Moscú, verano, el momento del año que todos esperan para descansar, disfrutar de las vacaciones y un poco de sol, sin lugar a dudas es el momento perfecto para relajarse y más si se tiene la buena fortuna de tener un mundial de fútbol.
Sin embargo, en Moscú al menos de momento pareciese que el cálido verano que todos esperábamos no ha llegado.
Rusia vive en invierno la mayor parte del año. El frío ya es parte del día a día de los locales. Para ellos, estar entre los 12 y 18 grados es descansar del frío. Pero para nosotros, los que vivimos más cerca de la línea del Ecuador, vivir un verano gris no es usual, sobretodo por el hecho de que los helados vientos que vienen desde Siberia no dan tregua.
Los días son largos, las noches cortas. Sobre las 3 de la mañana sale el primer rayo de sol acompañado de la helada brisa que acompañará la jornada. Sobre la media mañana el sol hace amagos de salir a calentar un poco el ambiente. Sin embargo, no sucede. Será una constante, al menos hasta finales de mes, en donde se supone la temperatura aumentara.
Desde que se va a aterrizar en Moscú es evidente que el sol no es un habitual. Las nubes cubren todo el espacio de la parte metropolitana de la ciudad, otra de las razones para que no llegue el sol a la capital rusa.
Hay grandes diferencias entre lo que han sido los mundiales históricamente y este, el de Rusia. Primero el clima. Como ya quedó establecido, el verano ruso es bastante peculiar. Segundo la gente. Pareciera que los rusos del común y corriente, los que andas por las calles, no supieran que en sus ciudades se esta disputando el que quizá sea el evento más grande a nivel mundial. Varias podrían ser las razones, pero la que más lógica tiene es que el deporte más popular acá es el hockey sobre hielo, luego viene la lucha, el baloncesto e inclusive el voleibol, por encima del fútbol.
Con la realidad del invierno perpetuo que azota Rusia se sobrentiende que el fútbol, un deporte que se practica con mayor facilidad en territorios cálidos, sea una segunda opción, el plan C. Quizá de no ser “verano”, una estación que es extraña para los locales, y no fuese fútbol, sino hockey, el clima –y no sólo me refiero a la temperatura del país sino a la calidad de la gente– sería distinto, al menos más entusiasmados estarían.
Lo cierto es que hasta el momento la fiesta en las calles es patrocinada por los latinos, aunque de a poco los rusos se van emocionando y se dejan contagiar de la alegría propia de occidente. Esperemos que con el transcurrir de los días y la llegada del calor, si es que llega, podamos disfrutar de un mejor Mundial.
En cuando al fútbol, va llegando a las mejores instancias, los duelos más esperados se empiezan a dar. Por ejemplo, para el día 20 Colombia debutará ante Japón en Saransk. Se espera un muy buen clima ese día, soleado y despejado.