Sean Connery, la herencia del primer y “original” James Bond | El Nuevo Siglo
Aunque Sean Connery, murió a los 90 años en Nasaú, Bahamas, su legado se mantiene vivo gracias a su robusta filmografía, la cual le regaló al mundo joyas del séptimo arte.
Foto AFP
Domingo, 8 de Noviembre de 2020
Redacción Cultura con AFP

“Un grande del cine”, “el hombre más sexy” o el “primer y mejor James Bond de todos los tiempos”. Así define el mundo del espectáculo al actor británico Sean Connery, quien a pesar de haber fallecido hace uno días a sus 90 años, continúa siendo venerado por la industria de la pantalla grande y permanece en la memoria de sus seguidores gracias a su legado.

Thomas Sean Connery, nacido el 25 de agosto de 1930, creció en el seno de una familia sin recursos, en las afueras de Edimburgo y toda su vida luchó por salir de la pobreza. La escuela no ocupó muchos años de su vida, ya que se salió a temprana edad.

Es la pobreza la que puso a Sean Connery en marcha. La que impulsó su ascenso, en primer lugar hacia la independencia financiera, y luego hacia la creación”, explicó Michael Feeney Callan, uno de sus biógrafos.

Un paso al éxito

A los 16 años se unió a la Marina y cuando volvió a la vida civil trabajó como profesor de natación, albañil, camionero, repartidor de carbón, guardaespaldas y pulidor de ataúdes. También se dedicó al fisicoculturismo, antes de embarcarse en una carrera de actor, con la que sin saberlo se convertiría en un gigante del cine.

Gracias a su estado físico, Connery consiguió el pase a la pantalla, ya que un cazatalentos lo vio en un telefilm para la BBC y fue cuando a sus 27 años el artista comenzó en el mundo de la actuación. Así obtuvo su primer contrato oficial con la 20th Century Fox.

Bond, James Bond

La icónica frase “Bond, James Bond”, estaría a punto de iniciar un legado por varias generaciones, pues después de su primera firma, los directores de una serie sobre espías se interesaron en él para el papel principal, pero Connery no estuvo dispuesto a presentarse a un casting, pues sus ideales se basaban en ser lo más natural posible.

Por ese carácter que mostró al imponerse al papel, sin ninguna prueba, terminó de convencer a los productores, encarnando así al primer agente secreto James Bond 007 en Doctor No, en 1962

De allí en adelante interpretó siete veces a Bond, lo que llegó a aburrir de cierta forma al actor. Así lo mencionó en una entrevista en los 80, cuando hizo por última vez su papel emblema. “Contrariamente a lo que algunos piensan, siempre aprecié a Bond, aunque a veces me parecía detestable”.

“Fue y quedará siempre en la memoria como el James Bond original, cuya entrada indeleble en la historia del cine comenzó cuando pronunció estas inolvidables palabras: ‘Mi nombre es Bond, James Bond’”, afirmaron los productores de la saga, Michael Wilson y Bárbara Broccoli.

Una fama eterna

Su presencia en la industria cinematográfica fue aumentando al punto de grabar más de 60 películas al lado de los más grandes directores. Su filmografía comienza en 1961 con La investigación misteriosa, de John Lemont y Dos comandos, de Cyril Frankel;.y finaliza en el 2003 con La liga extraordinaria, de Stephen Norrington.

Su talento, como era de esperar, fue reconocido en sus años de gloria con un Óscar por su actuación en Los intocables, de Elliot Ness en 1987. Además recibió por la misma cinta tres Golden Globes y dos Premios Bafta.

Aunque para muchos, Connery quedará en la memoria con su característico esmoquin, su cigarrillo en la boca, empuñando una pistola y con unas habilidades seductoras por su primer personaje icónico, otros lo recordarán por el fraile Guillermo de Baskerville, un detective medieval inspirado en Sherlock Holmes, en la adaptación cinematográfica de El nombre de la rosa  o como el papá de Indiana Jones en La última cruzada.

Al borde del volcán, La gran aventura de Tarzán, El día más largo de Ken Annakin, Andrew Morton y Bernhard Wicky con John Wayne, Robert Mitchum, Henry Fonda, La rosa y la flecha de Richard Lester, con Audrey Hepburn y Robert Shaw, Meteoro de Ronald Neame, con Natalie Wood y Karl Malden, La casa del octubre rojo John McTiernan, con Alec Baldwin y Scott Glenn, Robin Hood: príncipe de los ladrones de Kevin Reynolds, con Kevin Costner y Morgan Freeman., La trampa de Jon Amiel, con Catehrine Zeta Jones, Jugando con el corazón de Willard Carroll con Gena Rowlands y Dennis Quaid, y Descubriendo a Forrester de Gus van Sant son otros filmes que completan su legado.

Para Christopher Bray, escritor de Sean Connery: Una biografía, Connery no aparece en las películas sino que logra que las cintas nazcan en torno a la sola idea de su presencia”.

Aunque su carrera en la actuación culminó en el 2003 por decisión propia, su popularidad nunca cayó, ya que aún luego de haber pasado 10 años de su retiro fue nombrado por Estados Unidos como su actor británico favorito. Además algunos años antes fue catalogado por la revista People como “el hombre vivo más sexy” y una década después como “el más atractivo” del siglo XX.

El adiós definitivo

El pasado 31 de octubre murió el actor en Nasaú, Bahamas, por gracia de una enfermedad crónica: demencia. Así lo aseguró su esposa Micheline Roquebrune, en una entrevista con Daily Mail: “Sufría de demencia y eso le pasó factura. Pudo cumplir su último deseo, irse discretamente”. Según Roquebrune el artista “se fue en paz, mientras dormía”.

Es así como un genio del cine, que comenzó luchando por salir de la pobreza, representa no solo una figura para admirar de la industria, sino un ejemplo a seguir para las generaciones de actores emergentes por su trayectoria en la pantalla grande, que duró más de cuatro décadas.

“Por supuesto, Sean Connery como James Bond me inspiró personalmente pero parece haber encapsulado más una época: los sesenta”, comentó uno de sus sucesores, George Lazenby.