Incrementan la compensación económica de acuerdo a los resultados alcanzados

Cada vez es mayor la tendencia de las empresas de pagar el salario de sus empleados dependiendo de los resultados o de la productividad. Este hecho que antes era común en el área comercial, prácticamente se ha extendido a todas las secciones de las compañías.

Así lo reveló la 43ª Investigación Nacional de Salarios y Beneficios, que realiza anualmente la Federación Colombiana de Gestión Humana – Acrip Nacional.

El estudio también halló que los empleados públicos tuvieron incrementos salariales para este 2018, en promedio, de un 6,59% (incluidos los docentes públicos que fueron los que mayor aumento tuvieron), mientras que los empleados del sector privado recibieron menos incremento de salarios, con un promedio del 5,45%.

La investigación también arrojó un resultado a destacar: después de varios años de estar en segundo lugar, el sector de Minería, Energía e Hidrocarburos vuelve a liderar el ranking de las empresas que ofrecen los mejores salarios en el país, seguidos de los sectores de Servicios Públicos; Alimentos y Bebidas; Consumo Masivo y Servicios Financieros; y Seguros.

Sectores

Asimismo, una tendencia que se mantiene año tras año, es que los sectores de Hotelería y Turismo; Textiles, Confecciones y Calzado; y Temporales y Outsourcing, son los que tienen los salarios menos competitivos del mercado laboral en Colombia.

“Este año la investigación concluye que los aumentos salariales para este 2018 estuvieron en un 5,45%, por encima del IPC con el que cerró 2017 (4,09%) y levemente por debajo del aumento del Salario Mínimo Legal Vigente (5,9%); lo que representa que las empresas van en sintonía con la realidad económica del país”, afirmó Lorenzo Ruíz Ortiz, director de la Investigación Nacional de Salarios y Beneficios de Acrip Nacional.

Y agregó: “La tendencia más destacada es que las empresas están incrementando las compensaciones económicas dependiendo de los resultados obtenidos. Algo que antes solo se veía en las áreas comerciales, hoy en día se está viendo en distintas áreas organizacionales, porque las empresas están enfocadas en la productividad”

Este año el ranking de ciudades con los mayores aumentos salariales cambió y por primera vez es liderado por Cali con el 5,9%, seguida de Bogotá con el 5,67%, Barranquilla con el 4,75% y Medellín con el 4,72%.

Sin embargo, a nivel departamental, Bogotá y Cundinamarca es la región con los mejores salarios (que es diferente al aumento salarial), seguida de Antioquia, Valle del Cauca, Atlántico, Bolívar y Santanderes.

El estudio también arrojó como resultado que el 48,69% del personal en las organizaciones del país tienen cargos profesionales y asistentes; el 32,57% operarios; el 12,35% corresponde a la fuerza de ventas; el 5,18% son gerentes; y tan sólo un 1,22% son altos cargos ejecutivos, estos últimos ganan, en promedio, 17,5 veces más de lo que gana un operario; y un empleado con el cargo de jefe en Bogotá recibe casi el doble de lo que gana un jefe en otra zona del país, como en Bolívar, por ejemplo, afirma la investigación.

En términos de contratación laboral las cifras hablan que ocho de cada diez empleados en el país son contratados directamente por las entidades: 57,7% con contratos a término indefinido y 23,4% a término fijo; el restante tiene otro tipo de contratos: 11% por medio de temporales y el 8% por medio de otra figura de contratación.

El análisis de la información también permitió prever el comportamiento de los salarios para 2019. Para Lorenzo Ruíz, “siguiendo las tendencias de las últimas investigaciones de salarios y con el panorama económico del país, la proyección apunta a que 2018 cerrará con un IPC cercano al 3,35%, por lo cual el aumento del salario mínimo del próximo año puede redondear la cifra del 4,24%, y el 4% promedio para los salarios del sector privado en general”.

En relación con la llegada de migrantes al país, Ruíz también aseguró que: “la llegada de venezolanos no ha afectado de manera significativa el tema salarial en el país, debido a que la mayoría se emplea en la informalidad, haciendo que su impacto no se pueda ver reflejado en el mercado laboral formal”.