Carlos Ghosn, expresidente de Renault-Nissan, volvió a ser detenido en su domicilio de Tokio debido a nuevas sospechas de malversación financiera, apenas un mes después de haber quedado en libertad bajo fianza, un arresto que calificó de "indignante y arbitrario".
Los investigadores de la Fiscalía acudieron al amanecer a su vivienda, ante la cual instalaron una cortina gris, según imágenes difundidas por las cadenas de televisión japonesas.
Menos de una hora más tarde un automóvil abandonó el lugar, según la emisión en directo de la cadena Nippon TV. De acuerdo con el periodista de esta televisión privada, Ghosn se encontraba a bordo del vehículo.
Tres hombres en traje oscuro y decenas de policías hacían guardia, constató un periodista de la AFP.
Es "extremadamente raro" que se vuelva a arrestar a un sospechoso tras haber sido liberado, destacó NHK.
- "¿Por qué venir a detenerme?" -
"¿Por qué venir a detenerme si no obstaculizaba para nada el proceso en curso, si no es para quebrantarme?", dijo el exmagnate del automóvil en una declaración enviada a la AFP. "Soy inocente de todas las acusaciones infundadas hechas en mi contra y de todos los hechos que se me reprochan", añadió.
Su abogado, Junichiro Hironaka, también denunció el método empleado. "No comprendemos por qué necesitan dejarlo detenido [...] Es extremadamente injusto", dijo.
Este nuevo giro, en un culebrón interminable que comenzó el 19 de noviembre con la detención del entonces poderoso presidente de la alianza automovilística Renault-Nissan-Mitsubishi Motors, llega justo después de que anunciara su primera declaración tras la salida de prisión.
Ghosn, de 65 años, anunció de improviso el miércoles en Twitter que celebraría una rueda de prensa el 11 de abril.
"Estoy preparado para decir la verdad sobre lo que está ocurriendo. Conferencia de prensa el jueves 11 de abril", decía el breve mensaje de Ghosn en su cuenta certificada, que según una portavoz es administrada por sus abogados.
- Menos prestaciones por jubilación -
El dirigente franco-libanés-brasileño fue acusado de tres cargos por declaraciones inexactas de ingresos entre los años 2010 y 2018, en documentos que Nissan entregó a las autoridades financieras, y por abuso de confianza. Fue liberado bajo fianza el 6 de marzo, tras el pago de 1.000 millones de yenes (9 millones de dólares) y desde entonces se encuentra en arresto domiciliario.
Ahora es sospechoso de haber transferido al menos 32 millones de dólares de fondos de Nissan a un distribuidor de vehículos de la marca en Omán. Según una fuente cercana al caso, una parte de ese dinero habría regresado a Ghosn de forma indirecta.
Estos fondos se habrían usado para comprar un barco de lujo para Ghosn y su familia y para invertir en una empresa dirigida por su hijo en Estados Unidos.
Un portavoz de Nissan dijo que la investigación interna de la compañía reveló "pruebas sustanciales de comportamiento descaradamente inmoral" y que se enfocan en "analizar las debilidades en la gobernanza que permitieron esta mala conducta".
En los últimos días, Renault señaló flujos financieros similares a la justicia francesa, tras una investigación interna del fabricante.
La fiscalía de Nanterre, en la periferia de París, abrió una investigación sobre la financiación de la boda de Carlos Ghosn en el castillo de Versalles, en octubre de 2016.
Una auditoría de la filial conjunta de Renault y de su socio japonés Nissan, RNBV, con sede en Holanda reveló "graves deficiencias en la transparencia financiera y en los procedimientos de control de gastos", afirmó el miércoles el fabricante de automóviles tras un consejo de administración.
En este contexto y debido a que Ghosn dimitió de la presidencia de Renault en enero, mientras estaba encarcelado en Japón, el grupo francés abrió otro procedimiento interno para reducir al máximo sus prestaciones por jubilación.