La Bundesliga está preocupada. A un día de su puesta de largo, comentaristas y expertos insisten en dos retos pendientes: cómo evitar un séptimo título consecutivo del Bayern, y cómo detener la paulatina decadencia del fútbol alemán, humillado en el Mundial de Rusia y en caída libre en competiciones europeas.
Como marca la tradición, el vigente campeón abrirá el telón hoy, en casa, ante el Hoffenheim, tercero la pasada temporada y clasificado para la Liga de Campeones. Entre el resto de partidos de la primera fecha destaca el Borussia Dortmund-Leipzig.
El técnico Niko Kovac, confirmó la presencia del colombiano James Rodríguez en la convocatoria para dicho compromiso.
El Schalke, segundo detrás de los bávaros la pasada temporada, viajará mañana a Wolfsburgo sin dos de los artífices del éxito del curso pasado; Leon Goretzka, fichado por el Bayern, y Max Meyer, rumbo al Crystal Palace.
Para el ‘Rekordmeister’ y su nuevo técnico Niko Kovac lograr el título de la Bundesliga es lo mínimo para aprobar el curso, y un segundo puesto se vería como un fracaso. “Los que esperan que el Bayern se vaya a relajar se van a decepcionar”, avisó el dirigente bávaro Karl-Heinz Rummenigge: “En nuestro ADN no está el gen que provoca la sensación de falta de hambre”.
Los dirigentes y aficionados del Bayern tienen el punto de mira más allá de las fronteras de Alemania. El objetivo no es otro de conquistar la Liga de Campeones, un trofeo que se les escapa desde 2013.
El equipo está construido con ese objetivo, pero mientras que los grandes de Europa están inmersos en una carrera desenfrenada de refuerzos, el mercado deja interrogantes en Múnich.
El chileno Arturo Vidal se fue el Barcelona, el brasileño Douglas Costa a la Juve, y es traspaso del central Jerome Boateng al París SG es aún posible.
Pero las llegadas no han sido de ese calibre: los jóvenes Goretzka y Serge Gnabry (regreso tras préstamo al Hoffenheim) aún no han demostrado su valía al máximo nivel. El luso Renato Sanches no despegó en su cesión al Swansea, y el prodigio canadiense de 17 años Alphonso Davies es sólo una promesa.
Los campeones de Alemania renovaron por una temporada al dúo Ribery-Robben (35 y 34 años), solventes sobre el césped, pero expuestos a las repetitivas lesiones, y con una edad que puede pasarles factura con dos partidos a la semana.
Algunos se preguntan si la escasa oposición que encuentra el Bayern en Alemania es suficiente para preparar sus compromisos europeos.
La eliminación de la ‘Mannschaft’ en primera ronda del Mundial de Rusia traumatizó al país, pero sobre todo puso de relieve un fenómeno perceptible a nivel de clubes las últimas temporadas; el fútbol alemán ya no es competitivo.
A excepción del Bayern, los resultados de los equipos alemanes en competiciones europeas están en caída libre.
Ello se acentúa por el éxodo de talentos hacia el extranjero que se produce en cada mercado de fichajes. La única estrella del Mundial que llegó a Alemania es el belga Axel Witsel (del Tianjin Quanjian al Dortmund por 20 millones de euros).
Dos campeones del mundo de perfil bajo, Corentin Tolisso en el Bayern y Benjamin Pavard en el Stuttgart darán lustre al campeonato.
La estricta normativa que impide a los clubes alemanes caer en manos de inversores millonarios les impide aparentemente competir de igual a igual con los potentes clubes españoles e ingleses a la hora de acometer fichajes.