Después de ser la sede de los Juegos Olímpicos de la Juventud, Argentina estudia la posibilidad de estrenarse como la casa de los Olímpicos de 2026.
Más al sur sería prácticamente imposible: a semanas de haber albergado los Juegos Olímpicos de la juventud, Argentina comenzó a considerar una candidatura conjunta de Ushuaia y Buenos Aires para los Juegos Olímpicos de invierno de 2026, los que serían los "Juegos del fin del mundo".
Ubicada a unos 3.000 kilómetros de la capital argentina en la provincia de Tierra del Fuego, Ushuaia es conocida como la ciudad más austral del mundo. Los Juegos Olímpicos serían un incentivo importante para la localidad de alrededor de 60.000 habitantes, pero también requerirían un gran esfuerzo, según Martín Bianchi, funcionario en la secretaría de turismo local y esquiador de fondo en los Juegos de Turín 2006.
"La candidatura es una buena estrategia de marketing. Pero si realmente querés organizar los Juegos de invierno, tenés que sentarte de una manera muy seria", expresó Bianchi.
Argentina sorprendió a la comunidad deportiva mundial y a la familia olímpica al asegurar a principios de noviembre que podría estar lista para una candidatura conjunta de Buenos Aires, para los deportes de hielo, y de Ushuaia, para los eventos de nieve, a partir de los interrogantes planteados por las otras postulantes oficiales.
La población de la ciudad canadiense de Calgary rechazó en un referéndum la candidatura, por lo que solo están en carrera Estocolmo y Milán/Cortina d'Ampezzo. Ninguna de ellas, sin embargo, pisa suelo seguro debido a interregonates de tipo financiero y político.
Lo cierto es que con las otras candidatas refrendadas en el congreso del Comité Olímpico Internacional (COI) en Buenos Aires a principios de octubre, no está claro que la postulación argentina apunte directamente a 2026 o más bien esté pensada para los Juegos de 2030 o los de la juventud invernal de 2024. Tampoco si se trata de una simple presión para que las candidatas confirmen sus pretensiones y trabajen con más énfasis para evitar a otra eventual adversaria.
Sin embargo, la confianza en el país sudamericano quedó potenciada tras el éxito en la organización de los Juegos de la juventud 2018 y los elogios que le regaló el presidente del COI, Thomas Bach.
"Nadie puede dudar después de este éxito abrumador que Buenos Aires podría ser una gran ciudad para los Juegos Olímpicos en el futuro", expresó Bach tras el acontecimiento.
Los Juegos Olímpicos sólo llegaron a Sudamérica una vez, en Río 2016, y una hipotética edición de invierno demandaría grandes desafíos.
Ubicada en la latitud 54, similar a Moscú en el hemisferio norte, la temporada de esquí en Ushuaia se extiende de junio a octubre, mientras que los Juegos Olímpicos de invierno normalmente se desarrollan en febrero.
No está claro cómo reaccionarían las audiencias televisivas en países centrales de Europa y América del Norte a unos Juegos de invierno durante su verano. Tampoco está claro la preparación que tendrían que asumir los atletas, que deberían competir al máximo nivel en un período de descanso o eventualmente de pretemporada, de acuerdo al calendario natural en el hemisferio norte.
Después de la explosión en Asia, con Juegos de invierno en Pyeongchang 2018 y Pekín 2022, además de los de verano en Tokio 2020, el COI quiere que el acontecimiento regrese a mercados importantes de Europa y América del Norte para mantener los costos bajos. No sería el caso de Ushuaia, que tendría que hacer una fuerte inversión a pesar de tener un importante centro de esquí en el Cerro Castor.
"La infraestructura en Cerro Castor es moderna y buena, pero requeriría una expansión. Las pendientes para el esquí deberían extenderse y no hay trampolines para el salto de esquí ni una pista de bobsleigh, luge y skeleton", remarcó Bianchi.
La región organizó una Copa del Mundo de esquí slopestyle en 2012 y tres años más tarde fue sede de un congreso de instructores de esquí.
Equipos de países como Francia, Italia y Rusia han aprovechado las bondades del Cerro Castor para sus entrenamientos durante el verano europeo.
"Aquí en Tierra del Fuego tenemos el mejor paisaje y la mejor nieve. Se puede comparar a Ushuaia con Escandinavia, donde efectivamente hay nieve al nivel del mar", remarca Bianchi para elogiar las posibilidades de la candidatura.
"La nieve es nieve de latitud, no es nieve de altitud. Por lo tanto, hay grandes áreas para el esquí de fondo, que no se consiguen en las regiones puramente montañosas". Allí radican las esperanzas argentinas para finalmente llevar adelante el sueño de organizar los Juegos del Fin del Mundo.