"Pagamos cada centavo que debemos", respondió la compañía más valiosa del mundo luego de unos señalamientos hechos por el demócrata
Joe Biden, aspirante a candidato demócrata para las elecciones presidenciales 2020 en Estados Unidos, y Amazon, el gigante de la venta online con sede en Seattle, se enfrentaron el jueves en la red social Twitter por asuntos impositivos.
"No tengo nada en contra de Amazon, pero ninguna compañía que gana miles de millones de dólares debería pagar una tasa de impuestos más baja que la de un bombero o un maestro", escribió Biden, quien fue vicepresidente durante el gobierno de Barack Obama y actualmente lidera las encuestas de la interna demócrata para la candidatura 2020.
"Debemos recompensar el trabajo, no solo la riqueza", agregó.
La respuesta de la empresa no se hizo esperar. "Hemos pagado 2.600 millones de dólares en impuestos corporativos desde 2016. Pagamos cada centavo que debemos", tuiteó Amazon horas después en @amazonnews, una cuenta oficial que el gigante de la venta online dedica a noticias sobre la empresa.
En el mismo tuit, Amazon le recordó Biden que fue el Congreso de Estados Unidos el que diseñó las leyes impositivas para incentivar a las empresas a "reinvertir en la economía estadounidense".
"Nosotros lo hemos hecho", recalcó la firma, y sostuvo esa afirmación con datos: 200.000 millones de dólares de inversión desde 2011 y 300.000 puestos de trabajo.
El tuit de Biden está ligado a un artículo de The New York Times del 29 de abril de 2019 que cita datos del Institute on Taxation and Economic Policy (ITEP), una organización independiente y sin fines de lucro, según los cuales empresas tecnológicas como Amazon, Netflix o IBM, pero también de otros sectores como Delta Air Lines, Chevron o General Motors, no pagaron un solo dólar de impuestos federales en 2018.
La reforma fiscal que exonera a las corporaciones de esos impuestos federales, impulsada por el Partido Republicano, requiere sin embargo que las compañías sí paguen impuestos por sus ganancias en el extranjero. La medida aspira a que las divisas que generan estas empresas fuera de fronteras se vuelvan a invertir en la economía de Estados Unidos.
Según los defensores de este régimen, la rebaja impositiva funciona como un estímulo a la economía, que al crecer compensa la menor recaudación por impuestos corporativos.
Por ahora, los indicadores económicos les dan la razón. Estados Unidos registró un crecimiento de 2,9% en 2018, y en el primer trimestre de 2019 la expansión llegó a 3,1%.