El conflicto entre China y Estados Unidos generó un freno en las compras a nivel mundial, dijo Balam Lammoglia, miembro de la Comisión de Comercio Exterior del Colegio de Contadores Públicos de México.
El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos pasará de 2,9% en 2018 a 2,3% al cierre de este año, según estimaciones de la Cepal. El PIB de China también tiene una tendencia a la baja, pues de 6,6% que registró en 2018 se ubicará en 6,1% al terminar 2019.
Sin embargo, la situación de las dos potencias en su guerra comercial opacó varios sucesos económicos que se presentaron durante este año.
Con el cierre de este año, la empresa consultora Trust Corporate destaca los cuatro hitos más relevantes en materia económica.
Los hechos
El primero fue el conflicto financiero ya mencionado, mismo que repercutió en las principales bolsas de valores del mundo; así como en nuestro país se temió que algunos productos norteamericanos fueran más costosos, porque sus componentes chinos saldrían más caros y eso se trasladaría al precio final.
El Brexit y la falta del mismo fue otro tema de relevancia, que en el caso de muchos países dio mayor tranquilidad que se firmara un acuerdo para mantener en vigencia las óptimas relaciones comerciales.
También aparece la desaceleración económica mundial. Asimismo, se destaca la inestabilidad de las criptomonedas, como el Bitcoin, que comenzó enero estando a un precio de US$3.703, alcanzó en junio los US$13.826 y hoy su valor se encuentra alrededor de los US$7.500.
En general, 2019 no fue un buen año para la economía mundial, las tensiones comerciales y políticas terminaron afectando el ánimo de los inversionistas y el año cierra con una lánguida tasa de crecimiento de 2,5% para 2019, la menor desde la crisis financiera y global de la década pasada.
América Latina y el Caribe tuvieron mucho que ver con ese flojo desempeño mundial, según los datos que presenta la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su “Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2019”. La región solo crece en 2019 a 0,1%, aunque se espera una leve mejoría en 2020 (1,3%), año en que va a tener que enfrentar la baja estimada de los precios de los productos básicos, que afectarán a muchos países del área. Con esos resultados, la región está frente a una década perdida, ya que el período 2014-2020 va a tener el menor crecimiento en setenta años.
Otras economías
Hay economías en la región que en 2019 están mejor que otras como República Dominicana (4,9%), seguida por Antigua y Barbuda (6,2%) y Guyana (4,5%). El problema es que economías de un mayor tamaño relativo colapsaron y arrastraron a la baja el promedio regional, tal es el caso de Venezuela (-25,5%), Argentina (-3%) y Nicaragua (-5,3%). Mientras que un numeroso grupo de economías crece a tasas cercanas al 1%.
De hecho, en el informe se plantea que existe una desaceleración sincronizada, ya que 23 de 33 países de América Latina y el Caribe (18 de 20 de América Latina) desaceleran su crecimiento en 2019, mientras que en 14 las economías se expanden. Colombia, de las economías de tamaño importante, es de las mejor libradas con un crecimiento de 3,2%, similar al que tuvo en los años anteriores.
Los más afectados por la debilidad de la actividad económica son los trabajadores. Con el bajo crecimiento empeoraron distintas variables del mercado laboral, con lo cual se está empeorando la situación social, porque aumenta la desigualdad. El desempleo nacional promedio aumentó de 8 a 8,2%. Con esto, aproximadamente 1 millón de personas engrosaron las filas de desocupados, con lo que el número de los que buscan un empleo en la región ascendería a 25,2 millones. Así mismo, se estima que la calidad del empleo también se está dañando y se observa un aumento del subempleo horario y de la informalidad laboral, bastante generalizada entre los países de la región.
Los límites
Las propuestas de la Cepal para salir de la trampa de bajo crecimiento en que está presa la región, muestran los límites que tienen sus gobiernos para hacer mejor las cosas. Cepal quisiera una política fiscal activa, porque reactivar la actividad económica demanda un mayor gasto público en inversión y políticas sociales. El problema, y eso lo sabe Cepal, es que los ingresos fiscales que permitirían eso no están garantizados. La misma desaceleración económica sumada al bajo nivel de carga tributaria y la evasión fiscal han afectado los ingresos fiscales.
Otras economías
Las economías emergentes como México se ven más afectadas por la guerra comercial, problemática que para el siguiente año disminuirá, una vez que el Presidente de EU, Donald Trump, se concentre en su campaña presidencial y en tópicos como el impeachment (destitución), dijo.
Si bien México registró un crecimiento en sus exportaciones de 2.7 por ciento en enero-octubre de este año, con 384 mil 956 millones de dólares, éste fue menor respecto al 11 por ciento registrado en el mismo periodo de 2018, según cifras de la Secretaría de Economía.
Ira social
Otro tema que cobró relevancia este año fue la ira social en muchos países. El gran tema es la transformación, la digitalización, la movilidad eléctrica. Tememos la pérdida de muchos empleos" ante un flujo de baterías de vehículos chinas, preocupa, en un momento en el que la economía europea acaba de ver reducida su mano de obra industrial por primera vez desde finales de 2010.
En otros países -Líbano, Chile, Colombia, pero también Francia con los "chalecos amarillos"- ya han vivido explosiones de ira social.
Nicolás Achondo, cocinero chileno de 33 años, tuvo que cerrar su restaurante, ahogado por los gastos médicos tras un accidente. "Al no tener cómo pagar entras en el sistema de los deudores. Como emprendedor, el hecho de ser deudor hizo imposible obtener un crédito para mi negocio y éste empezó a generar deudas. Es bien injusto", explicó a la AFP.
En un mundo con un crecimiento débil donde, según la oenegé Oxfam, 26 multimillonarios tenían el mismo dinero que la mitad más pobre del planeta, la cuestión de la distribución de la riqueza se planteará cada vez con mayor dureza, incluyendo a los países desarrollados.
"Incluso cuando la gente parece beneficiarse de un confort material básico, puede conocer el mismo nivel de miseria y malestar que los más pobres", advirtió Esther Duflo, especialista en cuestiones de desarrollo, poco después de haber obtenido el 14 de octubre el premio Nobel de Economía.