Enviado especial de El Nuevo Siglo

KAZÁN, RUSIA

Al brasileño no se le puede negar el talento, ni la habilidad, si es para entretener el ‘10’ de la verde amarela es todo un bufón, siempre haciendo show, haciéndose la víctima, simulando faltas que no recibe e insultando a sus colegas en el campo; definitivamente representa todo lo contrario a un modelo a seguir.

¿Cómo es que un jugador de este tipo, que representa eso que tanto nos molesta, es tan admirado? Vivimos quejándonos de aquellas personas que quieren sacar ventaja de los demás en cualquier aspecto, de esos avivases que buscan el primera chance para aprovecharse de los vacíos de la ley. Es todo un ardid.

Muchos lo van a defender y decir que el ‘vivo vive del bobo’ o que no es un payaso sino un tipo muy inteligente y hábil; patrañas, no es otra cosa diferente a eso que aborrecemos tanto; es como esa persona que se aprovecha de sus amigos y les roba el dinero de la vaca que hace para las cervezas del sábado, o el político que ve la oportunidad de quedarse con el dinero de una carretera o una escuela, por mencionar solamente dos ejemplos de personas que se creen más inteligentes que otras por robarse la vaca de la cerveza o el presupuesto de un municipio.

No exagero cuando lo comparo con los políticos; robar es robar, nunca va a ser bueno y merece un castigo que ejemplifique y enseñe a no tratar de volarse la ley. Lo que pasa es que en el fútbol como en la vida a los malos no los castigan, nada más en el partido en donde Brasil le ganó dos por cero a Costa Rica, goles de Coutinho y Neymar en los últimos minutos, el ‘10’ de la Selección brasileña fingió una falta en el área chica buscando un penal. Pero qué manera de fingir, ni si quiera lo tocaron y se tiró al suelo como si le hubieran roto la pierna. El árbitro en principio pitó penal, sin embargo y tras verificar con el VAR (que va demostrando que sí es necesario) decidió no pitar la falta, pero ni siquiera le puso amarilla; es como en la justicia, los Nule se robaron el país y nada que les dictan sentencia.  

Neymar puede ser muy buen jugador de fútbol, pero como persona al menos dentro del campo deja mucho que desear y ya saben lo que dicen: en la mesa y en el juego se conoce al caballero. Y de Neymar y sus shows vi suficiente como para darme cuenta de que un tipo así no merece ganar el Mundial; es más, merece quedarse en el PSG y que no lo lleven al Real Madrid, a ver si en Francia aprende modales y de paso se vuelve responsable de sus actos.

Lo que digo no es de gratis. Un tipo que rechaza la capitanía de su selección porque es mucha presión para él no es otra cosa que alguien sin carácter. Brasil como equipo tiene hombre a hombre un gran conjunto, pero paradójicamente por culpa de Neymar se empañan sus actuaciones. La última perla del jugador del Paris Saint Germain, al término del partido contra Costa Rica explotó en llanto, porque una vez más siente mucha presión. En Colombia acabarían con James si llorara después de cada partido, ni hablar lo que dirían de Falcao; en fin, Neymar no merece ganar el Mundial.