Un incremento de 0,4% en la cuenta corriente del país prevé Fedesarrollo para este año, con lo que la cifra llegaría a 3,1% del Producto Interno Bruto, frente al registrado en el año 2023.
Este registro, según el centro de pensamiento, será impulsado por un mayor déficit de balanza comercial.
En particular, se anticipa un incremento de las importaciones de 3,5%, concentrado en los segmentos de bienes intermedios y de capital, en línea con la aceleración de la demanda interna y la paulatina recuperación de la inversión.
Sin embargo, las exportaciones totales mostrarían una caída de 1,5%, explicada por la persistencia del ajuste de los precios internacionales de los commodities, especial-mente del carbón, así como la menor producción nacional de petróleo, lo que llevaría a una caída de 3,1% en las exportaciones tradicionales.
Considera Fedesarrollo en un informe sobre el déficit, que este resultado se vería contrarrestado parcialmente por un menor hueco en la renta factorial, explicado por menores pagos de intereses a créditos externos, en línea con una suavización de las condiciones globales de financiamiento en 2024.
“Esperamos que el balance de ingreso secundario presente un superávit de 3,5% del PIB en 2024, manteniéndose relativamente estable frente a 2023, producto de la persistente fortaleza del mercado laboral en Estados Unidos, que favorecería el dinamismo de las remesas”, asegura el reporte.
Desbalance
Señala el informe que el déficit de cuenta corriente de 2,7% del PIB registrado en 2023 materializó el esperado ajuste del desbalance externo del país, posterior a que en los años 2021 y 2022 la economía colombiana evidenciara déficits del orden de 5,6% y 6,2% del PIB, respectivamente. En particular, el resultado del déficit de cuenta corriente en 2023 se explicó por la corrección en el déficit de la balanza comercial de bienes y servicios frente a 2022 (1,6 y 0,9 puntos porcentuales, respectivamente), producto de menores importaciones por el desfavorable desempeño de la demanda interna en 2023, seguido de un menor déficit de renta factorial de 0,9 puntos porcentuales. El balance de transferencias corrientes se mantuvo estable frente a 2022 en 3,6% del PIB.
Recalca el documento de Fedesarrollo, que, en cuanto a la cuenta financiera, se destaca el favorable comportamiento de la inversión extranjera directa durante 2023. Mientras el déficit de cuenta corriente en niveles se redujo en 54,5%, lo que refleja las menores necesidades de financiamiento de la economía, la inversión extranjera directa bruta creció 1,5%, alcanzando su máximo nivel histórico, y representando 1,8 veces el déficit de la cuenta corriente.
Este resultado estuvo impulsado por entradas hacia los sectores de petróleo y minería, así como la industria manufacturera. No obstante, el exceso de financiamiento por entradas de capital de inversión di recta tuvo como contrapartida salidas netas de inversión extranjera de portafolio por 1,5% del PIB, lo que no se observaba desde el año 2006.
En lo que respecta a la inversión extranjera directa bruta (IED), durante 2023 se registraron entradas de capi tal por US$ 17.446 millones, 1,5% superiores al nivel presentado en 2022 (US$17.183 millones).
Inversión extranjera
Así, la IED bruta fue equivalente a 1,8 veces el desbalance externo del país. Frente a la desagregación sectorial, el rubro de petróleo y minería mostró un aumento interanual de 47,8% y representó un 34,4% del total, asociado al incremento en el flujo de pago de impuestos, producto de la mayor carga tributaria que enfrentan las empresas de estos sectores tras la reforma tributaria aprobada en 2022.
Se destaca también el comportamiento del sector de industrias manufactureras, con un crecimiento anual de 104,6%, mientras que el sector de servicios financieros y empresariales registró una caída anual de 49,1%, debido al efecto base que produjeron las Ofertas Públicas de Adquisición (OPA) del Grupo Gilinski sobre el Grupo Empresarial Antioqueño en 2022.
Ahora bien, el tamaño del ajuste de la cuenta corriente también refleja la magnitud de la desaceleración económica que tuvo el país el año anterior. Este ajuste señala un menor dinamismo del consumo y especialmente de la inversión, en medio de un contexto de política monetaria contractiva, que se vio reflejado en el bajo crecimiento de la economía colombiana en 2023 (0,6%), así como en la contracción de la inversión (-8,9%).
Otros elementos de las cuentas externas relacionados con el bajo dinamismo de la actividad productiva y específicamente de la inversión están asociados al comportamiento de otros flujos de capital, distintos a la inversión extranjera directa y las exportaciones.