LA ADVERTENCIA del Banco de la República a la Comisión de Políticas Laborales y Salariales, de no desbordarse en el incremento del salario mínimo para que la economía pueda aprovechar el comienzo de una disminución en las tasas de interés, fue tomada por los mercados como un verdadero ‘campanazo’, y así darle espacio a que la inflación disminuya.
En la decisión sobre la disminución de 0,25% en las tasas para dejarlas en 113%, la Junta enfatizó que un aumento del sueldo no debe exceder de forma significativa la variación anual del índice de precios al consumidor (IPC) en 2023.
De lo contrario, podría causar una presión sobre la inflación que, al final del día, termine arrebatando el poder adquisitivo que lograrán los trabajadores con el aumento del salario mínimo que sea establecido.
El gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, dijo que bajar las tasas “como locos”, no garantizaría un crecimiento sostenible. “Si nosotros empezáramos a decir hoy, vamos a emitir como locos, vamos a bajar las tasas de interés muy fuerte, mañana posiblemente podríamos aumentar el crecimiento de manera significativa el próximo trimestre”, afirmó.
Y agregó: “Lo que no logramos con esto es aumentar de manera significativa el crecimiento sostenible de la economía y, muy probablemente, el crecimiento promedio de los próximos tres o cuatro años sería bastante menor”.
Efecto contrario
Villar dijo que el Emisor alertó que un incremento salarial muy alto generaría un efecto inflacionario que obligaría a subir tasas de interés o no seguir en la senda de rebajas.
Esto significa que el Gobierno debe tener en cuenta que, si autoriza un aumento alto, le está quitando fuerza la petición al Banco para que baje más rápido sus tasas de interés.
A su vez, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, quien hace parte de la junta del Banco de la República, recordó que, con el alza aplicada en el año 2023, los ciudadanos que hacen parte del mercado laboral obtuvieron una ganancia de seis puntos, con lo cual es clave tener en cuenta ese precedente.
En relación con la posibilidad de que el incremento se haga por acuerdo entre las partes, luego de las tensiones que se generaron con el destape de las cifras de los sindicatos y el hecho de que el Congreso iniciara la aprobación del articulado de la reforma laboral, Bonilla dice que aún espera que se logre un entendimiento.
Propuestas
Vale la pena recordar que, en las mesas de concertación para definir este monto para el próximo año, solo se ha conocido la propuesta de las centrales obreras, la cual propone un aumento del 18%, mientras que los empresarios aún no han mostrado sus cartas.
El pasado viernes 15 de diciembre se cumplió el primer plazo para que las centrales obreras y los empresarios se pusieran de acuerdo sobre el salario mínimo y se espera que ambas partes logren concretar una cifra antes del 30 de diciembre. De lo contrario, este monto, por ley, sería establecido por el Gobierno nacional vía decreto.
Ante esta situación, el Minhacienda aseguró que, a pesar de que todavía no hay una clara certeza de cómo será este incremento, todavía queda trecho para seguir negociando.
“Hay una propuesta de los trabajadores, no hay una propuesta de los empresarios, por lo tanto, la negociación todavía no se ha cerrado”, concluyó.
La cifra aún no es muy clara, pero se espera que se defina en los próximos días, con base en los acuerdos que se hagan en las sesiones extraordinarias que se adelantan en el Ministerio de Trabajo.
En la puja, que viene tomando fuerza desde hace algunos meses, han sonado diferentes cifras, casi todas con más de dos dígitos.
Hace algunos días se conoció que la propuesta hecha por los movimientos sindicales en la mesa de concertaciones para el aumento fue del 18%.
Es decir, la idea de estos grupos es que el salario mínimo pase de los $ 1.160.000 a $ 1.368.800, más otros $ 165.915 de auxilio de transporte.
Los gremios
En cuanto a los gremios empresariales, no han presentado una posición al respecto, pero en la última reunión de la Comisión, dieron a conocer una carta que argumentaba por qué no consideraban conveniente fijar una cifra.
Sus explicaciones se basaron en dos motivos de preocupación: la posibilidad de fijar un aumento desproporcionado al panorama económico y discutir el alza al mismo tiempo que se tramita la reforma laboral en el Congreso.
Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, aseguró que “hay que cuidar la inflación. Un salario alto desbordaría la inflación”.
El líder gremial reiteró la cifra con la que se espera que termine la inflación para el 2023: 9,2% y 9,4%, según el Banco de la República. Es por eso que asegura que el incremento debe estar cercano al 9%%.
Los argumentos
Por otra parte, y de acuerdo con un análisis de los investigadores del Bancolombia sobre las razones que empujaron al Emisor a dar inicio a una fase de recortes, fueron la constante tendencia de moderación de la inflación y el debilitamiento del crecimiento económico.
En el frente de los precios, la clave es que se acumularon 8 meses consecutivos de retroceso de la inflación anual, desde el máximo de marzo (13,37%) hasta el 10,15% de noviembre.
Además, los resultados más recientes del IPC han estado en línea o por debajo de lo esperado por el mercado. Ante esto, pese a los riesgos alcistas de corto plazo, se consideró que esa tendencia reciente abría la puerta para optar por el primer recorte. En materia de actividad económica, el debilitamiento es palpable, y el inicio de la fase de recortes es una señal de alivio.
El ISE del DANE para octubre reveló una profundización del debilitamiento de la actividad, con un registro de contracción de 0,4% anual. Así mismo, la confianza de los empresarios y hogares se mantiene en terreno pesimista y el mercado del crédito haciendo evidente el impacto de las elevadas tasas de interés.
Estas señales se tradujeron en una reducción de 20 puntos, hasta 1%, de la expectativa de crecimiento del PIB para 2023 completo por parte del equipo técnico del Emisor.
No obstante, se señaló que el debilitamiento de la demanda interna ha permitido una reducción significativa de la vulnerabilidad externa del país (déficit de cuenta corriente).
De igual forma, desde el frente externo, las condiciones financieras han mejorado, en buena medida ante la expectativa de que el inicio del proceso de normalización de la postura de política monetaria de la FED y el BCE será más rápido de lo antes esperado.
Cabe destacar que el argumento detrás de los votos por la estabilidad de la tasa de interés fueron la incertidumbre respecto al ajuste del salario mínimo y su potencial impacto en la inflación de 2024.
“Consideramos que la decisión del Emisor es razonable dada la coyuntura, aunque resaltamos que el proceso de recortes debe ser cauteloso. Todo esto ante la expectativa de que el proceso de desinflación seguirá avanzando lentamente como resultado de las presiones alcistas que afectarán el comportamiento de los precios en el corto plazo”, señalaron los analistas de la entidad financiera.
Recuadro
Mesura con el alza de los sueldos
La presidenta de la Cámara Colombo Americana, AmCham Colombia, María Claudia Lacouture, dijo que “la pequeña reducción en las tasas de interés, por parte del Banco de la República, es una señal positiva para la economía, aunque siguen siendo altas para impulsar la reactivación económica. Hay que mantener las acciones para seguir reduciendo la inflación, que tendrá un desafío mayor con el alza prevista en el precio del ACPM y la gasolina y el impacto del Fenómeno del Niño”.
Señaló la dirigente gremial que “desde la Cámara Colombo Americana, AmCham Colombia, reiteramos la necesidad de mesura en el alza del salario mínimo, para que este incremento esté acorde con las posibilidades económicas, mantenga el empleo formal e inyecte dinamismo a los hogares colombianos”.