Maestros del performance y arte abstracto en Nueveochenta | El Nuevo Siglo
“Lo que nos sostiene” muestra una mezcla de fotografías, instalaciones y performance del caleño José Olano.
Foto cortesía
Lunes, 21 de Marzo de 2022
Redacción Cultura

Un maestro colombiano del performance y la escultura y un referente internacional del movimiento del arte abstracto se encargarán de engalanar, por estos días, los muros y salas de la galería Nueveochenta con las exposiciones “Lo que nos sostiene” y “Estudios sobre el cuadrado”.

Desde este mes y hasta el 9 de abril los bogotanos y visitantes de la capital podrán conocer la obra del caleño José Olano y el español Julián Gil. EL NUEVO SIGLO consultó a Luciana Rizo, creadora del texto curatorial de las exposiciones, sobre las propuestas de estos dos grandes del arte que llegan a la galería.

“Lo que nos sostiene”

El caleño, nacido en 1985, presenta en la Sala Principal de la galería Nueveochenta “Lo que nos sostiene”, una exposición compuesta por videos, fotografías e instalaciones. Sus obras surgen alrededor del interés por el equilibrio y la fragilidad.

“Es el proyecto más reciente de José Olano, el cual es tremendamente complejo porque continúa con exploraciones, que ya había materializado en distintas exposiciones, en estas tensiones entre objetos que parece que se van a caer, que muestran la fragilidad de las mismas cosas que usamos en el día a día”, le explicó Rizo a este Diario.

El quehacer artístico de Olano cuestiona las obras de arte desde lo efímero. Asimismo, el artista crea una poética en la que el espectador participa de una experiencia inmersiva por el tamaño de cada una de las piezas.

“Él ya lo había trabajado con muebles, bancas, sillas en tensión que le producen al espectador distintas sensaciones porque es como ver la fragilidad. Hay personas que dicen que los pone nerviosos ver su obra, que les angustia porque sienten que se va a caer. Todo esto cuestiona de alguna manera la misma obra de arte porque a él no le interesa pensar en la obra como un objeto solamente de contemplación, que no se puede tocar, que no cambia, y solamente nos lo ponen en una galería o en un museo a la altura de los ojos, sino que todo esto que genera también hace parte de lo que le interesa a Olano”, indicó la experta.

Por otro lado, el performance es algo que también caracteriza no solo esta exposición, sino el estilo de Olano para materializa ideas antagónicas como la firmeza en contraposición con la vulnerabilidad; el riesgo y la certeza; la permanencia y la transformación, que irónicamente logran coexistir de manera poética.

Para esta muestra, Olano realiza algunas de sus obras en espacios públicos. Sus performances, como “Memorias de un balcón” (2022), son ejecutados en distintos lugares de Cartagena y juegan con elementos que hacen parte del contexto donde se desarrolla cada una de las piezas. Así, distintos cuerpos generan un diálogo en el que parece que el artista domestica el espacio y, a su vez, lo revitaliza. Es decir, los objetos que aparentan estar abandonados cobran vida al ser partícipes de la obra, ya sea por su material o por su textura.

Olano logra crear un juego armónico entre distintos objetos encontrados: una viga de una casa abandonada en Cartagena, una silla, un vaso de vidrio, entre otros. Los objetos por su naturaleza están construidos con un fin u objetivo que determina su uso. Olano toma estos, los despoja de su utilidad y los convierte en protagonistas de su obra. En esta particular exploración formal el vaso se torna en el soporte de la silla; el cuerpo del artista en el elemento de fragilidad y unas vigas de construcción en piezas de suspensión. Esta forma de ready-made evoca los conceptos antagónicos previamente mencionados, dándole paso a una amplia reflexión sobre el significado y el sentido de los objetos que usamos a diario.



Para Luciana, “José Olano representa una continuación de lo que ha sido el performance en Colombia, con artistas como María José Arjona, quien fue maestra también de José y en este sentido sigue con la importancia del cuerpo como parte de la obra de arte”.

“Estudios sobre el cuadrado”

Para esta exposición la galería presenta en su sala de proyectos la obra de Julián Gil, una de las figuras más destacadas del arte abstracto, en la que su intención es reflexionar sobre la abstracción geométrica a través de un estudio sobre las formas que resulta en una investigación del cuadrado como la esencia de las figuras geométricas.

Gil, nacido en Logroño, España, en 1939, estudió entre 1958 y 1963 en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando en Madrid. Ha trabajado como profesor en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura y en la Universidad Complutense de Madrid. En 1986 fue nombrado doctor en Bellas Artes por la UCM con el trabajo “Constructivismo en Madrid”. Su obra hace parte de destacadas colecciones privadas y públicas como la del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

El artista español continúa con la herencia de la abstracción de los grandes artistas del siglo XX en distintas expresiones como la escultura, el dibujo y la pintura. Así, en “Estudios sobre el cuadrado”, que es la exposición que se podrá visitar en la galería bogotana, se fusiona un análisis matemático y el estudio sobre el color en un ejercicio sobre sus combinaciones y contrastes.

Su obra proviene de una herencia evidentemente moderna, de un movimiento que reflexiona sobre la abstracción y cómo los artistas de las primeras décadas del siglo XX se dieron cuenta en su exploración de que las formas geométricas eran la abstracción de todas las cosas que hay en el mundo. Julián se centra específicamente en la forma cuadrada, con la que hace un estudio minucioso, casi que matemático, sobre cuántos cuadrados caben en un cuadrado”, aseguró Rizo.

De acuerdo con Luciana, Julián Gil es uno de los exponentes más importantes del movimiento de la Abstracción Geométrica española. En los años 70 hizo parte de una agrupación de la “nueva generación” y, posteriormente, junto con Amador Rodríguez, Waldo Balart, entre otros, creó el movimiento “No Grupo de Madrid” que continuaba con las reflexiones formales y conceptuales de los años veinte.

Su idea era darle visibilidad a las formas puras como el cuadrado, triángulo y círculo, entendiéndolas como el origen de cualquier representación. Así, las líneas y los planos se convirtieron en los protagonistas de sus obras. En este sentido, cada uno de los artistas manifestaba sus preocupaciones de manera distinta; por ejemplo, los escultores les daban prioridad a formas geométricas en las que participaba el vacío. Por su parte, Julián Gil hizo un estudio riguroso, metódico y matemático del cuadrado como figura geométrica y de sus múltiples representaciones en planos bi y tridimensionales.