Apenas 30 minutos ante Japón. Una fastidiosa fatiga muscular lo condenó a sufrir la venganza de los ‘Samuráis Azules’ en la incomodidad del banco. Ahora los focos apuntan hacia él. Colombia necesita de su superhéroe para salvar el Mundial.
James Rodríguez es la estrella esperada en Kazán para el crucial partido de mañana ante Polonia. El ‘10’, si logró recuperarse, tiene el poder de transformar en esperanza el delicado momento del seleccionado de José Pekerman.
El inesperado 2-1 que los cafeteros encajaron con diez hombres desde los 3 minutos por la expulsión de 'la Roca' Carlos Sánchez, alteró el cálculo matemático que el cuerpo técnico contemplaba en la primera fase para llegar a octavos de final.
Para Pekerman y sus dirigidos la victoria en el primer partido en Rusia era un mandamiento sagrado, como lo fue ante Grecia hace cuatro años en Belo Horizonte, adonde los cafeteros con un 3-0 abrieron el camino para su mejor presentación histórica en las Copas del Mundo.
“La cara positiva (de la derrota) es que el equipo pudo sobreponerse tras un gol y una expulsión de un jugador determinante a los tres minutos. Si hizo esto puede afrontar los próximos partidos y ganarlos. Tomarse revancha de este partido”, dijo Pekerman con ilusión.
En esa misma dirección apuntó el capitán Radamel Falcao García, para quien las posibilidades de avanzar a los octavos siguen intactas.
“El hecho de tener la posibilidad de clasificar en estos dos partidos nos da mucha ilusión. Este equipo ha mostrado siempre que tiene carácter y nos favorecemos en lo que se hizo bien ante Japón”, destacó ‘El Tigre’ del AS Mónaco.
Cuando James se paró del banquillo para iniciar los trabajos precompetitivos, la numerosa mancha amarilla sacudió los cimientos del Mordovia Arena de Saransk. El crack cafetero alimentaba la ilusión del empate. Japón se ponía en alerta.
James vagó por las inmediaciones del área nipona sin mucho sentido, buscando un hueco que no existía o un despiste de la defensa rival, que nunca perdía la atención.
Sus aportes fueron contados, y más bien su desempeño mostró el por qué no fue titular. Voluntad le sobró, pero fútbol e imaginación no. El ‘10’ no estaba en condiciones físicas, sus movimientos en la cancha así lo evidenciaron.
Mensaje e ilusión
Pero el astro del Bayern Múnich, el que sorprendió a todos en Brasil al apoderarse de la Bota de Oro de ese Mundial y marcar el gol más lindo de la cita (ante Uruguay, en octavos), jugó rápidamente el partido en las redes sociales y allí el mensaje fue de optimismo.
“Los ganadores no se detienen frente a los errores. Levantan la cabeza y esperan con paciencia la próxima oportunidad para hacerlo mejor. Confío en mi selección”, escribió James en su cuenta en Instagram al término del encuentro.
Las prácticas desde el miércoles en Sviyazhsk (34 km al oeste de Kazán), un día después del revés con Japón, han mostrado a un James activo, sonriente, una señal de que el ‘10’ parece haber superado la dolencia con la que llegó a Rusia.
Colombia necesita a su superhéroe. Y James tiene en su zurda prodigiosa la fórmula para sacar al equipo del hueco en el que se metió por sus propios errores. Y si el ‘10’ está bien, hay ilusión.
Ayer el equipo trabajó pensando en lo que será el duelo de mañana en el que se necesita ganar o ganar para recomponer el camino./ENS-AFP
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