Tras la dramática definición de los clasificados y la sorpresiva eliminación del actual campeón, Nacional, las emociones del fútbol profesional colombiano proseguirán el fin de semana con el clásico Millonarios-Santa Fe.
Y es que, por esos caprichos del sorteo, los dos equipos capitalinos quedaron sembrados en el cuadrangular A, junto a Pereira y Júnior. Los ‘Tiburones’ son, además, rivales de los celestes en la final de la Copa BetPlay el miércoles, en la que los barranquilleros van adelante 1-0.
A la segunda instancia de la Liga, Santa Fe llegó como primero, después de superar ayer al Once Caldas por 2-1 y sumar 34 puntos, uno más que Águilas Doras y por ende cabezas de serie.
Millonarios, que por algunos minutos estuvo fuera de los ocho, al final terminó cuarto con 32 unidades, tras recuperar la memoria goleadora y vencer 4-2 a Alianza Petrolera en el estadio Daniel Villa Zapata de Barrancabermeja.
Pereira, que llegó a la última fecha del todos contra todos como noveno, hizo la tarea en Bucaramanga, donde se impuso a los ‘Leopardos’, que estaban clasificados, por 3-1.
Otro que estaba por fuera y se coló a la segunda ronda del torneo rentado fue Júnior, que salió airoso de su choque contra Jaguares, por 2-0 en Montería.
Por el cuadrangular B, Águilas Doradas igualó 0-0 con el ya descendido Cortuluá y el punto que sumó le alcanzó para ser cabeza de serie.
También igualaron sin goles Pasto y Medellín, que se verán las caras en el inicio de los cuadrangulares, pero en el Atanasio Girardot de la capital antioqueña.
Asimismo, América defendió su cupo con el empate 0-0 en su visita al Unión Magdalena, que durante buena parte del torneo fue gran protagonista, estuvo de líder y al final no clasificó, aunque sí salvó la categoría.
Dramática
A la última jornada llegaron once equipos a pelear seis cupos disponibles y uno que se daba por seguro, Pasto, en algún pasaje estuvo fuera.
En la medida en que se sucedían los resultados, unos entraban, otros salían y algunos no perdían las esperanzas de que ocurriera el milagro.
Tan es así que Nacional por largo rato formó parte del grupo de los ocho, porque muy rápido se fue en ventaja sobre La Equidad, pero los aseguradores se hicieron fuertes en defensa y dieron el zarpazo con el empate.
Las esperanzas del actual campeón renacieron cuando el árbitro Luis Matorel sancionó una pena máxima a su favor. Jéfferson Duque fue al cobro, pero el golero Washington Ortega se encargó de silenciar el grito de gol al detener en dos tiempos el débil remate del artillero paisa, quien prefirió darle ubicación al disparo, antes que potencia.
Fueron tantas las emociones en el cierre de la primera fase de un torneo que pareciera tener un gran nivel, pero que cuando los protagonistas incursionan a nivel internacional dejan entrever que no es así, que hubo un instante en que Santa Fe, que terminó de líder, estuvo por fuera de los cuadrangulares.
También lo estuvo Millonarios, que comenzó ganando en Barrancabermeja, pero la ansiedad y el deseo de asegurar la clasificación lo llevaron a dar ventajas, cometer errores y permitir que le remontaran el tanteador.
Esta vez el número mágico fue 31, cifra a la que llegaron América y Júnior. Por fuera quedaron con 30 puntos Nacional, Once Caldas y Bucaramanga.
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Recuperó la memoria
Millonarios, que sumó ocho partidos sin ganar y lo aquejó la falta de remates al arco rival y de puntería las pocas veces que tiró a puerta contraria, a lo que añadió una serie de errores defensivos, incluidos de su arquero Álvaro Montero, volvió a ser ayer ese equipo que seducía con su juego.
Por un momento se pensó que la ansiedad de asegurar la clasificación lo iba a traicionar, porque permitió que Alianza los pusiera a ‘sudar petróleo’ al darle vuelta al marcador, solo que esta vez estuvieron finos en la definición, salvo en la pena máxima que cobró Daniel Ruiz y atajó el golero José Luis Chunga.
Gamero, cuando el partido iba 3-2 a favor de los azules, supo mover sus fichas y esta vez las cosas le salieron como las planeó, porque el ingreso de Andrés Llinás por Juan Carlos Pereira le permitió establecer un filtro en el sector medular y hacerse fuerte en defensa.
En este partido se dio un hecho insólito: se sancionaron dos penas máximas a favor de Millonarios, que a lo largo del torneo no le habían pitado ninguna. Una la desperdició Ruiz y la segunda la concretó Jáder Valencia.
Pero más allá del resultado y de la clasificación, hay otro factor para mencionar y es que Millonarios volvió a ser ese equipo que derrotó a Júnior en Barranquilla. Mostró ese fútbol agresivo para presionar al rival en su campo, tuvo elaboración de juego, alternativas para llegar al arco contrario y esta vez sí remató a puerta.
Lo que sigue
Ahora lo que viene es la disputa de seis partidos para cada equipo, tres de local y tres de visitante. Sin embargo, por esas cosas del azar no se podrá ver una final como la de 2016, cuando Millonarios derrotó a Santa Fe y logró la estrella 15.
De cada grupo clasifica uno a la gran final, cuyo último partido se disputará cuando ya esté en marcha la Copa Mundo de Catar.
En cuanto a los grupos, no se puede calificar a uno como el de “la muerte”, porque quedaron muy parejos. Sobre el papel, podría considerarse que el A va a ser más reñido, ya que están tres históricos del rentado y uno que es sorpresa por su estilo de juego, como es el Pereira.
Esta vez no hay un claro favorito, aunque se dice que siempre el que entra apurado, en este caso Júnior, tiende a dar la sorpresa.
Por ahora todas las miradas las acapara en el arranque de los cuadrangulares el clásico capitalino. Esta será la oportunidad de revancha para los celestes que, en la más reciente confrontación, se dejaron sacar la victoria del bolsillo en dos minutos.
De otro lado, dos de los tradicionales protagonistas de la Liga, Cali y Tolima, quedaron por fuera. Los ‘Azucareros’ en la incómoda casilla 18 con tan solo 16 puntos y los ‘Pijaos’ en la 14 con 26 unidades. No hay que olvidar que los dirigidos por Hernán Torres disputaron tres finales consecutivas.
A la B se fueron Patriotas Boyacá, que finalizó el torneo con 19 puntos y en la misma casilla en la clasificación del descenso y un promedio de 0.90, así como Cortuluá, que fue último con 0,78 de promedio.