Francia se clasificó a octavos de final como primero del Grupo C y Dinamarca como segundo, después del empate 0-0 entre ambos, este martes en el estadio Luzhniki de Moscú, en el primer compromiso sin goles del Mundial-2018.
Los franceses, que ya tenían asegurado su boleto a la segunda ronda, pudieron mantener el liderato, que les evita al campeón de la llave D, por ahora Croacia, pero que podría depararles un choque explosivo en octavos contra Argentina, si el equipo de Lionel Messi se clasifica finalmente para los octavos.
A los daneses les valía con la igualdad para lograr la segunda plaza, sabiendo que en el otro duelo del grupo, Perú vencía a Australia (resultado final: 2-0), dejando sin chances a los 'Socceroos'.
Tras dos victorias que aseguraron la clasificación, Didier Deschamps movió a su plantilla, en el día en el que igualó a Raymond Domenech como el seleccionador francés con más partidos (79).
Hasta seis futbolistas nuevos incluyó el técnico galo, entre ellos el arquero Steve Mandanda, de 33 años, que debutó en una gran competición internacional tras una década al servicio de los Bleus.
En ataque repitieron Antoine Griezmann y Olivier Giroud, asistidos en esta ocasión por Thomas Lemar en la izquierda y Ousmane Dembelé en la derecha.
Giroud tuvo la primera ocasión al cuarto de hora, cuando su disparo, tras una dejada de Lucas Hernandez, lo despejó Kasper Schmeichel a córner.
Fue un espejismo. Francia intentaba imponer su juego de asociaciones, pero no encontraba velocidad y la defensa danesa la sujetaba sin excesivas dificultades.
Dinamarca, con un fútbol directo, utilizaba el camino más corto para asistir a sus atacantes. Martin Braithwaite hizo ruido en los primeros minutos llegando en dos ocasiones a la línea de fondo.
En la recta final de la primera parte por fin los Bleus se decidieron a volver a intentarlo, pero Dembelé lo hizo demasiado desviado (33), tras una buena maniobra en el vértice derecho, y Griezmann no le dio ni fuerza ni colocación desde la frontal (39).
Otra vez gris y de nuevo sustituido en la segunda parte, como en los dos primeros partidos, el mejor destello del diamante del Atlético de Madrid fue una arrancada al borde del descanso en la que recorrió gran parte del terreno de juego hasta que Mathias Jorgensen le cazó cuando entraba en zona peligrosa. Vio una amarilla.
En la segunda parte se acentuó la tendencia. La posesión era francesa, pero sus atacantes carecían de imaginación para romper el cerrojo danés.
Como en sus dos partidos anteriores, al equipo nórdico no parecía incomodarle la situación y cuando podía sacaba las garras, como en un libre directo muy lejano de su estrella Christian Eriksen que Mandanda atajó con problemas (54).
Cinco minutos después la estrella del Tottenham tuvo otra bala, pero esta vez no encontró portería desde la frontal.
Nabil Fekir, que sustituyó a Griezmann (68), y Kylian Mbappé, que entró por Dembelé (78), agitaron el adormecido ataque francés.
Nada más entrar el primero soltó la pierna y su cañón se fue al exterior de la red y en el 82, asociándose con Mbappé, casi acierta buscando el palo largo de Schmeichel, crucial en su estirada.
En el cuarto de hora final incluso por momentos se cambiaron las tornas. Dinamarca se atrevió a tocar con desparpajo, provocando los 'olés' de su hinchada, mientras Francia se resignaba. A los dos equipos les valía el soporífero empate sin goles.