TIENE UN don: ve más allá de los muebles usados. Cada pieza, ya sea un sillón o una mesa, le cuenta una historia única. Lurdes Palacio, como delineante de arquitectura e interiorista de la Academia Superior de Artes en Medellín, sabe que reutilizar y dar nueva vida a los muebles usados no solo salva sus historias, sino que también es una respuesta directa a la emergencia climática.
Al prolongar la vida de estos objetos, reduce la demanda de recursos, disminuye el desperdicio y da alegría a muchas personas. Lurdes y su familia: su esposo Luis Javier Merino y sus hijos, Luis Felipe y Juan Pablo, son su corazón, además, su empresa. Desde 1989, con la ayuda de un dedicado equipo de artesanos, han elevado el reúso a un arte. No importa si es un mueble nuevo o antiguo, lo que importa es su esencia y su historia. Lo que hacen en Lurdes va más allá de la simple restauración. Es un compromiso con la economía circular y con un planeta más sano. Y mientras Lurdes viaja entre Medellín y Bogotá, siempre encuentra tiempo para escuchar a la gente, porque para ella, cada persona y cada mueble tiene una historia que vale la pena conservar.
Según la experta, los muebles son parte esencial de cualquier hogar: “brindan comodidad, funcionalidad y estilo, y en muchos casos guardan también recuerdos de la historia, de nuestra historia y de la de nuestras familias. Sin embargo, con el paso del tiempo muchos se deterioran, dejan de cumplir su función útil, resultan obsoletos o simplemente ya no agradan. Y es en este momento en donde la restauración es una excelente opción”, le dice la restauradora a EL NUEVO SIGLO.
Cinco razones
Para ella, hay cinco razones para restaurar, ya sean antiguos o modernos: “La primera es conservar su historia y su legado. Cada mueble tiene una historia que contar y juega un papel importante en el hogar. Muchos de ellos tienen un valor sentimental, ya que son una herencia familiar o un recuerdo de infancia y restaurarlos permite conservar esa conexión emocional. Además, al restaurar un mueble, se está creando una pieza única y exclusiva que no se puede encontrar en ningún lugar”.
Afirma que las reparaciones como cambiar la tela o retocar la pintura descolorida en la madera, pueden evitar daños mayores en el futuro. Además, en muchos casos, los muebles más antiguos suelen estar hechos con materiales de mayor calidad y al restaurarlos se puede devolver su durabilidad y calidad original, lo que resulta en piezas que durarán por generaciones.
¿Cómo dar nueva vida a los espacios? Según Lurdes “reformar un mueble puede ser una excelente opción para renovar el estilo de un espacio sin tener que comprar muebles nuevos. Puedes aprovechar su estructura y funcionalidad cambiando solo algunos detalles como el color o el acabado para darles un aspecto más actual. Por ejemplo, se puede convertir una cómoda en un escritorio, una mesa en un banco o un armario en una estantería. También es posible rediseñar un sofá o una silla y darles una nueva oportunidad”.
Otra de las ventajas de restaurar muebles, es personalizar al gusto propio: “Al restaurar muebles que ya tenemos, está la oportunidad de personalizarlos según los gustos y necesidades individuales. Se pueden elegir colores, acabados y detalles que se adapten perfectamente al estilo y ambiente del hogar. De esta forma aprovechamos su estructura y calidad ahorrando dinero y recursos. Por ejemplo, en el caso de un comedor, una opción popular es pintar la mesa y las sillas en un color moderno y atrevido. Si no te sientes seguro con el uso de colores brillantes, siempre puedes optar por un tono neutro para darle un aspecto minimalista y elegante. Además, otra opción que siempre tendrás para tener un comedor moderno en casa es cambiar el tapizado y para eso hay múltiples opciones en colores y tecnología, como materiales que repelen el agua, perfecto por si hay accidentes”.
Según la ONU, en 2019 el 4 % de la basura mundial fueron muebles. Al restaurarlos, contribuye al cuidado del medio ambiente, evitando generar más residuos y fomentando la economía circular.
“Así, puedes reducir tu huella ecológica y ser más responsable con el planeta. Al evitar desechar muebles, se reduce la cantidad de residuos que van a los vertederos y se aprovechan los recursos ya existentes. Hay que recordar que para fabricar muebles se necesita mucha energía, recursos y materiales. Tirar los muebles significa una gran carga para nuestro planeta, que, sin duda alguna afecta nuestro futuro”, detalla la restauradora de muebles.
Consejos útiles
Muchas veces la iniciativa existe, pero no se sabe por dónde ni cómo empezar, por ello, Lurdes Palacio compartió con este Diario algunas recomendaciones:
- Evaluar el estado del mueble y el valor sentimental que tiene para cada persona. “Antes de comenzar cualquier proyecto de restauración, es crucial sentarse con el mueble y evaluar su estado actual. Tómate un momento para conectar con él, sentir su historia y determinar cuánto amor y atención necesita. Entender a fondo el trabajo necesario, te ayudará a planificar y prepararse para darle nueva vida”.
- Respetar la historia del mueble. “Al reconocer la historia del mueble durante el proceso de restauración se preserva su autenticidad. Es crucial conocer su historia. Imagina todas las conversaciones, risas y momentos compartidos alrededor de ese mueble a lo largo de los años y seguro vas a querer conservar su capacidad de transmitir emociones y recuerdos, haciéndolo verdaderamente único y significativo”.
- Elegir los materiales adecuados. “Pídele a tu restaurador que te dé una gama de opciones de productos de alta calidad que sean compatibles con el tipo de madera y el estilo del mueble para obtener resultados duraderos y estéticamente atractivos. Ten en cuenta que resulta casi imposible conseguir la misma tela. Permítete abrir la mente para encontrar telas modernas y con nuevas tecnologías como las que tienen antifluido para facilitar la limpieza rápida y aquellas amigables a las mascotas, garantizando la durabilidad e igualmente la comodidad a todos los miembros de tu hogar”.
- Comunicar tus expectativas al restaurador. “Es importante hacerle saber al restaurador de manera clara y detallada cómo te gustaría que quedara el mueble finalmente. Explícale si hay algo específico que quieras conservar o cambiar y cualquier cosa que creas relevante para el proceso. Cada mueble es único. Siempre busco tener un contacto personalizado con sus dueños para así entender la importancia de cada objeto que me confían. Al final, ver cómo sus vidas se ven reflejadas en ellos, es una de mis mayores satisfacciones. Es un proceso muy intuitivo y personal, donde intentó respetar tanto el pasado del mueble como su futuro”.