El balance de cuenta corriente del país tuvo una moderación en un déficit de 3% del PIB, equivalente a US$1.693 millones. Este resultado fue menor a lo previsto por los mercados. De acuerdo con los investigadores del Bancolombia, “el resultado fue ampliamente inferior a nuestra expectativa (3,5% del PIB) que era cercana a la esperada por el promedio de los analistas del mercado”.
Señalan los expertos que “esta diferencia fue motivada fundamentalmente por la contracción del desbalance en el rubro de rentas factoriales, donde nuestra visión, si bien incorporaba un choque importante, no lo situaba en la magnitud que efectivamente se observó. Es importante destacar que en esta ocasión fue más acentuado de lo normal el efecto de la tasa de cambio en limitar la corrección del déficit cuando se mide en relación al PIB”.
Asimismo, mientras el déficit comercial de bienes se amplió en valor en el segundo trimestre, el del intercambio de servicios corrigió el rumbo. En el primer caso fue muy determinante la rápida caída en los precios del petróleo y el carbón como resultado de los periodos de confinamiento más restrictivos en todo el mundo entre marzo y abril.
Así pues, la venta de bienes al exterior se deterioró muy rápida y significativamente, la recuperación desde mayo fue solo parcial. Entre tanto, las importaciones cayeron con menos rapidez ante la necesidad de materias primas e insumos importados para el funcionamiento de algunas de las actividades económicas esenciales en el país.
Servicios
Entre tanto, en el rubro de servicios la corrección del déficit (en valores) fue liderada por la afectación de la coyuntura sanitaria a la prestación de servicios empresariales y profesionales de extranjeros al país, la caída en la movilidad que moderó la prestación de servicios de transporte y menores cargos a empresas locales por el uso de propiedad intelectual foránea. La corrección de estos rubros lideró el deterioro en el balance de la prestación de servicios financieros.
El balance de cuenta corriente del país tuvo una moderación en un déficit de 3% del PIB, equivalente a US$1.693 millones.
Sostienen los analistas que la caída de la actividad económica, que afectó notablemente al comercio y la minería, las dos actividades que concentran la mayor inversión extranjera directa de los últimos años, determinó esta limitada capacidad de las empresas extranjeras con operaciones en el país para repatriar utilidades.
Además, el nivel de tasa de cambio fue otro desincentivo adicional que favoreció la importante corrección observada en este rubro.
Por otro lado, las transferencias corrientes cayeron ante el menor ingreso de remesas. Este rubro se comportó en línea con lo esperado ante el deterioro del mercado laboral de Estados Unidos y Europa, lo cual llevó a que los colombianos en el exterior tuvieran menos recursos disponibles para transferir al país.
Devaluación
En esta ocasión, más que en los trimestres previos, la devaluación de la tasa de cambio tuvo un rol central en el resultado. En la medida en que el peso se depreció un 18,7% en el promedio del segundo trimestre frente al de un año atrás, el efecto denominador se incrementó.
Así pues, este movimiento causó una ampliación del déficit de 0,4 puntos porcentuales del PIB frente al que se hubiera observado si la tasa de cambio se hubiera mantenido en sus niveles del año pasado en el mismo periodo. Bajo esta comparación, la tasa de cambio causó un efecto denominador que llevó al nivel de déficit de ser -2,6% del PIB trimestral a -3%.
Entre tanto, en el rubro de servicios la corrección del déficit (en valores) fue liderada por la afectación de la coyuntura sanitaria a la prestación de servicios empresariales y profesionales de extranjeros al país.
Desde el punto de vista de la financiación, en el segundo trimestre el rubro que tuvo mayor participación fue el de inversión de portafolio. La colocación de deuda en mercados internacionales por parte del Gobierno Nacional Central (US$2.500 millones) y las grandes empresas del país (US$2.100 millones) llevaron a que los ingresos netos de recursos financieros por este rubro fueran los más altos desde el tercer trimestre de 2015. Así pues, el rubro financió 1,8 veces el total del déficit de cuenta corriente.