ejemplares.
Muchos críticos del cine asemejan su dirección de arte con la majestuosidad de una pintura y señalan que su historia sigue vigente por fusionar el sentir de la época de los años 70 con las revoluciones que se viven hoy en día.
Paradójicamente esta era una película que los grandes cineastas rechazaban, pues para la época, que se concentraba en los devenires de la moda, Paramount tenía un proyecto con una historia basada en un bestseller de Puzo, la cual ofreció a directores como Elia Kazan, Arthur Penn, Costa-Gavras, Peter Bogdanovich y Richard Brook, pero todos ellos se negaron.
Finalmente, Coppola aceptó realizar esta cinta para solventar en cierta medida la mala situación económica por la que pasaba. Lo que no imaginaba el director es que esta cinta, que terminó aceptando por obligación, se convertiría años más tarde en una obra cumbre del cine de Hollywood.
Con gran dificultad y en contra de algunos comentarios de la productora, Coppola logró reunir en el elenco a una selección de estrellas de la actuación como Al Pacino, Marlon Brando, James Caan, Robert Duvall, Diane Keaton, Sterling Hayden, Richard Catellano y John Cazale, entre otros más.
La película, que terminó convirtiéndose en una saga de tres entregas y que relata la crónica de la ascensión y caída de la familia Corleone, volvió este año a las salas de cine para conmemorar los 50 años que se cumplen de su estreno, con una versión restaurada del filme que presenta un titánico trabajo, realizado también en las otras dos películas de la saga.
Una labor que ha sido supervisada por el propio Coppola y que ha durado tres años. “Estoy muy orgulloso de El Padrino, que ciertamente define el primer tercio de mi vida creativa”, afirmó el director en un comunicado remitido por Paramount Pictures
En sintonía con el 50 aniversario de “El padrino”, EL NUEVO SIGLO habló con Ricardo Cantor, director de la Cinemateca de Bogotá y gerente de Artes Audiovisuales del Instituto Distrital de las Artes, sobre este clásico del cine hollywoodense y su relevancia en el mundo del séptimo arte.
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EL NUEVO SIGLO: Este 2022 la industria del séptimo arte celebra 50 años de “El padrino”, ¿qué ha representado esta cinta para el cine universal?
RICARDO CANTOR: Es una película épica que hace uso con total destreza y en muchos sentidos del lenguaje cinematográfico. Coppola era un joven director que se enfrentaba a dirigir a Marlon Brandon, a hacer una adaptación de la literatura, a darle un nuevo lugar al arte cinematográfico en una época de oro para la televisión norteamericana. Es una película que navega por géneros y subgéneros como el policiaco, el drama, el “thriller”, incluso insinuaciones del “western”, el “road movie” y de aventuras.
ENS: Al principio las críticas de la película eran negativas. Entre ellas se decía que era demasiado larga y oscura, ¿qué fue lo que hizo entonces que esta obra de Francis Ford Coppola llegara al éxito?
RC: La maestría en diferentes capas, la solidez del guion, lo soberbias que resultan las actuaciones de figuras consagradas como Brandon, así como el semillero para nuevas figuras del star system como Al Pacino, Diane Keaton, Robert Duval y la misma Sofía Coppola.
La película se desarrolla con una magnífica ambientación de época y una dirección de fotografía en su mayoría con claroscuro, lo cual evoca a la pintura y el teatro. La atmósfera es siempre íntima y cotidiana, la comida se resalta constantemente en el relato.
En ese sentido, esos vestigios culturales de los italianos se reflejan en su nueva vida como migrantes en Norteamérica. La pericia del director Francis Ford Coppola, y del equipo creativo, pone sobre la mesa en la época un cine autoral, con pretensiones estéticas, búsquedas narrativas y libertades estéticas.
ENS: ¿Por qué se considera que “El padrino” fue el último gran clásico de la historia del cine?
RC: Primero que todo es una saga, una película con tres entregas. Retrata abiertamente las relaciones e influencias de la mafia con los poderes políticos, la fuerza pública y círculos del entretenimiento, directamente con el cine y Hollywood. “El Padrino” en sí misma, y los efectos que generó, fueron el punto de partida de una nueva generación de figuras en la meca del cine: directores, productores, actores.
ENS: Cinco décadas después, ¿qué hace que siga tan vigente esta cinta, incluso con la nueva versión restaurada de “El padrino”?
RC: Lo atemporal de su forma cinematográfica, las dinámicas sociales que pone de manifiesto y que perduran en la sociedad. Los universos de poder, que aunque mutan, sostienen estructuras que influyen en sectores amplios (políticos, sociales, económicos) y las cotidianidades de muchos de nosotros. El reflejo de un sueño americano desidealizado, que segrega, que es complejo y violento. Las familias como núcleos sociales cuyas conductas desencadenan consecuencias a todo nivel en sus integrantes y trascienden por generaciones. Cabe destacar que la familia Coppola estuvo involucrada en diversos aspectos creativos como la musicalización de la película.