El interminable ‘Nairomán’ en el ciclismo de élite | El Nuevo Siglo
NAIRO QUINTANA demostró en el Tour de Francia que está vigente y listo para seguirle dando victorias al ciclismo colombiano y a su equipo, el Arkea.
Arkea
Domingo, 31 de Julio de 2022
Redacción Deportes

Es posible que “el sueño amarillo” de Nairo Quintana ya no se haga realidad, pero el boyacense continuará dando de qué hablar por unos años más.

Ya recuperado de dolencias físicas (fue operado de sus rodillas) y con un trabajo planificado al dedillo, a pesar de no contar con escuderos en el pasado Tour de Francia, estuvo dando pelea por un lugar en el podio.

Han pasado diez años desde que apareció por primera vez en la ronda gala y sorprendió al mundo del ciclismo con su segundo lugar. De aquel 2013 a hoy muchos son los kilómetros recorridos y la renovación del lote, tanto que sorprende que el boyacense se mantenga tan vigente.

Como todo deportista, ha tenido momentos buenos, regulares y malos. En todos, ‘Nairomán’ ha sabido asimilarlos y seguir adelante, mas no así sus detractores, quienes lo convirtieron en ciclista jubilado.

A su segundo lugar en la ronda gala en 2013 sumó la corona en el Giro de Italia en 2014, un nuevo segundo lugar en el Tour en 2015, un tercer lugar en la legendaria carrera y el título en la Vuelta a España en 2016.

Solo esos logros debieron servir para posicionarlo como el más grande del ciclismo colombiano. Pero no ha sido así y eso que ha conquistado victorias en etapas de las tres ‘grandes’ del pedalismo mundial, más títulos en otras carreras de primer nivel.

Ni siquiera en el equipo Movistar lo valoraron en toda su dimensión cuando los resultados no fueron los esperados y por ello en 2019 se despidió del representativo español y se vinculó al Arkea-Samsic, el mismo que estaba en la categoría Pro Tour y que hoy está a las puertas de la World Tour y todo gracias a su trabajo.

Lo hecho por el boyacense, nacido en el municipio de Cómbita, le ha valido para sumar los puntos que se requieren para ascender y no es por, como se dijo, que solo se muestran en carreras “chiquitas”.

Clara demostración de ello es lo hecho en el Tour de Francia que finalizó el pasado domingo en los Campos Elíseos con victoria de Jonas Vingegaard, siete años más joven que Nairo y segundo lugar de otro jovencito, Tadej Pogacar.

Más valioso resultan su sexto lugar en la clasificación general y los puntos que sumó para que su equipo alcance la máxima categoría el año entrante, si se tiene en cuenta que Nairo no tuvo escuderos.

Vingegaard siempre estuvo rodeado por varios compañeros del Jumbo y cuando cumplían con su labor, alguno le quedaba para cuidarle la espalda y trabar si era necesario. Lo mismo ocurría con Pogacar y el EAU Team Emirates.



El tercero en la general, Geraint Thomas, no contó con un equipo tan poderoso, aunque normalmente uno de sus compañeros lo respaldaba.

En cambio Nairo siempre se veía solo. Ni siquiera Warren Barguil, en aquella etapa en la que el colombiano atacó y acarició la victoria, lo auxilió. Cuando el boyacense le pidió algo de beber, el francés ni siquiera lo miró y mucho menos le resistió el paso.

Experiencia

Nairo y su equipo están invitados a la Vuelta a España tras varios años sin ser tenidos en cuenta. El boyacense, que terminó en buena forma la ronda gala, ya confirmó su presencia y se erige como uno de los grandes favoritos a ganarla.

La ventaja que tiene el boyacense, que en 2015 puso de moda la runa rosada y en 2016 la roja, es que los años lo han enseñado a dosificarse, a saber cuánto puede gastar, a no desesperarse porque los rivales lo atacan y se van.

El boyacense hace lo que algunos llaman “correr con inteligencia”, factor que contribuye a que se mantenga vigente en el gran lote, a que lo respeten los rivales, quienes saben que no pueden darle ventaja porque sabe aprovecharla.

Lo que haga en la ronda ibérica será ganancia. Llega como candidato a la victoria final pero eso no quiere decir que la tiene que ganar sí o sí, porque hay que tener en cuenta que su equipo es débil, que no tiene grandes escaladores que lo auxilien en la montaña y que su labor se limita al llano.

Luego habrá que ver cuáles objetivos se traza el pedalista más laureado, de mayores logros en Colombia. Seguramente entre sus objetivos nuevamente estará el Tour de Francia, ya no como “el sueño amarillo” sino como la posibilidad de podio, así de por medio esté una generación de ‘monstruos’ a los que es difícil seguirles el paso.

Y seguramente continuará sumando a su palmarés victorias de etapa, en clásicas y, por qué no, en alguna de las tres ‘grandes’, porque si de algo ha dado muestras es de que es un ciclista interminable, al que cuando muchos lo dan por acabado les dice: aquí sigo vigente.