TRES ARTISTAS pondrán en escena el auge y ocaso del sueño moderno latinoamericano en el primer ciclo expositivo del 2024 en el Museo de Arte Moderno de Bogotá, Mambo.
Mientras que la obra de Carlos Cruz-Diez, especialmente en su dimensión pública y urbana, simboliza la curiosidad y el optimismo de América Latina en los años del boom económico venezolano, la de Alexander Apóstol reflexiona acerca del pasado glorioso y el deterioro de este sueño, cuestionando el modelo de modernidad que una vez fue celebrado en el continente sudamericano. Adicionalmente, la investigación de Carlos Castro Arias se centra en la apropiación y recontextualización de imágenes históricas relacionadas a hechos y mitos colombianos y latinoamericanos.
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Este nuevo ciclo expositivo promete un diálogo entre el sueño de la Gran Colombia con legados coloniales, arqueología de geometrías, y ecos de luchas sociales y políticas.
Ciclos expositivos
El primer ciclo (14 de marzo - 9 de junio) reúne las obras del colombiano Carlos Castro Arias, del artista venezolano Carlos Cruz-Diez y del hispano-venezolano Alexander Apóstol.
El pasado nunca muere. No es ni siquiera pasado, es la primera muestra institucional en Bogotá del artista colombiano Carlos Castro Arias, en donde se ponen en diálogo las figuras, ídolos y referentes que en diferentes épocas han aglutinado una narrativa de nación.
Maestro del color
Mientras que la muestra titulada Cromofilia (del griego pasión intensa / apreciación profunda por el color), es una exposición que conmemora el centenario del natalicio de uno de los principales referentes del arte óptico latinoamericano: Carlos Cruz-Diez (Caracas, 1923 - París, 2019). El artista venezolano es internacionalmente reconocido por sus exploraciones con la luz, el color y el espacio, produciendo obras dinámicas y cautivadoras a partir de interacciones cromáticas que toman lugar en el plano, el espacio y la retina del espectador.
El artista venezolano fue ganador de numerosos galardones; distinguido en 2012 con la Legión de Honor Francesa y sus obras forman parte de las colecciones de los principales museos de todo el mundo, como el MOMA de Nueva York, la Tate Modern de Londres, el Centro Pompidou de París o el Museo de Bellas Artes de Houston (EE. UU.).
Protagonizó desde su país caribeño, junto con otros artistas como Jesús Soto o Juvenal Ravelo, una poderosa corriente en el cinetismo. Sus “fisicromías”, mezclas de colores que danzan al ritmo del movimiento del observador, se convirtieron en símbolos del “op art” o arte óptico.
“Tiene una invención: la metamorfosis del color. Ocurre con el desplazamiento del espectador, con gamas de colores que no se perciben si estás estático frente a la obra. Una vez empieza el movimiento, ocurre la metamorfosis”, comentó hace unos años Ravelo, discípulo y amigo del maestro, a la AFP.
El color es “una situación efímera, una realidad autónoma en continua mutación” y, como los hechos, tiene lugar “en el espacio y en el tiempo real, sin pasado ni futuro, en un presente perpetuo”, comentaba Cruz-Diez al analizar su propia obra.
Ganador del Premio Nacional de Artes Plásticas en 1971, adquirió fama mundial con reconocimientos en Argentina, Brasil, Francia, España y Estados Unidos, entre otros países.
Postura y geometría en la era de la autocracia tropical es la primera muestra institucional del CEN el país, donde aborda las identidades nacionales relacionadas con la sexualidad y el género, examina el declive del modernismo urbanístico e industrial en Latinoamérica ofreciendo un análisis crítico de los procesos estéticos de construcción política en un entorno tropical cada vez más proclive a la autocracia.