Por: Catalina Jaramillo

Periodista de El Nuevo Siglo

Una novedosa y curiosa forma de “intervenir la historia”, es la que se presenta desde hoy en El Museo de la Independencia, donde ocho mujeres de diversas condiciones revelan, a través de fotografías, su propia versión de la autonomía y empoderamiento femenino en la sociedad colombiana.

“La que tiene tienda…” es el título de la muestra que presenta diferentes posiciones que se tienen sobre la noción de independencia, relacionando negocios populares femeninos con la Casa de Llorente y su condición histórica de tienda de abarrotes, reflejando historias de vida de mujeres emprendedoras.

El proyecto fue uno de los ganadores de la Convocatoria “Intervenir la Historia”, llevada a cabo el año pasado por el Museo de la Independencia y la Casa Museo Quinta de Bolívar del Ministerio de Cultura, en asocio con el Departamento de Artes de la Universidad de los Andes, y cuyo objetivo fue recibir propuestas artísticas que lograran dialogar, indagar o reflexionar sobre los temas específicos de los museos y sus espacios.

La obra busca crear una analogía entre la época de la Independencia Nacional y la Casa del Florero -propiedad del español José González Llorente- y la lucha actual de las mujeres para crear sus propias actividades comerciales y liderar desarrollo personal, sus familias y su entorno. 

En la “intervención y exhibición fotográfica”, como así le llaman los organizadores del Ministerio de Cultura, las mujeres de las fotos se encontrarán por encima de los objetos que fueron elaborados en 1810, período de la Independencia. De esta manera, en el primer impacto, los visitantes sólo verán los trabajos de las protagonistas. Sin embargo, cuando se acercan a las imágenes  serán llevados por medio de un orificio a la historia de la Independencia.

Si bien durante la época colonial los negocios recaían principalmente sobre hombres adinerados que gozaban de reconocimiento social, como es el caso de González Llorente; con el paso del tiempo, las mujeres han ganado su espacio realizando diversas actividades que les han permitido un mayor reconocimiento social e independencia económica.

En esta ocasión, la tradicional Casa del Florero, abre sus puertas para recoger los testimonios de mujeres que hoy en día son propietarias de sus negocios; hecho que, según las protagonistas de esta obra, las hace obtener un prestigio similar al que tuvo en su momento González Llorente.