Sánchez y Mina, la pareja de centrales más joven del mundial | El Nuevo Siglo
AFP
Martes, 26 de Junio de 2018
Alejandro Munévar

Faryd Camilo Mondragón perdió el record que tenía, el de ser el jugador más longevo en disputar una Copa del Mundo luego de que Essam El Hadary, el arquero egipcio de 45 años disputara el último encuentro de su Selección ante Arabia Saudita; sin embargo, los colombianos ya tenemos otro record del cual sentirnos orgullosos, contamos con la pareja de defensas más jóvenes del Mundial y ¿por qué no decirlo? Una de las más efectivas, no en vano el temido ariete polaco Robert Lewandowski no vio una.

 

Yerry Mina y Dávinson Sánchez, los jóvenes estandartes de la defensa colombiana, han sabido ganarse la titular a punta de esfuerzo y trabajo, el uno complementa al otro y lo más importante, se brindan confianza y apoyo.

Se entienden a la perfección; cuando Yerry va al primer palo a cabecear, Dávinson sabe que tiene que ir al segundo a dos metros de distancia por si Mina falla, cosa que pocas veces sucede; lo mismo en defensa, alternan de manera milimétrica los perfiles y se mueven sobre la línea de los 16 con 50 con finura y delicadeza.

Cómo no se van a entender, si hasta paisanos son, los dos nacidos en Guachené, el último municipio creado del Cauca. Hasta hace muy poco relativamente era un corregimiento reconocido por ser una estación de tren; sin embargo, ahora es reconocido por ser el pueblo que vio nacer a las dos murallas de la Selección Colombia.

No es obra del azar que estos dos hombres sean de los defensores más altos del Campeonato Mundial; haber nacido en Guachené es sinónimo de altura, de tener una morfología y un fenotipo privilegiados en especial para el deporte. Alimentados desde pequeños con maíz, sorgo, soya, yuca y frutas por montones los hacen fuertes y resistentes, características más que necesarias para ser centrales destacados.

Mina sonríe todo el tiempo, a todos nos saca una sonrisa; así como lo ven en la televisión es en la vida real, una persona sencilla, tranquila y por momentos tímida. Pero a la hora de hablar de fútbol no se calla nada y menos cuando viene de anotar el gol que le devolvió la ilusión a 50 millones de colombianos. “Sabíamos que no iba a ser fácil, intentamos, luchamos y lo conseguimos, había que dejarlo todo”, el gol fue con el sello de la casa, el que lo llevó del Santa Fe al Palmeiras y luego a Barcelona, de cabeza “es maravilloso haber marcado un gol, lo había soñado, lo pensé, nunca dudé que podría hacerlo y se dio”.

Pareciera que Mina estuviera destinado a salvar la patria siempre que hay momentos difíciles, en eliminatorias ya había hecho gala de su capacidad goleadora ante Uruguay cuando el partido agonizaba y la clasificación se veía comprometida y en Santa Fe ni se diga; cuántos goles no le regaló a la hinchada roja de la misma manera, en el Mundial cuando le toco respondió como mejor sabe él.

De Dávinson mucho se habló después de la derrota con Japón, “que era un mar de nervios, que había jugado su peor partido con la Selección”, fueron sólo algunos de los cometarios. Se nos olvida que ellos, los futbolistas también son humanos y como todos pueden tener un mal momento que se convierte en un mal día “lo que paso el primer partido fue algo infortunado, una jugada, un segundo que nos cambio el partido”.

La cercanía con los defensores con este reportero se hace evidente, no hay una diferencia de edad notable como con otros, se permiten chanzas y risas que con otros es difícil conseguir, Davinson se atreve a hablar en ingles y hasta a tener una conversación que termina en risas, mientras que Mina muestra una bolsa llena de regalos que le dará en unas horas a su familia en las horas libres que les dio el técnico y recuerda aquel primer entrenamiento con el Santa Fe en donde como dijo el “no perdí ni una”, el tiempo se nos agota, se viene Senegal y en medio de las carcajadas les pido un comentario sobre el rival.

Mina baja su bolsa de regalos me mira fijo y dice “va a ser difícil, porque no hay partido, ni rival fácil pero con la comida de mamá nadie juega” como quien dice, nos vamos a jugar el ‘todo por el todo’, mientras que Dávinson haciéndole un guiño dice “somos jóvenes, los más jóvenes pero tenemos con qué y vamos a demostrar que la juventud es lo de menos, vamos a responder”.