Siguen sin resolverse las incógnitas en torno al calendario de Chris Froome, cuyo caso de dopaje está en manos del Tribunal Antidopaje de la UCI, que decidirá la participación del ganador del Tour en las grandes carreras de la temporada, entre ellas el Giro de Italia que comienza el 4 de mayo.
Mientras, el británico, cuyo control anormal data de septiembre pasado en la Vuelta, se entrena en altura en el volcán Teide, en Tenerife, de cara a su próxima carrera (el Tour de los Alpes, del 16 al 20 de abril).
Pero la incógnita sigue latente. ¿Qué decisión se tomará?, y sobre todo, ¿cuándo?
Sin duda se está trabajando en el caso. Los elementos del dosier están en manos del Tribunal Antidopaje de la UCI (Unión Ciclista Internacional), reveló la semana pasada el periódico francés Le Monde, y el juez único que se ocupará del caso ya fue nombrado. La decisión recaerá en el jurista alemán Ulrich Haas, uno de los tres miembros de la Comisión independiente de reforma del ciclismo (CIRC), que elaboró a comienzos de 2015 un informe sobre el dopaje.
Al comenzar la década, era uno de los tres jueces del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) encargado de pronunciarse sobre el caso de Alberto Contador después de su positivo en el Tour de 2010.
Aunque en ambos casos la sustancia encontrada es diferente; Contador dio positivo por clembuterol, un anabolizante, mientras que al británico se le encontró salbutamol, un medicamento contra el asma.
Pero ambos casos tienen en común la notoriedad de los afectados, ganadores ambos del Tour de Francia en varias ocasiones, y que los dos corredores fueron autorizados a competir hasta la resolución de sus dosieres.
A paso lento
El recuerdo del caso Contador, al que se desposeyó de su victoria en el Tour de 2011, hace temer a los organizadores del Giro. Un escenario parecido dañaría la reputación de la carrera, en caso de que Froome tome la salida el 4 de mayo desde Jerusalén.
El presidente de la UCI, David Lappartient, repite que por el momento se desconoce la fecha de la resolución. “Es un caso muy técnico y eso lleva tiempo”, indicó.
Semanas atrás, durante la Milán-San Remo, el dirigente galo señaló las pocas opciones de que haya un veredicto antes del Giro, algo que confirmó la semana pasada desde España.
“Hay muchos abogados, muchos documentos a tratar y mucho dinero en juego”, subrayó Lappartient.
“No estoy incluso seguro de que lo sepamos antes del Tour. Si no llegamos antes será terrible”, añadió el presidente del ciclismo mundial, consciente del clima que se viviría en la carrera ciclista más importante, que comenzará el 7 de julio.
Para los organizadores del Giro (RCS), y para sus homólogos del Tour (ASO), el caso se está convirtiendo en un quebradero de cabeza, con informaciones contradictorias que aparecen periódicamente en los medios.
“ASO rechaza confirmar, desmentir o comentar las hipótesis lanzadas por los medios ingleses”, respondió la organización del Tour.
ASO aludía a la supuesta recusación del británico por eventuales daños a la imagen de la carrera.
¿Cómo salir entonces de la encrucijada? “Es necesaria una respuesta antes del Tour”, reclama el director de la Grande Boucle Christian Prudhomme, extrañado de que la UCI no haya aprendido de la experiencia con Contador y no haya tomado medidas para evitar que se repitiese un caso parecido.
Froome, que afirma no haber infringido ninguna norma, se muestra imperturbable.
Pocos días después de anunciar en Twitter el futuro nacimiento de su segundo hijo, Froome tiene su contador a cero, a cien días del inicio del Tour. Como si nada hubiese ocurrido.