El crecimiento del segundo trimestre de 2,8% marcó el camino para que la economía comience a despegar hacia mejores logros. Para los analistas del banco Itaú “la mejora continua de los indicadores de actividad y el aumento de la confianza privada, en medio de mejores términos de intercambio, respaldan nuestra revisión de crecimiento desde 2,5% a 2,7% este año (1,8% el año pasado). En 2019, esperamos una expansión de 3,3%, un incremento de 0,1 punto porcentual con relación a nuestro escenario anterior”.
Ante estas buenas perspectivas, el principal desafío del presidente Iván Duque a corto plazo es alcanzar la meta de déficit fiscal del próximo año (2,4% del PIB, desde 3,1% este año) evitando así cualquier riesgo de que el país pierda el grado de inversión.
Hasta ahora, la nueva administración está discutiendo la reducción de los impuestos corporativos para aumentar la competitividad del país. Si el gobierno toma este camino sin adoptar medidas de compensación creíbles (a través de menores gastos o aumentando otros impuestos), es probable que se produzca una reacción negativa del mercado.
Las ventas
De otro lado, la actividad continuó recuperándose en el segundo trimestre del 2018. Las ventas minoristas, excluidas las ventas de combustibles y vehículos, aumentaron 5,4% (SA) en el trimestre (4,6% en el primer trimestre). La actividad minorista total en el trimestre avanzó 5,9%, desde 5,3% en el primer trimestre. En el margen, las ventas minoristas (excluyendo combustibles y vehículos) se mantuvieron dinámicas en 7,2% intertrimestral y ajustado por estacionalidad en el segundo trimestre, desde 8,4%.
Mientras tanto, el sector manufacturero aumentó 3,9% anual, desde 0,2% en el primer trimestre del año. La producción industrial avanzó 9,1% intertrimestral y ajustado por estacionalidad, acelerándose desde 2,7% en el primer trimestre. Asimismo, el sentimiento privado está subiendo. La confianza del consumidor siguió mejorando en junio y alcanzó el nivel más alto desde febrero de 2015. El índice elaborado por la consultora Fedesarrollo se situó en +15,5 puntos desde -11,7 puntos hace un año y +8,9 en el mes anterior.
La mejora con relación al año pasado se debió principalmente a las expectativas del consumidor. Además, la confianza empresarial en los sectores industrial y minorista permanece en territorio optimista.
La industria
En el segundo trimestre la confianza industrial promedió 1,6 puntos, 9,2 puntos porcentuales por sobre la cifra observada el año pasado, mientras que la serie ajustada estacionalmente también mejoró desde el primer trimestre y se encuentra ahora en el nivel más alto desde 2016.
Mientras tanto, la confianza minorista avanzó y se sitúa ahora en territorio optimista, alcanzando 30,7 (14,9 en junio de 2017), el nivel más alto desde febrero de 2012. Por lo tanto, con la mejora en las señales de actividad en el primer trimestre, unido a una política monetaria expansiva y mayores términos de intercambio, esperamos ahora un crecimiento del PIB de 2,7% este año (2,5% anteriormente) y de 3,3% el próximo año (3,2% anteriormente).
Otro comportamiento destacado es que los precios del petróleo más altos impulsan un ajuste más rápido del déficit de cuenta corriente Las compras excepcionales de aviones desaceleraron la corrección de los desequilibrios externos en el segundo trimestre.
Déficit
El déficit comercial acumulado en 12 meses alcanzó US$5 mil millones, permaneciendo por debajo de los US$6.100 millones registrados en 2017 (US$11,1 mil millones en 2016).
Pero asimismo el déficit comercial se amplió: el déficit comercial anualizado (utilizando el ajuste estacional) aumentó desde US$5.500 millones en el primer trimestre hasta US$8.400 millones en el segundo trimestre (déficit de US$1.700 millones a fines de 2017).
Señalan los expertos de la entidad financiera que “ahora esperamos el déficit de cuenta corriente en 2,6% del PIB en 2018 (anteriormente, 2,9%), por debajo del déficit de 3,3% registrado el año pasado, y en 2,5% en 2019 (anteriormente, 2,7%). Los precios más altos del petróleo y un crecimiento global aún dinámico compensarían el impacto de la recuperación de la demanda interna sobre las importaciones y conducirían a una reducción más rápida del déficit de cuenta corriente de lo que esperábamos anteriormente.
Energía
Otro aspecto importante para el despegue de la economía es que en julio se presentó un crecimiento en la demanda de energía del 4.4% con respecto al mismo mes de 2017 (en el cual había crecido en un 3.2%), ubicándose por encima del escenario denominado como Medio por la Unidad de Planeación Minero Energética.
En julio la demanda fue de 5,918 GWh, mientras que la del mismo mes en 2017 fue de 5,665 GWh; al respecto es importante tener en cuenta que los crecimientos de la demanda de energía se calculan como el promedio ponderado de los crecimientos de los diferentes tipos de días (comerciales, sábados, domingos y festivos).
Discriminado por tipo de consumidor, en el consumo residencial y pequeños negocios (mercado regulado) se presentó un crecimiento de un 3.36%; por su parte el consumo de industria y comercio (mercado no regulado) creció un 6.44%.
La actividad económica que presentó mayor crecimiento fue la de explotación de minas y canteras con un 17.08%. Al respecto cabe destacar que esta actividad, después de industrias manufactureras, es la que más participación tiene en la demanda no regulada.
Al realizar el análisis por regiones, las zonas en que se presentó mayor crecimiento con respecto a julio de 2017 fueron Costa Atlántica con un 7.7%, Guaviare con un 5.0%, y Centro (Codensa y Meta) con un 3.4%. La demanda máxima de potencia para julio de 2018 fue de 9,905 MW, registrado el jueves 12.
“En concordancia con la dinámica que se ha venido observando en el 2018, la demanda de energía registra un crecimiento superior al 4%, explicado por un incremento tanto de la demanda regulada como de la no regulada. Como prueba de lo anterior, por cuarto mes consecutivo se destaca un crecimiento de la industria manufacturera, actividad con el 43% de participación de la demanda no regulada”, informó Jaime Alejandro Zapata Uribe, Gerente Centro Nacional de Despacho.