A Bogotá llega la cantautora cubana Cristiana Elizabeth para presentar “Adorable Salvador” y “No temeré”, dos de las canciones que integran su álbum “Nace una esperanza”.
La primera dedicada a Jesús, el “buen alfarero” que moldea corazones y transforma realidades. La segunda, un grito de batalla en medio de la tormenta, del desierto que atraviesan los seres humanos en medio de calamidades e injusticias, un llamado al cielo con la confianza de que si Dios acompaña los días los nubarrones se irán dispersando.
La compleja historia de vida de Elizabeth Sánchez desde su nacimiento ha sido el punto de partida para la composición de sus canciones. En enero de este año se ganó el premio Galardón Internacional en la categoría Artista Revelación del Año 2022.
La cantautora también ha sido nominada y premiada por la Academia de Arte Cristiano de Nueva York, en cuyo certamen fue ganadora en la categoría Mejor Álbum del Año 2021. Asimismo, en el 2020 fue nominada como Mejor Artista Revelación del Año.
La artista logró traspasar los estigmas, los obstáculos y las dificultades para llevar un mensaje de esperanza a través de su música, “una alegoría a Dios y al poder que del cielo baja para superar cualquier calamidad”.
“Las dificultades son oportunidades. Creo que debemos buscar la felicidad en medio de la adversidad porque con fe, esperanza y amor podemos alcanzar todas nuestras metas”, dice la artista.
Relata que “desde su primer aliento probó ser una luchadora, aferrándose a la vida”. Hoy en día es una cantante lírica reconocida que ha despertado interés en influyentes promotores de la industria musical. Su impactante historia ha sido transmitida por la televisión nacional en Estados Unidos, México, Colombia, Honduras, República Dominicana y otros países.
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Milagro de vida
Nació en Placetas, Cuba, el 11 de marzo de 1993, en medio de sucesos peculiares y complicaciones durante el parto, que la llevarían a sufrir una broncoaspiración demeconio que le causó tres paros cardiaco-respiratorios. Esto conllevó posteriormente a una prologada hospitalización que daría como resultado un estado vegetativo a poco menos del mes de nacida.
Si bien, como ella afirma, su vida no ha sido fácil y ha tenido que enfrentar junto a su familia muchas dificultades asociadas al negativo pronóstico médico tras su nacimiento, a pesar de todas las limitaciones y condiciones ha luchado por ser feliz y nada la ha detenido.
A sus 29 años no solo ha recuperado sus capacidades motrices y cognitivas, superando todas las expectativas médicas, sino que además se ha convertido en una cantante portadora de un mensaje poderoso de esperanza, con el que espera movilizar corazones en América Latina.
Tal como se titula su trabajo musical, “Nace una esperanza”, conformado por 11 canciones cristianas que hablan de la vida, el amor y la fe, también ha nombrado su ministerio, una fundación creada con el propósito de motivar a las personas con necesidades especiales a alcanzar sus sueños y superar los retos que trae la adversidad y la desgracia, a través de talleres, charlas motivacionales, conferencias, conciertos y trabajo colaborativo con oficinas gubernamentales.
La canción busca derribar muros de limitaciones al infundir esperanza real en las familias cuyos hijos luchan con discapacidades. “He descubierto que la adversidad no hace excepción de personas y toca la puerta de todo ser humano de una manera u otra. Muchos de los obstáculos que he enfrentado en mi vida son debido a las consecuencias de mi nacimiento, pero otros son inherentes a cualquier ser humano. La vida puede ser injusta y no tenemos control de la adversidad y la calamidad, pero sí podemos ser sensibles ante las necesidades de los demás”, expresa la cantautora.
El álbum “Nace una esperanza” está disponible en todas las plataformas de música digital.