Cepal: desarrollo no se mide solo con PIB per cápita | El Nuevo Siglo
LA SECRETARIA general de la Cepal, Alicia Bárcena, dijo que se están revisando las últimas cifras para dar las previsiones del segundo semestre en el PIB de la región./ENS
Cepal
Sábado, 19 de Junio de 2021
Redacción Economía

Una recuperación transformadora tras la pandemia de la covid-19 requiere una alianza global con total inclusión de los países de ingreso medio, ya que estos son actores claves para el desarrollo mundial.

Así lo señaló Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), durante la Reunión de alto nivel sobre los Países de Ingreso Medio, convocada en Nueva York por el presidente de la 75⁰ sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Volkan Bozkir.

El encuentro, realizado bajo el tema "Afinando el enfoque del sistema de desarrollo para abordar las necesidades de los países de ingreso medio", fue inaugurado por Volkan Bozkir; António Guterres, secretario general de la ONU; y Munir Akram, presidente del Consejo Económico y Social del organismo (Ecosoc).

A continuación, se realizó un segmento de evaluación que contó con la moderación de Lysa John, secretaria general de Civicus, y la participación como oradores principales de Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, Elliot Harris, secretario general asistente para Desarrollo Económico en el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (DESA, por sus siglas en inglés), y Ana Patricia Muñoz, de la Red Voz del Sur, directora ejecutiva del Grupo FARO.

Mediciones

En su presentación, la Secretaria Ejecutiva de la Cepal indicó que el PIB per cápita no debe ser el único criterio para definir los niveles y necesidades de desarrollo y no puede ser utilizado para excluir a los países de ingreso medio (MICs, por sus siglas en inglés) del financiamiento concesional y preferencias comerciales. En este sentido, recalcó que los pequeños estados insulares en desarrollo (SIDs) son particularmente vulnerables. “(La enfermedad por) covid-19 no distingue entre los niveles de ingreso y tampoco la cooperación para superar esta crisis debiera estar guiada por criterios de PIB”, enfatizó.

Alicia Bárcena recordó que los MICs son actores clave del desarrollo global ya que representan más del 75% de la población mundial y cerca de un tercio del PIB global. En ellos vive el 62% de las personas en situación de pobreza, atraen un 45% de las inversiones, suman el 30% de las exportaciones mundiales y son actores clave en la implementación de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Además, abarcan el 96% de la deuda pública de los países en desarrollo (excluyendo a China e India), por lo que problemas de deuda y un potencial default de los países de ingreso medio podrían tener importantes repercusiones en los mercados financieros globales.

Explicó también que el impacto económico y social de la covid-19 ha aumentado significativamente la brecha financiera de estos países. En este sentido, advirtió que América Latina y el Caribe es la región del mundo en desarrollo más endeudada y tiene el servicio de la deuda más alto (equivalente al 59% de sus exportaciones de bienes y servicios).


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Recursos

La máxima autoridad de la Cepal declaró que la capacidad para movilizar recursos externos es limitada y no está ligada al PIB per cápita y que la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) es todavía importante para muchos países de ingreso medio: por ejemplo, representó el 34% de los flujos financieros recibidos por el Caribe en 2019.

También advirtió que los flujos financieros ilícitos están en la raíz de muchos de los problemas ligados a la movilización de recursos domésticos. Según cálculos de la Cepal, se estima que América Latina y el Caribe pierde US$85 mil millones por año en salidas de capital de la región, debido a los flujos financieros ilícitos que resultan de la facturación comercial falsa.

Financiamiento

Alicia Bárcena destacó que las iniciativas de cooperación y financiamiento deben incluir a los MICs, que comprenden una gran diversidad de países con disímiles capacidades y necesidades. Señaló que algunas áreas clave para lograr una cooperación más inclusiva y reducir las brechas estructurales y asimetrías son: el acceso igualitario a las vacunas, tanto para los países menos desarrollados como para los MICs; medidas de financiamiento multilateral y de alivio de la deuda, que deben ser proporcionales a las necesidades de todos los países en desarrollo, incluyendo los MICs; y posibilitar una industrialización verde mediante el acceso a la tecnología, la inversión y la infraestructura. 

“Una recuperación transformadora requiere una alianza global con plena inclusión de los MICs”, enfatizó. “Necesitamos cooperación y asociaciones estratégicas para lograr esto”, agregó Bárcena. 

Explicó que este objetivo se puede cumplir si se suspenden las “graduaciones” de países y se mantiene la ayuda oficial para el desarrollo (AOD); si se adoptan enfoques multidimensionales y nuevas herramientas para clasificar los niveles de desarrollo en línea con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible; si se asegura el acceso al financiamiento concesional para el desarrollo para los MICs, especialmente para las economías más pequeñas; si se extiende el alcance de las provisiones especiales y el tratamiento diferencial entregado por el sistema de comercio multilateral; si se apoya a los MICs en su proceso de industrialización y en la diversificación de sus economías a través de un acceso concesional a las tecnologías; y si se implementa un nuevo mecanismo multilateral para la reestructuración y alivio de la deuda, y una plataforma intergubernamental para asuntos tributarios.


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Tres crisis

De otro lado, la Cepal explica que la pandemia emerge en la región en el marco de tres crisis estructurales: una crisis social que se refleja en los altos niveles de desigualdad; una crisis económica que se refleja en el bajo crecimiento y el rezago tecnológico de la región frente a los países avanzados y (cada vez más) frente a algunas economías asiáticas; y una crisis ambiental que se refleja en la pérdida de biodiversidad, bosques y aguas, y en la tendencia al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. “Estas tres crisis y las políticas necesarias para superarlas interactúan entre sí. Cambiar el estilo de desarrollo de la región exige actuar coordinadamente sobre las tres”, señala.

La estrategia de cierre de estas tres brechas (económica, social y ambiental) ha sido calificada por la Cepal como una recuperación transformadora para el desarrollo sostenible, es decir, una estrategia que combine la recuperación económica con la superación del estilo de desarrollo vigente, tal como lo planteó en el documento de posición del trigésimo octavo período de sesiones de la Comisión Construir un nuevo futuro: una recuperación transformadora con igualdad y sostenibilidad.

En una perspectiva de mediano y largo plazo, se plantea que el desarrollo sostenible en los ámbitos social, económico y medioambiental no es algo que los mercados no regulados puedan lograr por sí solos. Se requiere poner en marcha políticas públicas en diversas áreas y de manera simultánea en materias de innovación y actualización tecnológica; avanzar hacia un estado de bienestar para apoyar el aprendizaje y la igualdad; rediseñar los incentivos económicos para fomentar la protección del medio ambiente, y aplicar políticas macro prudenciales que brinden estabilidad y que promuevan la competitividad, políticas fiscales progresivas para la igualdad y el financiamiento de inversiones públicas y políticas sectoriales para fomentar la expansión de los sectores que son los principales impulsores de la sostenibilidad

Revisando cifras

En un informe preliminar del organismo, señala que los países de América Latina registrarán en promedio una expansión de un 4,1%, insuficiente para compensar el impacto de la caída del Producto Interno Bruto (PIB) del año pasado como consecuencia de la pandemia del coronavirus.

La nueva estimación mejora la de diciembre, de un crecimiento de un 3,7%, por la misma Comisión Económica.

La región se contrajo 7,1% en 2020; va a crecer este año 4,1%, pero no va a alcanzar para recuperar el nivel de actividad prepandemia.

La esperada recuperación se dará sin embargo en un contexto de mucha “incertidumbre”. El acceso desigual a las vacunas, los procesos de vacunación y la efectividad de las mismas que tampoco se garantizan, abren grandes incertidumbres hacia el futuro.

Adicionalmente el proceso de recuperación económica de América Latina, la región más afectada por la pandemia y también la más dañada en términos económicos y sociales, puede ser asimétrico, divergente y generar más brechas.