Economía de A. Latina se protege la cara pero desprotege los pies | El Nuevo Siglo
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Lunes, 30 de Marzo de 2020
Redacción Economía

Las medidas que la mayor de los países de América Latina y el Caribe (ALC) están tomando frente al coronavirus están en la dirección de proteger primero la macroeconomía que la microeconomía, y afrontan con ello el peligro de perder su comercio y la actividad del día.

Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), señala que “el impacto del Covid-19 en el comercio internacional enfrenta un shock externo simultáneo en la demanda y oferta”.

Sostiene que “las medidas de confinamiento en los principales mercados de ALC, que reducen el consumo y la inversión, tendrán un fuerte impacto en las exportaciones de la región, que ya enfrentaban una tendencia declinante (en 2019 se redujeron 2,4%). A comienzos de 2020, esta retracción se ha profundizado. En enero la contracción fue de 3,4% interanual y los datos preliminares para algunos países de la región muestran un impacto negativo en el bimestre febrero-marzo (con la excepción de Costa Rica y El Salvador que registran mejoras)”.

Sostiene el análisis que “entre enero y marzo en Brasil las exportaciones se contrajeron 6,9% respecto mismo periodo de 2019, en Chile 6,6% y en Colombia un estimado de 8,0%. Estimaciones al mes de febrero para Paraguay, Uruguay y Venezuela muestran caídas interanuales acumuladas en el bimestre de 8,2%, 6,5% y 45,1%, respectivamente”.

Los datos preliminares de China -el segundo mayor mercado para la región- para el primer bimestre del año también dan una muestra del tamaño del shock comercial que va a enfrentar la región. Las exportaciones a ese país desde ALC cayeron 12% en términos interanuales, frente a un crecimiento promedio anual de cerca del 20% en las dos últimas décadas.

Por su parte, los datos de importación desde China, que incluyen varios insumos claves para la producción de ALC en general y de la oferta exportadora en particular, ya muestran algún efecto. Estas compras cayeron 6% interanual en el primer bimestre, aunque con mucha heterogeneidad entre los países.

 

El impacto en los servicios

El sector de viajes, que representa el 40% de las exportaciones de servicios de la región, será el más afectado (cierre de fronteras, menor propensión a viajar por incertidumbre sobre la recrudescencia de la epidemia, etc.). Los transportes, el segundo rubro de exportación con 18% del total, seguirán el ajuste del comercio internacional. Los servicios basados en conocimiento como los empresariales o de informática, y particularmente aquellos proporcionados de forma digital, serán algo más resilientes, pero en ALC representan menos del 30% del total de las exportaciones de servicios.

Indica el análisis que “las presiones sobre las monedas domésticas, la caída en los precios, la salida de capitales y la volatilidad financiera acentúan las presiones sobre las monedas domésticas con impactos dispares en la región, afectando el mapa de rentabilidad del comercio y la inversión”.

 

Más crisis

Asegura el informe del BID que “ALC enfrentará un shock comercial de proporciones históricas, que se sumará a las crisis financiera externa y económica interna”. Para ello el organismo recomienda tres principios generales que deberían guiar las reacciones de los líderes políticos, empresariales y sociales.

Primero, en estos días es importante que los gobiernos asocien tempranamente los esfuerzos para “achatar la curva” a medidas que creen condiciones para que sean las más breves posible. Por ejemplo, aumentando la capacidad de realizar diagnósticos, seguir los contaminados y aislar individuos con alto riesgo. De lo contrario estarán frente al aparente dilema entre salvar vidas y salvar la economía, que se agudiza con el aplazamiento de las medidas de contención. Actuar urgentemente es imperativo no solamente para salvar vidas hoy, sino también para limitar los costos económicos de la lucha contra la pandemia y la vida futura de familias y empresas.

Segundo, es crítico remover tempestivamente las restricciones al comercio internacional, sobre todo para bienes y servicios sanitarios. El cierre de las fronteras al tráfico de personas, si bien plausible en las etapas iniciales, es progresivamente ineficaz y sus costos empiezan a superar los beneficios con rapidez, en particular cuando afecta al tráfico de mercancías.

Y tercero, de cara a la reactivación del comercio global, es imperativo planear con tiempo y no perder de vista la gran lección que desde ya nos deja esta crisis: el mundo está inevitablemente interconectado aunque se esté perdiendo la consciencia de compartir un destino común. No será el aislamiento lo que nos permitirá prosperar a expensas de otros, sino la capacidad de cada uno de contribuir a soluciones multilaterales que hagan que el todo sea superior a la suma de las partes.