El PIB de Brasil registró entre enero y marzo su primer retroceso trimestral desde fines de 2016, contrariando las expectativas de que la llegada al poder del presidente Jair Bolsonaro con un programa promercado impulsara a la mayor economía latinoamericana.
El Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil se contrajo 0,2% en el primer trimestre del año respecto al periodo inmediatamente anterior, lastrado por la caída de las inversiones en capital fijo (-1,7%), de la industria (-0,7%) y de la agricultura (-0,5%), según los datos divulgados este jueves por el instituto oficial de estadísticas IBGE.
En cambio, tuvieron resultados positivos el sector de servicios (+0,2%), el consumo de los hogares (+0,3%) y las compras gubernamentales (+0,4%).
El dato, aunque esperado, causa preocupación en un país que aún arrastra los efectos de la recesión de 2015-2016, con tasas de crecimiento endebles en los dos años siguientes (+1,1%) y 13 millones de desocupados oficialmente registrados.
La economía brasileña está amenazada ahora por una recesión, definida como el registro de dos trimestres consecutivos de contracción en relación al periodo inmediatamente anterior.
En comparación con el primer trimestre de 2018, el PIB brasileño creció 0,5%, su peor resultado desde el primer trimestre de 2017.
Y en el acumulado de 12 meses, el avance fue de 0,9%, confirmando una tendencia decreciente que ya llevó al gobierno a reducir sus previsiones de expansión en 2019, de 2,5% a 1,6%. El mercado prevé un crecimiento inferior, de 1,2% para este año, y esa degradación no parece en vías de frenarse.
El economista André Perfeito, de la consultora Necton, proyectaba un crecimiento de 0,9%, pero después de la divulgación de los datos este jueves anticipó que esa estimación "será revisada a la baja en los próximos días".
- Es la política -
Los analistas enumeran diversos factores que impactaron negativamente en la actividad este año, como la ruptura en enero del dique minero de Brumadinho (sudeste), que dejó 245 muertos y 25 desaparecidos, y provocó una caída de 6,3% de las actividades de extracción en el primer trimestre.
También señalan una contracción de las exportaciones de 1,9% en el primer trimestre contra el último de 2018, en un contexto de guerra comercial entre China y Estados Unidos.
Pero destacan como factor preponderante la frustración provocada por los retrasos en la aprobación de las reformas promercado, y en particular la del régimen de jubilaciones, prometidas por Bolsonaro durante la campaña electoral que lo llevó al poder en enero.
En sus primeros cinco meses, el gobierno -respaldado por un fuerte sector que busca ante todo el avance de una agenda ultraconservadora en temas sociales y de seguridad- se vio inmerso en polémicas con sus propios aliados que retrasaron la tramitación de las reformas y erosionaron la confianza de los mercados en el exmilitar.
"Hubo un problema con lo novedoso del gobierno y un poco de inexperiencia en el contacto con el Congreso", señala Jason Vieira, de Infinity Assets.
Los analistas del mercado, de todos modos, siguen apostando por un cambio de dinámica en caso de que finalmente las reformas arranquen, y sobre todo la de jubilaciones, con la que el gobierno pretende ahorrar un billón de reales (unos 250.000 millones de dólares al cambio actual) en los próximos diez años.
El ministerio de Economía reafirmó esa línea. "La Nueva Jubilación representa el primero y crucial paso en la senda de la sustentabilidad de las finanzas públicas, reduciendo incertidumbres sobre el marco macroeconómico futuro, para que pueda haber nuevas inversiones", indicó en una nota difundida este jueves.
Las tasas, en la mira
La flojera de la actividad aumentó la presión sobre el Banco Central (BCB) para recortar sus tasas, actualmente en 6,5%, a fin de incentivar la inversión y el consumo.
Pero el propio presidente del BCB, Roberto Campos Neto, descartó el miércoles esa posibilidad, recordando que la principal función de esa institución es mantener la inflación bajo control.
"Nos preocupa efectivamente el crecimiento económico y pensamos que la mejor forma de colaborar con ese fin es mantener la inflación dentro de las metas. No queremos caer en la tentación de tolerar una inflación más levada a cambio de crecimiento", declaró.
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