Como dijo Dante Panzeri, el fútbol es la dinámica de lo impensado, justo cuando creíamos que el deporte rey era dominado por los equipos que manejan la técnica y la táctica, aparecen escuadras como el Liverpool o el Tottenham donde sus técnicos revolucionan y alteran lo establecido durante los últimos años.
Ver a estos dos equipos trae a la memoria esos partidos de infancia, cuando la luz del sol caía y la pelota cada vez se veía menos, y alguien gritaba: “Último gol gana”, entonces ya no importaba lo hecho hasta ese momento, todos corrían más, se sacrificaban más, se jugaba un partido aparte, por la gloria, por el honor. Los Spurs de Pochettino y los Reds de Klopp, reviven el amor por el fútbol de barrio, de calle, de potrero, ese fútbol en donde no importa cuántos toques se hagan con el balón o cuantos pases correctos hace el volante, sino el fútbol donde se corre, se entrega y se deja todo por la victoria.
Tendrán que pasar muchos días hasta que se nos vaya el shock que generaron los partidos de semifinal de la Champions League, por lo que había sido el fútbol hasta el momento. Ni el Liverpool ni el Tottenham eran los favoritos para llegar a la final, obviamente, los hinchas de estos clubes quizá más por fuerza que por razón podían soñar con que llegaran a la final, el Barcelona venía con un contundente 3 por 0, algo que sobre el papel es imposible de remontar y el Ajax, un otrora gigante del fútbol europeo, traía una ventaja considerable sobre el Tottenham, la lógica nos obligaba a pensar que estaba definido todo. Sin embargo, el fútbol en su más pura expresión nos demostró que nos dejamos consumir e hipnotizar con los cuentos de la posesión de la pelota, de la táctica X o Y, con estos partidos abrimos los ojos y recordamos que el balompié, realmente es puro corazón, emociones.
Habrá entonces que reflexionar sobre los paradigmas del fútbol moderno en donde los técnicos preparan sus partidos con el fin de no cometer errores, convirtieron el rectángulo de juego en un tablero de ajedrez en donde cada jugador es posicionado para que se mueva de una sola forma y haga una sola tarea, quitándole lo más esencial que tiene el ser humano, que es la capacidad de improvisar, de pensar rápido y resolver en apenas milésimas de segundos una situación adversa. La realidad es que Guardiola no revolucionó el mundo del fútbol como dicen por ahí, simplemente lo deshumanizo y convenció al mundo entero de que era lo correcto, lo ideal, pero Jurgen Klopp y Mauricio Pochettino, nos demostraron con sus equipos que no hay error más fatal que pensar que los jugadores son máquinas, el alemán y el argentino devolvieron al fútbol su naturaleza indómita, porque al final es un deporte practicado por humanos y no por máquinas.
Está claro que si se analiza desde el punto de vista táctico los planteamientos de estos dos equipos estarán plagados de errores, que seguramente se evitarían rigiéndose bajo una táctica estricta en donde por ejemplo el volante de recuperación no puede pisar el área rival porque al regreso llegaría sin aire, o que los laterales solamente ataquen cuando la pelota este de un lado especifico, pero estas tácticas no dejarían ver un elemento que es digno de análisis y es la fuerza mental de estos equipos, que lograron sobreponerse a una situación adversa, tienen una mentalidad ganadora y de resiliencia difícil de ver por estos días en el fútbol mundial, ni hablar del colombiano.
Probablemente el mayor mérito de Klopp y de Pochettino es haber cambiado la mentalidad de los jugadores, aumentar el umbral del dolor y resistencia de sus jugadores para afrontar las peores situaciones que se pudieran presentar dentro de un campo de juego, son estas las razones por las cuales nunca se les vio perdidos a estos equipos aun con un marcador en contra, mientras que los rivales apenas recibían los primeros tantos en contra se les veía derrotados.
Jurgen Klopp
El alemán llegó a Liverpool con la tarea de reestructurar un equipo que si bien no estaba en ruinas sí necesitaba un faro que los guiara, los seguidores de los Reds encontraron en Klopp un guardián de la historia del club. Vieron en el teutón a un nuevo Bill Shankly, quien en 1959 aceptó la difícil tarea de subir al Liverpool a primera división y luego guiarlo al éxito europeo.
Por su carisma ha llegado a ser el miembro del club que más merchandising vende, su peculiar forma de explicar el estilo de juego de sus equipos con el rock, la música que más le gusta, hace que el mundo del fútbol se emocione, la entrega de sus jugadores hace pensar en que el trabajo táctico es importante, pero nunca será tan primordial como la gestión humana que se logre hacer. Quienes conocen la labor de Klopp dicen que lo más importante que ha hecho ha sido potenciar a cada uno de sus hombres, hacerles creer que son capaces de todo, de enfrentar a los poderosos y de no caer ante el pequeño, muestra de ello fueron sus palabras tras conseguir su paso a la final de la Champions League: “Sabíamos que era prácticamente imposible clasificar, sin embargo, le dije a mis jugadores que teníamos opciones por ser ellos quienes salían al campo”, mayor ejemplo de convencimiento no puede haber.
Mauricio Pochettino
El argentino puede ser fácilmente el alumno más avanzado de Marcelo Bielsa, ha sabido llevar a su máxima expresión las enseñanzas de su padre futbolístico, pero más importante ha sabido tener cercanía con los jugadores y ha logrado convencerlos de que son ganadores, no en vano su equipo es la base de la nueva selección inglesa de fútbol que tuvo un buen rendimiento en el mundial de Rusia 2018.
Pochettino ha liderado los últimos años un proceso digno de admirar en el Tottenham, primero decidió potenciar y creer en la cantera del equipo, de aquí sacó la base de su conjunto, los entrenó y preparó a imagen y semejanza de lo que para él debía ser un futbolista top, contra todo y contra todos mantuvo su proyecto, no pudo fichar una gran estrella pues su equipo estaba invirtiendo todo el dinero en la construcción de un estadio nuevo, durante dos temporadas vio como los poderosos compraban a bolsillos llenos mientras que él tenía que reinventarse partido a partido y convencer a sus jugadores de dar un poco más de sí para poder contrarrestar la falta del elemento sorpresa que muchas veces supone un nuevo fichaje.
Durante muchos años y gracias a la hegemonía del Real Madrid y el Barcelona se llegó a decir que la Liga Española de fútbol era la mejor del mundo, sin embargo el fútbol inglés ha vuelto y tiene todo el potencial para ser llamado una vez más como el mejor fútbol del mundo, o al menos la liga más competitiva, a la final entre Liverpool y Tottenham por Champions League se suma la final de Europa League que estarán disputando Chelsea y Arsenal, al menos la temporada 2018-2019 la mejor liga del mundo sin lugar a dudas fue la inglesa.
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Klopp y Pochettino lideraron este proceso del fútbol inglés que regresó a lo más alto del balompié europeo/AFP