EL RUMBO bajista que empezaron a tomar tanto la inflación como las tasas de interés en diciembre pasado, tienen ahora uno de los mayores obstáculos para continuar ese comportamiento. Ahora el mayor inconveniente que puede revertir ese sendero, es el fenómeno del Niño.
La inflación, con una variación de 0,45% mensual y 9,28% anual sorprendió a los analistas al encontrarse por debajo de la media y mediana esperada. El resultado anual cumplió el noveno mes consecutivo a la baja y fue la primera vez desde junio de 2022 que presentó una variación de un dígito
Al mismo tiempo, y luego de incrementos sucesivos durante 13 meses, el Banco de la República decidió disminuir las tasas de interés de 13,25% a 13%, mandando señales a los mercados del comienzo de un alivio para los créditos de los colombianos y una esperanza en la recuperación del consumo.
Sin embargo, con la arremetida del fenómeno del Niño, hay coincidencia entre analistas e instituciones financieras en que el primer trimestre del 2024 será crítico para la inflación, pues en esa fase El Niño alcanzaría mayor intensidad e impulsaría más notoriamente los precios en el país.
Fuerte impacto
Expertos consideran que “si bien El Niño es un evento de impacto temporal sobre los precios, nuestro escenario considera que podría provocar una segunda ola de inflación durante el primer semestre del 2024, para luego corregir progresivamente durante la segunda mitad del año”.
Asimismo, los análisis realizados por expertos de Goldman Sachs destacan que el fenómeno climático El Niño podría elevar la inflación en Colombia hasta en un rango de 50 a 100 puntos básicos mensuales, influenciando directamente los precios de los alimentos y la política monetaria. Anticipan que este patrón climático compense algunos efectos positivos que se tenían sobre la inflación de alimentos en el país.
El agro
Las consecuencias de El Niño en términos de presiones inflacionarias afectarían significativamente la producción agrícola y podrían representar una amenaza para la generación de hidroelectricidad. Se prevé que Colombia sea de los más afectados, con una agricultura y suministro energético potencialmente comprometidos ante el clima seco. Además, se espera una reducción en el comercio marítimo a través del Canal de Panamá, lo que también incidiría negativamente en la economía.
Por otra parte, en lo correspondiente a la política monetaria del Banco de la República, las presiones inflacionarias afectarían la estrategia a la baja que empezó en diciembre.
En un análisis sobre esta situación, ANIF indica que la llegada del Niño comienza a presentar consecuencias y su efecto se podría intensificar en los próximos tres meses. Actualmente, el nivel útil de los embalses, importante para la generación de energía hidroeléctrica, se mantiene en un rango seguro. No obstante, según datos proporcionados por XM (operador del mercado eléctrico), el volumen útil ha disminuido de manera constante desde agosto de 2023 y alcanzó un 70,2% a diciembre de 2023, que marca una notable disminución desde el 74,8% registrado en noviembre del año pasado. Ahora, respecto a diciembre de 2015, el último fenómeno del Niño en el país, los resultados indican que los niveles de los embalses están un 3,9% por encima por lo que en el momento no es un motivo de alarma, pero se debe seguir monitoreando.
Más alzas
Aunque el gobierno ha asegurado que el sistema eléctrico cuenta con herramientas robustas para garantizar su funcionamiento y responder a momentos de vulnerabilidad, genera incertidumbre respecto a los precios de la energía para el 2024. Esto, teniendo en cuenta que, ante caídas en la capacidad de la producción de las hidroeléctricas, la demanda de energía tendrá que ser suplida por las termoeléctricas, cuyo funcionamiento presiona al alza los precios. Frente a esta coyuntura, es crucial considerar que el aumento en los precios de la energía podría tener un impacto significativo en la dinámica de enfriamiento que ha caracterizado la inflación del país.
Otro factor de riesgo relevante que habrá que ponderar en el 2024 es el efecto indexación, que no solamente arrastrará la variación del IPC del 2023, sino que se anclará al alza en el salario mínimo. Algunos de los precios que pueden indexar al dato de 9,3% para el cierre del 2023 incluyen los arriendos, las cuotas de administración, los servicios públicos, las matrículas educativas, los peajes y los servicios de salud, entre otros.
La indexación
Señala el centro de pensamiento, que “el efecto indexación anclado a la inflación históricamente alta del 2022 explica en gran parte que el arriendo imputado (12,9% anual, contribución de 0,95%) y el efectivo (7,6% anual, contribución de 0,71%) formen parte de las 4 subclases de mayor contribución al IPC total del 2023. Por esto, esperamos que este tipo de bienes repliquen durante el 2024 la senda bajista del IPC del 2023, con lo que podrán contribuir a la moderación de la inflación durante el siguiente año”.
A pesar de esta señal positiva, hay que tener en cuenta que en Colombia el porcentaje de indexación es comparativamente alto. Este efecto se profundizará con el aumento del salario mínimo (12% sin subsidio de transporte) por encima del aumento anual de la inflación. Según la Corte Constitucional, el incremento salarial no puede ser menor a la variación del IPC.
Teniendo en mente este contexto, el Banco de la República se enfrenta a un escenario donde parece haber suficiente evidencia para mantener la senda a la baja de la política monetaria, pero deberá ponderar los diversos factores que podrán desacelerar la tendencia de moderación en la inflación. Siendo así, en la próxima toma de decisión de la tasa de interés será importante que se tengan en cuenta estos factores y se mantenga la confianza en la capacidad de las autoridades monetarias de preservar el poder adquisitivo de la moneda de manera técnica y autónoma.
Otros elementos de presión
Hay que tener en cuenta el incremento en el precio de los peajes que entró en vigor el 16 de enero del 2024. Este aumento en las tarifas es de 13,12%, lo que iguala el IPC del 2022 que no fue ejecutado el año pasado. Adicionalmente, se sumará un 2% que corresponde a la actualización de la tarifa del fondo de Seguridad Vial (Fosevi) a los vehículos. La medida establece un pago total de $ 500 y este valor será actualizado anualmente conforme con el IPC para el año inmediatamente anterior.
El incremento aplica para 113 peajes a cargo del Invías y otros 30 bajo administración de la ANI. De igual manera, es importante mencionar que se prevé otro incremento en la tarifa de los peajes para la segunda mitad de este año el cual sería de 9,28%, correspondiente al IPC del 2023, sin embargo, la fecha de ejecución aún no ha sido definida.
Sumado al incremento tarifario en los peajes, el alza prevista en el precio del ACPM es otro factor que impulsará de manera importante el comportamiento de los precios en el transporte dado que por medio de la flota terrestre se moviliza cerca del 85% de la carga a nivel nacional. Según la CARF, el precio del ACPM tiene una brecha cercana a los $ 7.500 con respecto al valor internacional, por lo que se estiman incrementos progresivos en los próximos 18 meses para poder cerrarla. Estos dos factores plantean un desafío en la senda de la inflación.