Con alzas proyectadas, ACPM llegaría a $16.000 a finales de año: Anif | El Nuevo Siglo
El precio del ACPM se ubicó en $9.517 para enero de 2024 / Foto: Catalina Olaya
Jueves, 4 de Abril de 2024
Redacción Economía

En el 2022 el país alcanzó un déficit cercano a los $37 billones con respecto a las variaciones de los precios internacionales del petróleo sobre los combustibles, esto, a pesar que el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) ha desempeñado un papel crucial en la economía colombiana al tratar de mitigar dicho efecto.

Según un análisis de ANIF, antes del 2020, el déficit del FEPC había pasado -ligeramente- desapercibido pues su cuantía no representaba un gran reto para las finanzas públicas. No obstante, con la pandemia y la reactivación económica global, la situación cambió. 

 

Para aliviar la carga de los hogares en medio de los confinamientos, la administración anterior decidió reducir el precio interno de los combustibles líquidos (CL), amparado también por un decrecimiento del precio internacional del petróleo. Luego, en 2021, la demanda mundial del commodity aumentó y derivó en el incremento de su precio. Nuevamente, para evitar el impacto local de ese fuerte aumento, el Gobierno decidió mantener el valor doméstico de la gasolina y el diésel prácticamente intacto y, con eso, acentuó la brecha entre el precio interno y el precio de referencia internacional. Como resultado, el subsidio implícito que tienen los CL en el país aumentó de manera sustancial.

Dado el panorama, el Gobierno de turno puso en marcha un plan para eliminar gradualmente el subsidio de combustibles y cerrar de manera paulatina la brecha entre el precio interno y el referente internacional.

La implementación comenzó con aumentos graduales en el precio de la gasolina, que fueron de $200 en octubre de 2022. Luego, ascendieron a $400 entre enero y abril y alcanzaron un máximo de $600 desde mayo de 2023 en adelante. Eso resultó en un crecimiento acumulado de más de $6.300 hasta enero de este año, cuando el galón de gasolina se situó en promedio en $15.830 y logró cerrar su brecha con el precio internacional de referencia. Eso contribuyó a que el déficit del FEPC fuera de $20,5 billones en 2023, cifra considerablemente menor que los $36,7 billones del año anterior, pero aún lejos de su propósito de neutralidad.

ACPM

Con eso, el reto se concentra ahora en el diésel. Con respecto a ese combustible, el Gobierno había anunciado que el incremento de los precios comenzaría a partir del 2024. Incluso desde enero, tal como se consignó en el Marco Fiscal de Mediano Plazo de 2023. Sin embargo, no ha sucedido. El diálogo entre el Gobierno y los gremios de transporte de carga ha sido constante, mas, no se ha logrado un consenso definitivo, pues los transportadores rechazan un aumento basado en el precio de paridad internacional como en el caso de la gasolina.

Con respecto a lo anterior, diversos analistas prevén un incremento de entre $2.000 y $3.000 por galón para este año, con expectativas de que, una vez eliminado el subsidio al combustible, el incremento ascienda a cerca de $7.000. Al considerar que el precio del ACPM se ubicó en $9.517 para enero de 2024, este ajuste implicaría un precio final cercano a $16.000, valor comparable al de la gasolina en la actualidad. En un caso hipotético en el que se presenten aumentos de igual magnitud que los realizados en el caso de la gasolina desde mayo de este año, manteniendo todo lo demás constante, nuestras estimaciones indican que para el cierre de 2024 se podría esperar una reducción del déficit cercana a los $5,8 billones.

Es importante mencionar que ajustar el precio del ACPM sugiere ciertos efectos colaterales. El principal es el aumento en los costos asociados a las actividades logísticas y de transporte de pasajeros y mercancías, lo que impacta la inflación total y particularmente la de alimentos.

Con respecto a lo anterior, el comentario final de ANIF destaca: “Hemos respaldado la decisión del Gobierno de aumentar gradualmente los precios de la gasolina, como una medida en pro de unas finanzas públicas saludables. Para seguir en la dirección correcta, es momento de continuar con el combustible que generó tres cuartas partes del déficit el año pasado. Si bien estas medidas pueden generar cierto malestar en el corto plazo, son el único camino para liberar recursos mal focalizados y destinarlos a necesidades más apremiantes”.