La cucuteña dialogó en exclusiva con este diario, celebró las victorias del año y analizó la situación actual del deporte colombiano
Especial para EL NUEVO SIGLO
La tenista colombiana María Camila Osorio va para un cierre de año espectacular. A las medallas de plata y bronce conseguidas en las Olimpiadas de la Juventud realizadas en Buenos Aires, en octubre, se suma el segundo lugar en el ITF de Shanghái, China, en donde derrotó a la número uno del mundo de la categoría y por si fuera poco, el fin de semana consiguió su primer título como profesional en su casa y frente a su gente.
Al interior de un carro que seguramente excede los límites de velocidad establecidos, como pasajera va Camila Osorio; tiene compromisos con la prensa y la agenda se aprieta cada vez que está en Colombia. No es para menos, todos quieren hablar con la mejor tenista junior del país, suena en la radio un reggaetón, Osorio deja ver algunos movimientos de baile mientras canta y se ríe. Posteriormente dirá que es una de sus canciones favoritas: “Me gusta escuchar música, me divierte, me relaja, eso sí, no vaya a pensar que solo me gusta el reggaetón, yo canto y escucho de todo”. Mal no canta, inclusive es afinada y tiene ritmo. Osorio se anima a bromear cuando le digo de sus dotes de cantante: “Es que yo antes cantaba, pero me quedé con el tenis”. El trayecto no es largo, sin embargo el tráfico nos da tiempo de hablar de diferentes temas.
Los sueños de muchos niños y jóvenes de dedicarse al tenis se truncan con la barrera económica que hay para tener una carrera. No es solo cuestión de tener el talento “ser tenista es complicado, es un deporte muy costoso y la verdad no hay mucha gente o empresas que quieran apoyar, se vuelve complicado ir a competir a medida que se avanza en la carrera”, sostiene.
Y es que cuando se llega al nivel de Osorio, Nicolás Mejía o Emiliana Arango que son apenas tenistas juveniles, es necesario ir a competir fuera del país. El roce internacional no solo garantiza mayor exposición sino también jugar con los mejores del mundo, sí o sí el nivel tiene que subir para enfrentarlos, ahora pensar en la inversión de los profesionales asusta a cualquiera. “A mí me apoyan tres empresas, Colsánitas, Postobón y Comfanorte y aun así a veces toca con las uñas, no solo hay que pagar lo mío, también hay que pagarle al entrenador, hotel, tiquetes”. Este año Osorio contrató a Alejandro Falla como entrenador, la experiencia del recién retirado tenista aportará muchísimo en el juego de la cucuteña, “con Alejo llevamos poco, pero desde el primer día noté la diferencia, aporta muchísimo, no solo es un tema táctico, en lo mental he crecido muchísimo”.
Conforme avanza el automóvil vemos varias canchas de fútbol, María Camila tiene un hermano que es futbolista y juega en el Alianza Petrolera, Sebastián Osorio, además de ser nieta de un histórico del balompié nacional, como lo es Rolando Serrano. De repente Osorio dice: “Es que entrenar fútbol se puede, en todos lados he visto cuatro canchas”. El tenis no es precisamente un deporte popular en Colombia, en parte porque muchas personas no lo entienden, pero también porque acceder a practicarlo no es fácil, no se encuentran canchas en los parques por ejemplo, para poder entrenar tenis hay que ir la mayoría de veces a los clubes, casi no hay canchas públicas y la situación del país no está fácil para ir a los clubes privados a practicar.
La falta de popularidad de este deporte está también ligada a la “pelea” que tienen cazada algunos tenistas con ciertos medios de comunicación. Sin embargo, Osorio le restó importancia al enfrentamiento, “yo no sé si haya pelea o no, la verdad es que si todos trabajáramos en pro del deporte seguro que se generarían cambios que nos beneficiarían a todos”.
El tiempo se nos va acabando, el trancón empezó a moverse y Osorio dice que terminará este año su etapa de colegio. Desde los 12 años empezó a estudiar por Internet, desde muy pequeña tenía claro que lo suyo era el tenis “yo me estoy dedicando de lleno al tenis, sé que después del deporte hay vida y quiero estudiar una carrera, ser profesional, pero por ahora no pienso en eso, primero termino el colegio, este año me gradúo”.
Aún le queda un año en la categoría junior, sin embargo se va a enfocar en la profesional, eso sí, los slams del junior no dejará de jugarlos, sus metas están claras, así lo demostró el sábado en Cúcuta cuando gano su primer torneo como profesional. Cuando vamos llegando al sitio, se arregla un poco, suena otro reggaetón en la radio y lo canta mientras dice, “esta también me gusta”. Avanzamos una cuadra más en el carro, habiendo hablado de metas, por qué no hablar de sueños, “sueño con ser la mejor tenista del país, a corto plazo, a mediano y largo con ser la mejor del mundo”.
Este año Osorio podría terminar más arriba en el ranking mundial, quedan un par de torneos en los que ya tiene la vista puesta, tiene claro sus objetivos, sabe que se puede ganar o perder pero siempre deja todo en el campo, eso sí, siempre tiene la ilusión de dejar la bandera de Colombia en lo más alto.