¿Tiene deudas con bancos y/o con personas naturales o jurídicas? ¿Sus deudas son superiores a su capacidad de pago actual o a su patrimonio? ¿Recibe llamadas diarias de casas de cobranza y de otros acreedores? ¿Le preocupa perder sus bienes y los de su familia en caso de un embargo? ¿Estar endeudado le ocasiona angustia permanente? Si ha respondido de manera afirmativa a alguna o varias de estas preguntas, pare de sufrir, no está solo.
La pérdida de trabajo, recortes en el sueldo, enfermedades y accidentes ocurren todos los días, dejando a miles de personas con problemas económicos que los llevan a presentar cuadros de estrés y depresión. Sin embargo, lo que muchas de estas personas desconocen, es que, desde el 1 de octubre de 2012, entró en vigencia un Régimen Legal de Insolvencia Económica que permite a quien se acoge a él, negociar o liquidar todas sus deudas a través de un proceso legal.
La Ley de Insolvencia para Persona Natural no Comerciante, la cual regula este proceso, hace parte del Código General del Proceso. – Ley 1564 de 2012, y es una ley que permite al deudor llegar a un acuerdo en el que negocie con sus acreedores sus deudas, suspenda acciones legales en curso y evite la iniciación de nuevas, mediante una negociación entre el deudor y todos sus acreedores a la vez.
Esta ley, está disponible para todas las personas naturales no comerciantes a quienes problemas económicos les impiden cumplir con obligaciones financieras adquiridas previamente. La Ley, cobija deudas con el sector financiero, impuestos, servicios públicos domiciliarios, comerciales y personales (colegios, administración) y opera bajo 2 modalidades:
● Acuerdo de negociación de deudas: En el que se llega a un acuerdo de negociación con los acreedores en donde se suspenden las acciones legales durante el proceso de negociación. Cabe aclarar que no es una refinanciación, es una negociación de las deudas.
● Liquidación patrimonial: En la que se realiza la liquidación total de las deudas si el patrimonio es inferior a las mismas, favoreciendo a aquellos cuyas deudas son mayores que sus bienes.
Para acceder a la Ley de Insolvencia de Persona Natural no Comerciante solo hay que cumplir 2 requisitos: Ser persona natural, es decir; no tener RUT de comerciante y tener 90 o más días de mora en al menos el 51 por ciento de las obligaciones. Firmas como Chao Deudas le permiten que, al momento de acogerse a la ley, tenga como apoyo a un equipo de abogados expertos en insolvencia, los cuales harán un diagnóstico detallado y personalizado de su situación específica financiera y legal, mientras que los psicólogos de la empresa le brindarán apoyo emocional. Chao Deudas prepara, acompaña y representa al deudor en la negociación con los acreedores, defendiendo sus intereses y en la más completa confidencialidad.
Entre los beneficios de la Ley de Insolvencia de Persona Natural no Comerciante sobresalen:
● No más llamadas de cobro de bancos, compañías de cobranza y otros acreedores.
● Cambio de estatus en centrales de riesgo: A partir de la admisión del acuerdo, el estatus en centrales de riesgo pasará de deudor moroso a ley de insolvencia.
● Rapidez en trámite: entre 60 y 90 días.
Son muchas las ventajas de la ley y muchas más las personas que, gracias a firmas como Chao Deudas – La Ley de tu lao, www.chaodeudas.co- en cabeza de César Úcros Barros, director jurídico y Mónica Duque Gutiérrez, directora Comercial, pueden decir que han iniciado una nueva vida desde que comenzaron el proceso, libres de las ataduras que las deudas les traían.
Solo para citar un testimonio: A Diana Paola González los créditos de libre inversión y el inadecuado uso de las tarjetas de crédito la llevaron a una situación inmanejable. “Estaba sobre endeudada por las malas decisiones financieras que tomé. Llego un momento en que no podía pagar mis gastos diarios ni los de mi familia. Las deudas te traen angustia, desesperación, miedo, insomnio, llamadas y amenazas de los acreedores, y hasta problemas laborales por estar reportada en las centrales de riesgo. Contacté a esta empresa y hoy seis meses después de acogerme a la Ley de Insolvencia puedo decir que mi situación ha mejorado un 200 por ciento y puedo tener una segunda oportunidad”.