La segunda Novena de Aguinaldos correspondiente a este 17 de diciembre, arraigada a las tradiciones de Navidad de los colombianos, está dedicada a "La Anunciación a María", una jornada para hacer una reflexión sobre el momento en que el ángel Gabriel anuncia a María que será la madre de El Salvador.
En la narración del Evangelio de San Lucas, se marca el inicio del misterio de la Encarnación y exalta la humildad y obediencia de María ante el plan de Dios.
Durante esta ocasión, el ángel Gabriel se presenta ante María con un mensaje divino: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Al escuchar el anuncio de que sería la madre de El Salvador, María, aunque inicialmente turbada, responde con profunda fe: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Este acto de entrega incondicional se convierte en ejemplo de confianza y aceptación de la voluntad divina.
Consideración Día segundo
El Verbo eterno se halla a punto de tomar su naturaleza creada en la santa Casa de Nazaret, en donde moraban María y José. Cuando la sombra del secreto divino vino a deslizarse sobre ella, María estaba sola, engolfada en la oración. Pasaba las silenciosas horas de la noche en la unión más estrecha con Dios y mientras oraba, el Verbo tomó posesión de su morada creada.
Sin embargo, no llegó inopinadamente; antes de presentarse envió un mensajero, que fue el Arcángel San Gabriel, para pedir a María departe de Dios su consentimiento para la encarnación. El Creador no quiso efectuar este gran misterio sin la aquiescencia de su criatura. Aquel momento fue muy solemne. Era potestativo en María el rehusar... ¡Con qué adorables delicias! ¡Con qué inefables complacencias aguardaría la Santísima Trinidad a que María abriese los labios y pronunciase el Sí que debió ser suave melodía para sus oídos, y con el cual se conformaba su profunda humildad, a la omnipotente voluntad divina!
La Virgen Inmaculada ha dado su asentimiento. El Arcángel ha desaparecido. Dios se ha revestido de una naturaleza creada; la voluntad eterna está cumplida y la creación completa. El Verbo se ha hecho carne, y aunque todavía invisible para el mundo, habita ya entre los hombres que su inmenso amor ha venido a rescatar.
Oración para todos los días
Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres, que les disteis en vuestro Hijo la mejor prenda de vuestro amor para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En torno a él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro hijo humanado; suplicándoos por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en su pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con total desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
(Se reza tres veces el Gloria al Padre).
Oración a la Santísima Virgen
Soberana María, que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera por madre suya, te suplico que tu misma prepares y dispongas mi alma, y la de todos los que en este tiempo hagan esta novena, para el nacimiento espiritual de tu adorado Hijo. ¡Oh dulcísima Madre! Comunícame algo del profundo recogimiento y divina ternura con la que guardaste tu, para que nos hagas menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
(Se reza nueve veces el Avemaría).
Oración a San José
¡Oh Santísimo San José! Esposo de María y padre adoptivo de Jesús. Infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Te ruego, por el amor que tuviste al Divino Niño, me abrases en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén.
(Se reza el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria).
Gozos
Coro:
Ven, ven, ven, ven a nuestras almas,
Jesús, ven, ven, ven, ven a nuestras almas,
Jesús, ven, ven a nuestras almas,
No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús, ven, ven.
Estrofas:
- ¡Oh sapiencia suma del Dios soberano,
que a infantil alcance te rebajas sacro,
¡oh Divino Niño, ven para enseñarnos
la prudencia que hace verdaderos sabios!
(Coro)
- Adonai potente que a Moisés hablando,
de Israel al pueblo diste los mandatos,
¡ah, ven prontamente para rescatarnos,
y que un niño débil muestre fuerte brazo!
(Coro)
- ¡Oh raíz sagrada de Jesé que en lo alto,
presentas al orbe tu fragante ramo!
Dulcísimo Niño que has sido llamado
Lirio de los valles, Bella Flor del campo.
(Coro)
- Llave de David que abre al desterrado
las cerradas puertas de regio palacio,
¡sácanos, oh Niño, con tu blanca mano
de la cárcel triste que labró el pecado!
(Coro)
- ¡Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos,
que entre las tinieblas tu esplendor veamos!
Niño tan precioso, dicha del cristiano,
luzca la sonrisa de tus dulces labios.
(Coro)
- Espejo sin mancha, santo de los santos,
sin igual imagen del Dios soberano,
borra nuestras culpas, salva al desterrado,
y en forma de Niño da al mísero amparo.
(Coro)
- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro,
de Israel anhelo, Pastor del rebaño,
Niño que apacientas con suave cayado,
ya la oveja arisca, ya el cordero manso.
(Coro)
- Ábranse los cielos y llueva de lo alto,
bienhechor rocío como riego santo.
Ven hermoso Niño, ven Dios humanado,
luce hermosa estrella, brota flor del campo.
(Coro)
- Ven que ya María previene sus brazos,
do su Niño vean en tiempo cercano.
Ven que ya José con anhelo sacro,
se dispone a hacerse de tu amor sagrario.
(Coro)
- Del débil auxilio, del doliente amparo,
consuelo del triste, luz del desterrado,
vida de mi vida, mi dueño adorado,
mi constante amigo, mi divino hermano.
(Coro)
- Ve ante mis ojos de ti enamorados,
bese ya tus plantas, bese ya tus manos.
Prostérneme en tierra, con fervor clamando:
¡Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto!
(Coro)
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