Teniendo en cuenta el comportamiento de la demanda de los hogares colombianos, en el primer semestre de este año, el consumo privado aumentó 1% anual (0.8% en 2023), pero está lejos del potencial de lo que produce la economía colombiana.
Un análisis de Credicorp Capital, conocido por EL NUEVO SIGLO, señala que esta situación al aumentar las compras de los hogares, se debe al descenso en la inflación y las tasas de interés, mejorando el poder adquisitivo de las familias.
En este primer periodo de análisis, se destaca, asimismo que la inversión total cayó -0.2% anual, aunque subió 1.7%, la primera cifra positiva desde el cuarto trimestre del 2022.
Según el equipo de investigaciones de Credicorp, este resultado de la inversión se debe a una mejora de obras civiles (principalmente por proyectos regionales como el metro de Bogotá) y un efecto base favorable cuando en el 2023 resultó negativa con -25.5%. Así, la demanda interna avanzó un 1.6% anual en el segundo trimestre, en medio de un saludable aumento secuencial del 1.5%.
De acuerdo con los analistas, por otra parte, que “la desinflación en curso y el recorte de las tasas de interés permitirán que el consumo privado mantenga una recuperación gradual, con en el aumento previsto de los programas sociales del Gobierno jugando también un rol. Sin embargo, el consumo se vería limitado por unas perspectivas moderadas para el empleo, evidencia de un mayor gasto de bolsillo en salud en medio de la crisis del sistema, y la posibilidad de impuestos más altos en el futuro”.
Inversión
En este mismo sentido aseguran que “la inversión privada también se beneficiará de tasas de interés más bajas, pero las empresas se concentrarían en reposición de equipos y no en expandir su capacidad debido a la alta incertidumbre”.
Ante esta situación, los investigadores aseguran que en general, el PIB seguirá creciendo por debajo de su potencial en los próximos trimestres debido a una modesta inversión.
“Si bien el Gobierno ha anunciado que presentará un plan de reactivación (enfocado en agricultura, turismo y energías renovables), consideramos que la alta incertidumbre regulatoria en sectores estratégicos (energía, minería, infraestructura, vivienda e incluso bancos) mantendrá sombrías las perspectivas de inversión”, indican los economistas.
Indican que “esto se suma a una nueva reforma tributaria que podría significar mayores impuestos corporativos en algunos sectores (detalles aún por conocerse). Por último, pero no menos importante, la ejecución de la inversión pública sigue siendo muy baja (26% a julio de 2024) y el Gobierno está proponiendo un recorte de la inversión de -30% para 2025. En resumen, mantenemos nuestras estimaciones de crecimiento del PIB para 2024 en 1.8% y de 2.1% en 2025”.
En su reporte, los investigadores explican que “el PIB se recuperó en el primer semestre, liderado por agricultura, servicios públicos y el sector público, pero otros sectores clave se mantienen rezagados”.
El crecimiento
La economía creció 1.5% anual en el primer semestre, recuperándose gradualmente de la baja expansión de 2023 (0.6%). Factores como los precios más bajos de los insumos y condiciones climáticas favorables en 2023; una mayor demanda de energía en medio de El Niño y la aceleración del gasto público, impulsaron la agricultura (8% a/a), los servicios públicos (3.7%) y las actividades relacionadas con el Gobierno (5.1%), respectivamente. Curiosamente, el entretenimiento avanzó 9.5%, explicado principalmente por apuestas en línea. Por el contrario, los sectores de manufactura (- 3.6%), minero-petrolero (-2.5%), comercio (-0.3%) y financiero (-0.8%) se mantuvieron rezagados.
Por otra parte, los analistas señalan que “el ajuste de precios en regulados y la alta indexación han mantenido la inflación por encima del rango meta del Banco de la República”.
Señalan que la reversión de los subsidios a la energía y los combustibles otorgados durante la pandemia sigue siendo el factor clave detrás del lento descenso de la inflación en comparación con países pares.
Con ello, la inflación de regulados sigue registrando variaciones anuales de dos dígitos. Por su parte, la indexación sigue siendo elevada, reflejada en una inflación de servicios (sin alimentos ni regulados) que se ha mantenido cercana al 8%, en medio de niveles aún elevados de arriendos y alimentos fuera del hogar, siendo un factor de preocupación importante para el Emisor.