LA ECONOMÍA colombiana cuenta con un sistema financiero resiliente y con avances en la regulación prudencial que hacen poco probable que las condiciones crediticias se conviertan en una fuente de perturbación macroeconómica.
Así lo indicó el gerente del Banco de la República, Juan José Echavarría, en la presentación del reporte de “Estabilidad Financiera” que dio a conocer el Emisor esta semana.
Según el alto funcionario, hacia el final de 2018 el sistema financiero colombiano completó un largo proceso de ajuste a los choques experimentados por la economía desde mediados de 2014.
Este proceso -indicó- estuvo caracterizado por la materialización del riesgo de crédito (en la forma de aceleraciones de la cartera vencida y riesgosa), la baja rentabilidad relativa al promedio de los últimos cinco años (ocasionada por los mayores gastos en provisiones) y el bajo crecimiento de la cartera y de las fuentes de fondeo de los establecimientos de crédito. Durante este período de ajuste las entidades financieras mantuvieron persistentemente indicadores sólidos de solvencia y de liquidez.
Lea también: PIB de Colombia crecerá 3,4% este año: OCDE
“Con el avance del proceso de ajuste y la evolución favorable del entorno macroeconómico, los ritmos de crecimiento de las carteras riesgosa y vencida se encuentran cerca de sus promedios históricos, al tiempo que los resultados de la encuesta sobre la situación del crédito del Banco de la República apuntan hacia una recuperación del crecimiento de la cartera de crédito”, explicó el gerente del Emisor.
Estas tendencias favorables se reflejan en distintos mapas de riesgo sectoriales hechos por el banco, en los cuales las variables de riesgo y de ciclo de crédito han abandonado gradualmente las tonalidades más rojizas y azules, respectivamente (aunque con menor vigor en el caso de la cartera comercial).
Para Echavarría si bien los indicadores de rentabilidad continúan manteniendo tonalidades rojizas, en los últimos meses han empezado a observarse mejoras gracias al menor ritmo de crecimiento de los gastos en provisiones.
Alerta temprana
Para el gerente del Emisor, hacia el mediano plazo la ampliación esperada del déficit en cuenta corriente de la economía colombiana y el riesgo latente de un menor crecimiento que el esperado para algunos socios comerciales representan vulnerabilidades que, ante choques negativos, podrían afectar la estabilidad del sistema financiero.
Lo anterior, según Echavarría, podría darse mediante un deterioro en la calidad de la cartera en un contexto de menor crecimiento de la economía como resultado bien sea de una disminución en el crecimiento global o de dificultades en el financiamiento externo que pudiesen afectar negativamente la demanda agregada.
De acuerdo con la cabeza del Banco de la República, en el frente interno continúa observándose una materialización del riesgo de crédito en sectores económicos como la construcción y la agricultura, al tiempo que se ha reducido su intensidad en el caso de la cartera de vivienda.
Lea también: Ocde: economía colombiana se acelerará
En materia de riesgo de mercado, durante el segundo semestre de 2018 los inversionistas extranjeros continuaron aumentando sus tenencias de títulos de deuda pública a un ritmo similar al observado en el mismo período del año anterior.
Simultáneamente, estos inversionistas redujeron sus posiciones en el mercado de acciones local con alguna intensidad durante el segundo semestre de 2018, lo cual pudo haber contribuido a la desvalorización del índice Colcap durante el mismo período (en todo caso, durante lo corrido de 2019 el índice recuperó el nivel observado a mediados del año anterior). Estas tendencias se vieron reflejadas en una alta volatilidad de los precios de las acciones y valorizaciones en los títulos de deuda pública de mediano y largo plazos.
Stress test
De otro lado, con el fin de adoptar un enfoque prospectivo de cara a las vulnerabilidades identificadas, el reporte del Emisor presentó un ejercicio de sensibilidad (stress test) que evalúa la resiliencia de los establecimientos de crédito ante un escenario hipotético extremo.
De acuerdo con Echavarría, el escenario considera una desaceleración de la economía colombiana durante lo que resta de 2019 y que se acentúa durante 2020, dificultades en materia de financiamiento internacional, una mayor materialización del riesgo de crédito en sectores vulnerables y salidas de inversionistas extranjeros del mercado de deuda pública local.
Los resultados indican que los indicadores agregados de solvencia total y básica permanecerían en niveles superiores a los límites regulatorios durante el horizonte del escenario pese a las potenciales caídas en la rentabilidad y en el volumen de cartera.
Lea también: Producción industrial aumentó 2,8%: ANDI
Esta edición del Reporte presentado esta semana también se incluye por primera vez un recuadro escrito por la Superintendencia Financiera de Colombia, que trata sobre el rol de la entidad en la reversión del deterioro reciente de la cartera de crédito en Colombia.
En dicho recuadro se muestran los avances en la regulación y supervisión del sistema financiero colombiano, y complementa la actividad de monitoreo del Banco de la República y el análisis de riesgos de este Reporte.
En cumplimiento de sus objetivos constitucionales, el Banco de la República indicó que continuará monitoreando la situación de las entidades financieras y tomará aquellas decisiones que garanticen niveles de inflación y crecimiento consistentes con la estabilidad macroeconómica y con el desarrollo económico de largo plazo.
El análisis de las vulnerabilidades presentado en este Reporte constituye un llamado a los participantes en los mercados financieros a cerciorarse de que los riesgos a los que se encuentran expuestos se evalúen y administren apropiada y prudentemente.