En un momento donde era complicado salir del fútbol colombiano y más a un equipo ‘grande’, el coloso de Buenaventura logró cruzar los límites y brillar en el viejo continente, donde alcanzó a defender la camisa del Real Madrid.

Rincón fue uno de los jugadores que marcó la historia del balompié nacional, gracias a su potencia física, goles y liderazgo pudo sobresalir en Europa, cuando eran pocos los colombianos que pasaban el estándar. El volante debutó en 1986 con Santa Fe, que apostó por un muchacho.

Más adelante, el América de Cali decidió comprarlo y allí se consolidó como jugador al ganar dos títulos de Liga, que lo llevaron a disputar encuentros de la Copa Libertadores. Precisamente, en un partido internacional, el Palmeiras lo observó y lo trasladó a Brasil, donde también vio nuevos títulos en su palmarés.

El primer equipo que adquirió los servicios de Rincón en el fútbol Europeo fue el Nápoles, que lo contrató en 1994. Con los italianos jugó 28 partidos y anotó siete goles, que le valieron para estar en el radar del todopoderoso Real Madrid, club al que arribó en 1995 por una cifra cercana a los 4 millones de euros.

Su suerte con los merengues no fue positiva, ya que tan solo marcó una vez cuando tuvo 21 oportunidades. Debido a la floja estadística, regresó a Brasil, pero con la camiseta del Corinthians. De igual manera, con los paulistas fue capitán y le brindó a la escuadra su primer Mundial de Clubes, título que lo llevó al salón de la fama de Brasil.

Asimismo, con la Selección disputó los mundiales de Italia 1990, Estados Unidos 1994 y Francia 1998, siendo de los pocos jugadores nacionales que alcanzó a participar en tres ediciones diferentes de la competencia.