El sector de la moda nacional quiere retomar las cifras positivas que alcanzó al cierre del 2019 cuando logró exportar 912 millones de dólares. De igual manera, el primer trimestre de 2020, antes de las cuarentenas, el país había logrado exportaciones por 242 millones de dólares, según informó Colombiamoda. Estos números positivos se reflejaban en el mercado interno, por lo que la expectativa de recuperación es alta.

No es un secreto que los diseñadores y las marcas tuvieron que cambiar sus modelos de lanzamientos debido a la coyuntura mundial. El vestuario se ha tenido que adaptar a las nuevas necesidades de vida y, por ende, algunas tendencias que iniciaron en 2020 se mantendrán, pero otras llegan para conquistar los diferentes gustos del mercado.

“Durante esta temporada será muy común que veamos el uso de hombreras, una predilección por los blazers, blusas y vestidos; además de las transparencias y detalles en lencería, así mismo una inclinación por los rojos y rosados; en sus diferentes tonalidades, tonos neutros, tierra y amarillos, todos ellos tendrán un alto protagonismo, así como los estampados. El año pasado vimos que la ropa ‘comfy’ ganó fuerza por la necesidad de las personas de sentirse más cómodas que elegantes. Esto llegó para quedarse. Desde hace varias temporadas los tenis van con casi todo y las mujeres hemos podido disfrutar este año de la comodidad”, afirmó Ana Jiménez, country manager de la plataforma GoTrendier.

Así mismo, Jiménez, agregó que desde Europa ya se están marcando algunas inclinaciones sobre la retoma de estilos. Allí los años 70 están volviendo a la vida por lo que las casas de moda y diseñadores los están tomando de base para trazar las líneas de la temporada de moda contemporánea.

Teoría que reafirma la Escuela Superior de Diseño de Barcelona ESDESIGN, al enfatizar que la sastrería clásica, con blazers y trenchs con cuadros tartán, son un must de los diseñadores, al mostrar prendas más arriesgadas, con patronaje oversize como las de Balenciaga, o con mezcla de tejidos como en la colección de Alexander Mqueen, donde Sarah Burton rinde homenaje al art noveau escocés.