LOS MINISTROS de Finanzas de los países del G7 dieron ayer un paso “importante” hacia un acuerdo mundial sobre la imposición fiscal del sector digital, durante su reunión en Chantilly, al norte de París, pese a las tensiones entre Francia y Estados Unidos.
Al cabo de una noche de negociaciones, las siete principales economías del planeta llegaron a un consenso, presentado por la presidencia francesa como un “avance”, sobre el gravamen fiscal a actividades de multinacionales, incluso si no tienen “presencia física” en el país.
El ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, se congratuló por “este acuerdo” del G7 “para tasar las actividades sin presencia física, en particular de actividades digitales”.
“Es la primera vez que los Estados miembros del G7 se ponen de acuerdo sobre este principio”, dijo el Ministro francés durante la conferencia de prensa final de la reunión.
Sin embargo, su homólogo estadounidense Steven Mnuchin, aunque se felicitó por este consenso, fue menos entusiasta y advirtió que “aún queda más trabajo por hacer”.
Más optimista fue el ministro alemán de Finanzas, Olaf Scholz. “Vamos a lograr nuestro objetivo. Habrá un acuerdo el año próximo en el seno de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos)”, que se ha dado en efecto hasta fines de 2020 para conseguir un acuerdo internacional para gravar al sector digital, se congratuló Scholz.
“Hay ahora una verdadera dinámica, que no existía hace algunos meses”, reaccionó el comisario europeo Pierre Moscovici, que también cree en la posibilidad de un acuerdo el próximo año.
Diálogo “constructivo”
Sin embargo, el G7-Finanzas de Chantilly se había iniciado en un contexto de tensión entre Estados Unidos y Francia, tras la apertura por Washington de una investigación que podría derivar en represalias contra París por su aprobación de una tasa para el sector digital.
Ante la prensa, los ministros de los dos países admitieron esas divergencias, aunque se felicitaron por el espíritu “constructivo” de su diálogo.
“Estados Unidos es nuestro aliado. No se resuelven nuestras divergencias mediante la amenaza y la sanción, se las resuelve a través de acuerdos como el que acabamos de hallar hoy sobre una imposición fiscal del sector digital”, explicó Le Maire en su conferencia de prensa.
Los ministros han transmitido el ‘dossier’ para tasar al sector digital a la OCDE, que deberá someter un acuerdo al G20 antes de fines de 2020.
“Si no hubiera habido hoy en el G7 un acuerdo sobre la base imponible, no veo muy bien cómo en la OCDE con 129 países habríamos llegado a un acuerdo”, admitió el Ministro francés, que instó “a acelerar ahora las negociaciones”.
Sobre los temas fiscales, el G7 convino también en “instaurar una tasa mínima en el impuesto a las sociedades” para limitar la competencia fiscal entre los países con el objetivo de atraer las sedes de las multinacionales, explicó Le Maire. Sin embargo no se ha fijado esa tasa mínima de momento.
Los riesgos de libra
Por otro lado, los ministros de Finanzas del G7 advirtieron contra los riesgos para el sistema financiero internacional de proyectos de criptomonedas como el Libra anunciado por Facebook.
“Todos los miembros del G7 manifestaron su gran inquietud ante este proyecto Libra”, afirmó Bruno Le Maire.
Los ministros del G7 ya se habían puesto de acuerdo el miércoles, en la primera jornada de su reunión, en “actuar rápidamente” ante el “preocupante” proyecto de criptomoneda Libra.
Con la creación, anunciada a mediados de junio, de esta moneda digital que ofrece un modo de pago alternativo a los circuitos bancarios tradicionales, Facebook puede revolucionar el sistema financiero mundial. Libra, que saldrá en 2020, se inspira en criptomonedas como el Bitcóin.