Recorriendo el interior de La Sirga | El Nuevo Siglo
Jueves, 23 de Agosto de 2012

La ópera prima del director colombiano William Vega La Sirga será estrenada mañana en todas las salas de cine del país. El film, ganador del premio a Mejor Fotografía y Premio Especial del Jurado en el 16° Festival de Cine de Lima, cuenta la historia de Alicia, una mujer que ha sido desterrada por el conflicto armado e intenta rehacer su existencia en La Sirga.

William dialogó con EL NUEVO SIGLO a cerca de su exitoso film y de las expectativas que tiene con su proyección en el país.

EL NUEVO SIGLO: ¿Qué significó La Sirga?

WILLIAM VEGA:La Sirga es un proceso de investigación. Es una serie de dudas y afirmaciones puestas en este gran experimento cinematográfico. Es la posibilidad de asumir el cine como búsqueda de conocimiento y como revelación. Como lenguaje infinito, todavía inexplorado, cambiante.

ENS: ¿Cuáles son las mayores enseñanzas que le deja como cineasta su ópera prima?

WV: Al principio yo creía que uno hacía historias, guiones y cortos para afirmar algo. La Sirga poco a poco me ha ido enseñando que el verdadero conocimiento surge de la duda y que el cine es entonces una herramienta de conocimiento. Me ha llevado a cuestionar lo narrativo y lo estético, lo técnico y lo ideológico. En ese sentido ha sido una exploración constante de lo cinematográfico como arte del tiempo y el espacio, como la arquitectura, diría Salmona, “no se trata de abreviar sino de errar. De darle uso al tiempo”. Conectando con Pirsig, he aprendido a alejarme de la carretera principal, la rápida, la que acorta el tiempo y la distancia, la que todos usan. Y poco a poco me van fascinando los caminos secundarios con poco tráfico, sin mucha publicidad, donde la gente saluda al pasar.

ENS: ¿Cómo llegó a participar en el Festival de Cine de Lima? ¿Cómo fue la experiencia?

WV: A raíz del estreno mundial en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes varias puertas se han ido abriendo para el proyecto. Una de ellas tiene que ver con el Festival de Cine de Lima. En Cannes pudo ser vista por programadores que la seleccionaron para este importante evento latinoamericano, que ya cumple 16 años. Siempre es un gusto compartir experiencias con realizadores de la región, aprender de los diferentes procesos, confrontar la película a diferentes lecturas y, bueno, en este caso la alegría aumenta con dos distinciones tan importantes como el premio Especial del Jurado y premio a la Mejor Fotografía.

ENS: ¿Qué expectativas tiene con la participación en el Festival de San Sebastián?

WV: En San Sebastián se dan cita las películas latinoamericanas más interesantes del año. Allí estamos en competencia con Después de Lucía, la película ganadora del premio "Un certain regard"; con Aquí y Allá, la ganadora del premio de la "Semana de la Crítica" ; y por si fuera poco con Post Tenebras Lux, que obtuvo premio al Mejor Director en el Festival de Cannes. ¡Las expectativas entonces pueden ser algo bien curioso al estar tan bien rodeados! Creo que es un lujo para La Sirga compartir cartel con estos títulos.

ENS: ¿Cómo lograron asegurar antes de su estreno la distribución de la película en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica?

WV: El resultado es gracias a todo un equipo que está detrás del proyecto. De alguna manera es clave en todo este proceso de la visibilización de La Sirga en Cannes. Pero antes de todo esto, el camino empieza con el apoyo de Elba McAllister y su equipo de Cineplex, quien distribuye la película para Colombia y Latinoamérica. Es una aliada fundamental en todo el proceso, quien logra una venta muy importante para Moviecity. Gracias a los coproductores se establecen estas alianzas, como es el caso de MPM de Francia, quien distribuye para Europa y que son quienes conectan la cadena con Filmmovement de Estados Unidos. Ellos tienen entonces la labor de que La Sirga se acerque a muchos públicos, sociedades e individuos.

ENS: ¿Quién es Alicia?

WV: Alicia como personaje va más allá de una anécdota individual. Es la representación de la tierra fértil deseada por diferentes poderes que se quieren instaurar en ella. Es el campo y el campesino saqueado, desmembrado, interrumpido por la guerra.

ENS: ¿Dónde fue rodada esta película y cómo fue trabajar en estos paisajes?

WV: La historia se debe al contexto social y cultural del territorio sagrado de La Cocha en Nariño, al sur de Colombia, sin pretender en ningún momento agotar ni abarcar toda la riqueza y saberes de sus pobladores. Es un simple punto de vista, donde la realidad nacional crea un presente producto de la fusión de épocas. Intervienen para trabajar en La Sirga como un lugar con contexto, históricamente muy profundo y denso.

El paisaje, más que un decorado, debe ser entendido como el conocimiento vivo de un pueblo y no como una búsqueda exotista. Esto es indispensable para acercarse a esa realidad del lugar. Entender su cosmogonía, esquemas de valor, formas de relación con el otro, con la tierra, entran a jugar un papel muy importante en el diálogo que se establece con los personajes que hacen parte de la comunidad y que inspiran la historia. La laguna es un personaje que potencia la historia. Es el catalizador que genera una atmósfera que lleva a los otros personajes a permanecer contenidos. La laguna es la naturaleza, es el Dios que provee.

ENS: ¿Cómo se le ocurrió un hostal en medio de la nada?

WV: Somos seres sociales pero también somos islas, somos barrios pero también universos particulares que ocurren puertas hacia adentro. Cada casa es un mundo, una historia, y en La Sirga me tomo el atrevimiento de un investigador de aislar un elemento y observar su comportamiento. Hay días en que solo vemos otras vidas a la distancia, en la otra orilla. Uno de esos días se materializa en esta historia.

ENS: ¿Qué tan complicado es conseguir recursos para la producción de una película que da la impresión de estar alejada de lo comercial?

WV: El esquema de producción parte de una convicción bressoniana muy clara: “No pienses tu película fuera de los medios que posees” y el sabio consejo de que “la facultad de aprovechar bien los recursos disminuye cuando su número aumenta”. Esta idea de que siempre tuviéramos el control de la película nos llevó a plantear este esquema de un presupuesto justo, más bien pequeño. Por las características del proyecto debía ser financiado por fondos nacionales e internacionales de apoyo aunque entendiéramos que esto podría significar un proceso más lento e impredecible al tratarse de una ópera prima de un realizador, en mi caso, desconocido. Para nuestra fortuna la historia fue calando en las diferentes convocatorias logrando convencer a diferentes jurados que nos otorgaron tres incentivos en la etapa de desarrollo.

ENS: Háblenos acerca del elenco de la película. ¿Lograron superar sus expectativas?

WV: El trabajo con los actores tenía dos conceptos claves: la fidelidad a la vida cotidiana en el escenario y la verdad como parte del actor. Para lograr esa verdad en el casting nunca busqué actuaciones. Así fueran actores quienes se presentaban, no exigí una prueba, solo me dediqué a entrevistarme personalmente con los aspirantes y a hacerles muchas preguntas. Fue así que no encontré intérpretes sino que encontré a los personajes. Esto significa que no buscaba que alguien se adaptara a lo que yo había escrito, sino todo lo contrario. Cada uno de los personajes venía de un origen distinto, cada uno con una formación diferente, con una historia de vida particular. Eso me llevó a tener distintos métodos con cada uno de ellos. Sin embargo, un principio a respetar fue que no conocieran el guión. Privarlos de ese conocimiento eliminaba la predisposición del actor a la escena, la memorización de diálogos, la sobreinformación innecesaria, la sobreactuación. Realmente el método fue transmitirles la seguridad para que confiaran en mí y me dejaran llevarlos por un camino que desconocían.

ENS: La película cuenta con una notable fotografía teniendo en cuenta los paisajes y el estilo documental que podemos ver. ¿Cómo llegó a trabajar con Sofía Oggioni Hatty?

WV: Con Sofía veníamos del proceso del Vuelco del Cangrejo, además de proyectos de formación alrededor del audiovisual. Somos de la misma escuela y ha sido parte de este proceso de crecimiento como equipo. Ambos veníamos de una inquietud visual muy similar y era esta idea de mirar a través de la niebla. Sofía tiene un manejo impresionante de la luz y esto, sumado a toda la propuesta muy ligada a lo pictórico, fue llevado con maestría al proyecto no solo en rodaje sino en la complicidad del trabajo de mesa y toda la etapa de postproducción.